La feria Expolevante Níjar regresa este mes de abril con su 15ª edición, aplazada en 2020 a causa de la pandemia. La feria convocará a las empresas del sector convertida en referencia en agricultura sostenible, con encuentros y charlas de asuntos de máxima actualidad en el agroalimentario, como la innovación en la gestión del agua, las fuentes energéticas renovables y la agricultura ecológica.
La feria se celebrará del 27 al 29 de abril en el palacio de Exposiciones y Congresos de Campohermoso, Níjar. Y para cumplir con los protocolos de seguridad a causa de la pandemia y dar cabida a la demanda de expositores, aumenta su superficie con un 35% más de espacio que en la edición de 2018, la última en la que se celebró este evento bienal. En total, serán 17.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro zonas.
El espacio de exposición se reparte en dos pabellones donde se ubicarán los más de 300 stands de empresas del sector. Además, se habilitarán dos espacios exteriores, uno para exposición de maquinaria agrícola y otro para vehículos comerciales. La faceta divulgativa se desarrollará en torno a asuntos relacionados con la agricultura sostenible, con charlas sobre agricultura ecológica, gestión del agua o economía circular, impartidas por expertos en estas materias.
La producción agrícola de la provincia de Almería es referente en algunos de los puntos clave de esa agricultura sostenible que se va dibujando como la única alternativa de futuro viable para el sector. Es el caso de la innovación en la gestión del agua, de la producción ecológica o de la búsqueda de fuentes energéticas alternativas y renovables para el consumo en las fincas agrícolas o en los almacenes de las cooperativas.
Líderes en agricultura ecológica
El de los retos de la agricultura ecológica es uno de los puntos clave en el camino hacia una agricultura más sostenible. En los últimos años se ha avanzado mucho, con hitos como la lucha biológica para control de plagas o el desarrollo de biofertilizantes que tratan de recuperar servicios ecosistémicos del suelo con el objetivo de mejorar la eficiencia en la nutrición, el crecimiento y la protección de los cultivos.
“El Modelo Almería es puntero en agroecología desde sus orígenes, por cuanto las bases de su desarrollo realmente se han cimentado sobre el saber popular”, destaca Fernando del Moral, profesor de Agricultura Ecológica de la Universidad de Almería, que señala a la técnica del arenado, las estructuras de invernadero primitivas procedentes del parral, el modelo familiar de explotación o el cooperativismo como factores clave en esos inicios. Unos factores que, destaca, siguen vigentes en la actualidad.
El profesor asegura que “la innovación permanente forma parte del acervo cultural del campo almeriense, muy competitivo, y esto se traslada también al sector ecológico”. Como hitos, apunta al “desarrollo en tiempo récord de la lucha biológica para control de plagas y enfermedades y su evolución permanente a nuevas formas de manejo conservativo, que ya no solo es propio de la agricultura ecológica, sino que se ha generalizado a todo el campo; el desarrollo de biofertilizantes que tratan de recuperar ciertos servicios ecosistémicos del propio suelo para mejorar la eficiencia en la nutrición, crecimiento y protección de los cultivos y la creciente investigación en fitofortificantes; la gestión de los restos de cosecha in situ o la generación de valor añadido a partir de estos en un entorno de bioeconomía; los avances en nuevos materiales sustitutivos del plástico en elementos de sostén o en postcosecha y comercialización; y, aunque la agricultura ecológica está muy regulada en Europa y hay que cumplir las normas de producción vegetal, el modelo almeriense avanza continuamente en la adaptación y en el desarrollo de formas tradicionales de manejo, de acuerdo a su idiosincrasia, para cumplir los reglamentos”.
Entre los objetivos, Del Moral señala que “potenciar la diversidad, no solo la biodiversidad, y con ella, los servicios ecosistémicos, como el ciclado de nutrientes, el control de plagas, la polinización, la regulación del clima o la purificación de agua, reutilizando recursos endógenos en cada una de las escalas de análisis, permitiría reducir la dependencia externa de nuestros agrosistemas y con ello su estabilidad y sostenibilidad”.
Asimismo, recuerda que “avanzar en los servicios culturales que puede ofrecer nuestro agrosistema, como la educación, el esparcimiento o el valor estético, también es un modo de incrementar la sostenibilidad”.
