Emilio Galdeano, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Almería, protagoniza la cuarta entrega de la serie de entrevistas exclusivas para Foco Sur y Almería Información en las que ocho prestigiosos economistas almerienses analizan la situación económica de la provincia tras la pandemia de COVID-19, el presente y el futuro, las medidas adoptadas por las distintas administraciones y lo que se debería hacer para minimizar la crisis.
¿Qué valoración hace de las medidas adoptadas para atenuar el impacto económico sobre empresas y ciudadanos del estado de alarma por el coronavirus?
Son medidas que permitirán un alivio parcial y temporal, pero insuficientes para paliar el parón económico generado. Sobre todo, autónomos y pequeñas empresas, como aquéllas en inicio de su actividad o sin haber amortizado aun sus inversiones, son las que van sufrir más la minicrisis que ya en estos momentos se ha producido. Hay dos factores añadidos a considerar: la excesiva burocracia, que seguramente supondrán muchas de estas medidas, que suele ser una limitación y coste añadido de gestión y asesoramiento. Y, más importante quizás, la «incertidumbre» del tiempo que durará esta situación. Cada semana puede significar un incremento exponencial en la crisis (un poco en la línea del contagio por coronavirus).
¿Qué nos encontraremos ‘el día después’, en cuanto a cifras de paro, ERTE, cierres definitivos de empresas, etc?
Las cifras de paro, al menos durante lo que queda de año, pueden alcanzar las que tuvimos durante la crisis inmobiliaria y financiera. Esto dependerá mucho del tiempo de prolongación de la inactividad económica. Los cierres de empresas, en especial pymes, pueden alcanzar las de hace una década, aunque afectando ahora a sectores diferentes, como la hostelería y restauración, empresas de la construcción y pequeñas industrias no consideradas esenciales en situación de excepción.
¿Qué medidas sería importante que se tomasen para el caso concreto de la provincia de Almería?
Habrá sectores muy afectados, como el de la restauración, así como autónomos y pequeñas empresas de otros sectores (entre ellos, los de la piedra natural). El turístico será, sin duda, uno de los más afectados si no se aprecia cierta recuperación este verano. Se debería dar cierta flexibilidad burocrática en las medidas de choque, así como la paralización de hipotecas y préstamos ligados a los procesos de inversión o circulante, hasta que la actividad de las empresas pueda cubrir los gastos corrientes. Si bien se están promoviendo préstamos con carencia (como los del ICO), también supondrá un coste de intereses añadido. Es importante, además, la suspensión de los impuestos tanto anuales (por ejemplo, IRPF y sociedades) como los trimestrales y mensuales de los distintos tipos impositivos, así como los pagos a la Seguridad Social. Adicionalmente, instar a grandes compañías de suministros (electricidad, teléfono, etc.) para una suspensión temporal en su facturación, ya que también están siendo beneficiadas por el incremento del consumo en los hogares. Ello puede suponer, sin embargo, un lastre recaudatorio del Estado, sobre todo para mantener servicios públicos básicos. Pero, al mismo tiempo, se pueden tomar medidas compensatorias como la reducción parcial de sueldos y pagas vitalicias a los miles de políticos y parlamentarios estatales, autonómicos y locales, empezando por la de los altos cargos. Aunque su valor monetario sea limitado, sí tendría una connotación moral y de ejemplaridad para la ciudadanía.
¿En qué medida se puede beneficiar Almería de su fuerte sector primario para afrontar una posible crisis económica posterior al estado de alarma?
En el caso de Almería, sin duda, el sector agroalimentario y toda su industria auxiliar y de servicios (en conjunto aproximadamente el 50% del PIB provincial) se reforzarán como sectores esenciales. Ello debe revertir en una mayor atención e interés político y una apuesta por programas de soporte y mejora, como las relativas a logística y transporte, I+D+i, infraestructuras (riego, comunicaciones, etc.) y eficiencia en la cadena de valor.
El sector primario puede volver a ser una salvaguardia importante. Probablemente, volvamos durante un tiempo a una incorporación de trabajadores a actividades agroalimentarias, de forma similar a lo ocurrido en la crisis pasada, para paliar relativamente las cifras de paro que se pueden generar.
Serie de entrevistas a expertos sobre la economía de Almería tras la pandemia
- Carlos Cano: “Quiero pensar que saldremos con una sociedad fortalecida y más justa”
- Jerónimo de Burgos: “Esta crisis ha tenido causas sanitarias y consecuencias económicas; por tanto, debemos recuperar la normalidad sanitaria para que la actividad económica pueda desarrollarse fluidamente”
- David Uclés: «La prioridad es que familias y empresas superen en las mejores condiciones posibles el tiempo de confinamiento y que, una vez acabado, pueda recuperarse la actividad cuanto antes»
- Emilio Galdeano: «Las cifras de paro pueden alcanzar las que tuvimos durante la crisis inmobiliaria y financiera»
- Francisco Giménez: «Es una oportunidad histórica para que administraciones recaudadoras y entidades financieras se pongan el ‘mono de trabajo’ y atiendan a la viabilidad antes que solo a su propio interés, que es lo que primaba hasta ahora»
- Ana Moreno: «Las ayudas tendrían que ser directas a las empresas, que son las que pueden generar actividad una vez se acabe con esta crisis de oferta y demanda ocasionada coyunturalmente por el COVID-19»
- Juan Carlos Pérez Mesa: «El sector agrario saldrá reforzado de esta crisis más anímica que económicamente»
- Andrés Sánchez Picón: «Todo lo que apoye la actividad agrícola es decisivo y asegura que la reactivación, cuando se supere la emergencia, sea más rápida»
(Entrevista publicada en el número de mayo de 2020 de la revista Foco Sur y en Almería Información).