David Uclés, economista del Grupo Cajamar, protagoniza la tercera entrega de la serie de entrevistas exclusivas para Foco Sur y Almería Información en las que ocho prestigiosos economistas almerienses analizan la situación económica de la provincia tras la pandemia de COVID-19, el presente y el futuro, las medidas adoptadas por las distintas administraciones y lo que se debería hacer para minimizar la crisis.
¿Qué valoración hace de las medidas adoptadas para atenuar el impacto económico sobre empresas y ciudadanos del estado de alarma por el coronavirus?
Partiendo de la base de que la inmensa mayoría de los humanos vivos no tenemos ni idea de cómo tratar con una pandemia de estas características, y que eso nos conduce a un entorno de reajuste constante de las decisiones, me parece que las líneas generales son las correctas. El shock ha venido de fuera de la economía, no hay una situación de sobreendeudamiento ni burbujas en sectores significativos y el sector financiero es parte de la solución y no del problema. Cuando esto pase nos podremos dedicar a evaluar la oportunidad de algunas medias, o de la falta de las mismas; ahora la prioridad es parar la pandemia. Y cuando pase, como país y como sociedad, tenemos la obligación de analizar qué ha pasado, cómo se ha hecho y qué hay que tener en cuenta para que si vuelve a pasar, minimicemos errores. Y ese análisis deberían hacerlo expertos en las materias involucradas, no políticos, porque el objetivo no debe ser cuantificar quién lo ha hecho peor, sino prepararnos mejor para lo que pueda venir en el futuro.
Respecto a las medidas económicas, la prioridad es que familias y empresas superen en las mejores condiciones posibles el tiempo de confinamiento y que, una vez acabado, pueda recuperarse la actividad cuanto antes. Esto pasa por facilitar liquidez para financiar los días de cierre a las segundas y por proteger en la medida de lo posible los ingresos de las primeras. En líneas generales, en esa dirección han ido las medidas, aunque es cierto que la cascada de correcciones de los anuncios oficiales generan una sensación de inseguridad que tal vez podría haberse evitado (sin dejar de reconocer, insisto, lo complicado que es gestionar una situación como esta). No hay que olvidar que la española es una economía de micro y pequeñas empresas, con un tejido muy grande de autónomos, que son los que probablemente más sientan el hachazo en los ingresos derivado del confinamiento.
¿Qué nos encontraremos ‘el día después’, en cuanto a cifras de paro, ERTE, cierres definitivos de empresas, etc?
No hay que esperar a ese día. Ya hemos visto en los datos de paro registrado y afiliaciones del mes de marzo el panorama que tendremos. Que no se nos olvide que hemos parado casi en seco toda la maquinaria económica y que no podremos ponerla en marcha de golpe. Primero, porque el fin del confinamiento será progresivo y segundo, porque será necesario que la citada maquinaria vaya cogiendo inercia.
¿Qué medidas sería importante que se tomasen para el caso concreto de la provincia de Almería?
No creo que haya ninguna medida específica que haya que tomar a nivel local. Ahora bien, teniendo en cuenta nuestra estructura productiva y social, todas las medidas encaminadas a proteger a las pymes y a las familias en situación de fragilidad tendrán un impacto positivo en nuestra tierra.
¿En qué medida se puede beneficiar Almería de su fuerte sector primario para afrontar una posible crisis económica posterior al estado de alarma?
Nuestra dependencia de la actividad agraria tiene algunas consecuencias positivas para la economía provincial. Para empezar, es un sector que está integrado en las actividades esenciales, y con él todas las empresas proveedoras del mismo. Por tanto, a la hora de volver a coger inercia, la economía almeriense tendrá algo más de ventaja que otras que dependan más de la industria o de los servicios, ya que el sector no ha parado. No obstante, la agricultura estaba sumida en su propia crisis en los días previos a la emergencia sanitaria. De fondo hay una serie de factores que dificultan que los precios en origen de sus productos permitan a todas las empresas agrícolas cubrir costes. Entre otras cosas, la propia estructura del mercado lo dificulta.
Esperemos, por el bien de toda la sociedad almeriense, que el sector sea capaz una vez más de reorganizarse, impulsar su crecimiento (como ya hizo en la crisis anterior) y que nos provea del oxígeno suficiente como para resistir hasta que el turismo y el resto de los sectores se vayan recuperando.
Serie de entrevistas a expertos sobre la economía de Almería tras la pandemia
- Carlos Cano: “Quiero pensar que saldremos con una sociedad fortalecida y más justa”
- Jerónimo de Burgos: “Esta crisis ha tenido causas sanitarias y consecuencias económicas; por tanto, debemos recuperar la normalidad sanitaria para que la actividad económica pueda desarrollarse fluidamente”
- David Uclés: «La prioridad es que familias y empresas superen en las mejores condiciones posibles el tiempo de confinamiento y que, una vez acabado, pueda recuperarse la actividad cuanto antes»
- Emilio Galdeano: «Las cifras de paro pueden alcanzar las que tuvimos durante la crisis inmobiliaria y financiera»
- Francisco Giménez: «Es una oportunidad histórica para que administraciones recaudadoras y entidades financieras se pongan el ‘mono de trabajo’ y atiendan a la viabilidad antes que solo a su propio interés, que es lo que primaba hasta ahora»
- Ana Moreno: «Las ayudas tendrían que ser directas a las empresas, que son las que pueden generar actividad una vez se acabe con esta crisis de oferta y demanda ocasionada coyunturalmente por el COVID-19»
- Juan Carlos Pérez Mesa: «El sector agrario saldrá reforzado de esta crisis más anímica que económicamente»
- Andrés Sánchez Picón: «Todo lo que apoye la actividad agrícola es decisivo y asegura que la reactivación, cuando se supere la emergencia, sea más rápida»
(Entrevista publicada en el número de mayo de 2020 de la revista Foco Sur y en Almería Información).