La cuestión es relevante porque la Unión Europea tiene fijado como objetivo de su estrategia ‘De la granja a la mesa’ que al menos el 25% de los cultivos europeos se desarrollen bajo parámetros de agricultura ecológica. Este objetivo está ya cumplido en Andalucía, que suma el 50% del total de superficie de cultivo ecológico de España y donde la producción ecológica alcanza el 29,7% de la superficie agraria de la región, con 1.369.758 hectáreas, tras un incremento del 24,7% en el último año.
Buscando soluciones al déficit hídrico
Conseguir una gestión del agua más eficiente es otro reto importante, en el que Almería está a la vanguardia. “Estamos en una zona con pocos recursos y tenemos que hacer un empleo óptimo de ellos para poder seguir trabajando”, asegura Roberto García Torrente, director de Desarrollo Sostenible de Cajamar, entidad que ha puesto en marcha la incubadora de ‘start-ups’ Cajamar Innova, enfocada a empresas que investigan sobre gestión del agua.
“Utilizando todas las nuevas tecnologías que hay, de sensorización, de conocimiento de las necesidades de los cultivos, incluso del consumo humano e industrial, se puede reducir el consumo actual, ajustar las cantidades que utilizamos a las necesidades reales que tienen los cultivos”, destaca García Torrente, que recuerda que “tradicionalmente, el agricultor ha pensado que cuanta más agua aportase a un cultivo, mayores iban a ser los rendimientos y, sin embargo, las plantas tienen una capacidad limitada de absorción de agua”. De ahí que el objetivo sea “acompasar la cantidad de agua que le aportamos al cultivo con el agua que puede absorber”.
De esta forma, se podrían obtener ahorros de agua significativos, dependiendo de la zona. En Almería, donde hay una mayor preocupación por parte de los agricultores y se hace un riego más eficiente, “todavía podríamos conseguir ahorros del 20%”, asegura García Torrente, que añade que en otras zonas de España “se pueden conseguir ahorros de más del 50%”.
Otra vía por la que se pierden muchos recursos hídricos es por los sistemas de transporte y almacenamiento de agua. “Ir más hacia sistemas cerrados con presión puede suponer un ahorro importante del recurso”, cuenta el director de Desarrollo Sostenible de Cajamar.
Asimismo, se está investigando para “establecer sistemas de control de los acuíferos subterráneos, de recarga y de extracciones, para hacer una gestión lo más sostenible posible de esos acuíferos”, ya que estos son la principal fuente de agua de que se dispone y es fundamental mantenerlos en condiciones óptimas. “Una buena gestión de los acuíferos puede ser igual de importante o más que una buena gestión de los embalses superficiales”, asegura García Torrente. Y donde el agua es escasa tanto en embalses como en acuíferos, cobra principal relevancia el uso de fuentes alternativas, como la desalación de agua del mar o la reutilización de aguas depuradas.
Muchas veces, el consumo y la distribución de agua tiene un coste energético muy elevado, así que “vincular energías renovables y agua creemos que es fundamental”, asegura García Torrente, que considera que “conseguir el autoconsumo eléctrico para todos los sistemas de abastecimiento de agua, en todas las actividades agrarias y de la industria alimentaria, es una prioridad”, ya que esto permitirá “ser más sostenibles y más rentables”.
Asimismo, se impulsan investigaciones sobre biodiversidad y control biológico de plagas, “porque consiguiendo un adecuado equilibrio podemos reducir considerablemente el consumo de fitosanitarios”. Y también sobre cómo mejorar la distribución del fertilizante y no usar más del necesario, ya que de esta manera se reducen “costes y contaminación de acuíferos”.
Energías renovables
Otro pilar de la agricultura sostenible es el de las energías utilizadas en las fincas agrícolas. Níjar está a la vanguardia en esta materia, con un avanzado sistema de geotermia desarrollado en el municipio por la empresa almeriense Cardial Recursos Alternativos, que extrae agua a 100 grados de un pozo a unos 1.600 metros de profundidad que luego inyecta de nuevo en la bolsa de la que procede, convirtiéndolo en un recurso prácticamente inagotable.
Según los cálculos de la empresa, el pozo tendrá capacidad para atender una demanda inicial de 24 hectáreas de invernadero, superficie que se podría duplicar con un segundo sondeo auxiliar. Además, se puede aprovechar la energía geotérmica mediante plantas de intercambiadores de calor, lo que serviría para enfriar el invernadero en los meses más calurosos. Así, el de Cardial es otro ejemplo de hacia dónde se pretende que avance el sector agroalimentario almeriense para mantener su liderazgo en Europa y superar con éxito los retos de futuro.
Asimismo, cada vez está más implantada la energía solar fotovoltaica. Ya existen ejemplos de invernaderos que han incorporado placas con materiales fotovoltaicos y semiconductores para producir electricidad a la infraestructura del invernadero. O casos como el de Vicasol, que solo utiliza fuentes renovables en sus almacenes y además genera el 25% de la electricidad que consume gracias a las placas fotovoltaicas instaladas en la cubierta de los edificios.
Hay más recursos, como la biomasa generada por invernaderos a partir de los restos agrícolas, aunque es un sistema más complejo de llevar a la práctica ya que “es complicada de tratar”, reconoce Jesús Parrilla, experto en energías renovables y fundador de la empresa Albedo Solar.
Parrilla considera que una de las claves de futuro está en “trabajar en el almacenamiento de la energía y ahí el hidrógeno podría ser la solución”. Así, explica que la energía solar, que en verano puede producir mucho excedente, se puede almacenar en forma de hidrógeno para gastarla en invierno. “Es lo que se llama un uso de energía estacional”, dice. El método consiste en producir hidrógeno por electrólisis en verano y almacenarlo comprimido a alta presión. Y luego, en invierno se realiza el proceso contrario, quemando ese hidrógeno para producir agua.
Aun no se está utilizando en el campo, pero ya empieza a haber planes en esta línea porque “están saliendo convocatorias a nivel nacional para este tipo de proyectos”, explica Parrilla, que asegura que “se quiere apostar fuerte” por este sistema para almacenamiento.
Agricultura ecológica, agua, economía circular y tomates
La pandemia obligó a aplazar la 15ª edición de Expolevante Níjar el año pasado, pero este mes vuelve con fuerza, con más espacio expositivo y con un potente programa enfocado a la sostenibilidad en la agricultura. Además, incluirá en su programación el I World Tomato Congress, con grandes expertos en la hortaliza emblemática de Níjar que desvelarán hacia dónde se encamina su producción.
La XV Expolevante se adaptará a la nueva situación sanitaria y se establecerán todos los protocolos de seguridad vigentes en el momento de su celebración. La feria contará con 17.000 metros cuadrados, distribuidos en cuatro zonas de exposición. Habrá dos pabellones, uno de 5.000 metros cuadrados y un segundo de 4.000 metros, que albergarán más de 300 stands. En el espacio exterior, vallado, habrá dos espacios más, dedicados a la exposición de maquinaria agrícola y vehículos comerciales, uno de 5.000 metros cuadrados y otro de 3.000 metros de superficie.
Esperanza Pérez Felices, alcaldesa de Níjar, aseguró en la presentación de la feria que “Expolevante Níjar es el escaparate para mostrar al mundo que en lo que aquí se hace prima la calidad, sostenibilidad y es de máxima garantía, lo que hemos venido llamando una agricultura 2.0, modelo que avanza en competitividad productiva, logística y también de integración con otros sectores con los que debe convivir, como el turismo”. Asimismo, destacó que “es una feria en la que los verdaderos e indiscutibles protagonistas son los agricultores, hecha por y para ellos, los hombres y mujeres, que están ahí en los momentos más difíciles de la sociedad, como ya se pudo comprobar durante la crisis sanitaria, que convirtió al sector primario en un sector estratégico”.
La alcadesa explicó también que durante el I World Tomato Congress, que se inicia un día antes de la feria, el 26, y finaliza el 28, “se recibirá a expertos de prestigio internacional que han elegido Níjar para hablar sobre este cultivo”. El congreso contará con diversas ponencias y mesas redondas, así como con una sala de ‘networking’.
El programa de la feria se completa con las jornadas técnicas, enfocadas este año a la sostenibilidad en la agricultura, con conferencias sobre ‘Economía circular’, el día 27; ‘Agricultura sostenible y ecológica’, el 28; y ‘Gestión del agua’, el 29. Asimismo, se podrá ver la exposición sobre los pueblos de colonización, que se inaugurará a las 16:00 horas del 27, día de la inauguración de Expolevante. Y todos los días, a las 13:30, se celebrarán degustaciones para que los asistentes disfruten de la calidad de los productos nijareños.
(Reportaje publicado en el número de abril de 2022 de la revista Foco Sur).