Estafas en portales de compra-venta, ciberacoso, amenazas, suplantación de identidad, clonado de tarjetas de crédito y de credenciales, delitos de odio… La lista de delitos cometidos mediante el uso de distintas herramientas digitales es amplia y sigue creciendo. También en Almería, donde los casos de ciberdelincuencia, según los datos que aporta anualmente el Ministerio del Interior, crecieron más de un 5% entre 2016 y 2017, última fecha publicada.
Las constantes llamadas a la prevención y un buen uso de estas tecnologías por parte de Policía, Guardia Civil e incluso medios de comunicación no consiguen evitar que haya quienes se confíen en exceso y tengan una actitud más relajada en el entorno digital que en la vida real, donde nadie iría dando, por ejemplo, su número de cuenta o una foto comprometida al primero que se lo pidiese por la calle. De ahí que la educación en esta materia sea fundamental, y uno de los principales objetivos de la actuación de las entidades implicadas en la seguridad ciudadana, desde administraciones a los mismos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que se implican de forma recurrente en la labor de difundir mensajes y charlas para concienciar a los ciudadanos.
Los más jóvenes y los mayores son, por este motivo de educación en nuevas tecnologías, los más propensos a ser víctimas de delitos telemáticos. De ahí que estos colectivos sean, asimismo, los principales destinatarios de las campañas para promover un uso seguro de Internet y las nuevas tecnologías. A nivel nacional, el Ministerio del Interior desarrolla un Plan Director con el que se ofrece a los centros escolares del país una serie de charlas sobre distintas temáticas destinadas a concienciar al alumnado sobre distintos actividades y conductas que pueden suponer un riesgo para su seguridad, como los que conlleva un uso incorrecto de Internet y las redes sociales, alcohol y drogas, bandas violentas, acoso escolar, violencia de género y racismo.
Talleres de Ciberexpertos
La ciberseguridad es, de entre esta oferta, la estrella. Tanto es así que, en nuestra provincia, el área de Participación Ciudadana de la Policía Nacional acude a colegios e institutos de la capital desde que comienza el curso hasta que termina, y casi a diario. Y lo mismo sucede con la Guardia Civil en las zonas rurales. Además, la Policía lleva tres cursos desarrollando una iniciativa propia, los talleres de Ciberexpertos, en los que se da una formación mucho más amplia en cuestiones de seguridad online.
Estos talleres de Ciberexpertos se imparten durante dos días, a jornada escolar completa. Los dos primeros cursos, se hicieron en cuatro centros; este, en tres: los CEIP Stella Maris, Divina Infantita y Ginés Morata, con 112 alumnos de 6º de Primaria. La intención de la Policía es ir rotando por todos los colegios de Almería ciudad para que los pequeños reciban una formación cada vez más necesaria para su completa seguridad en entornos digitales.
Hasta 46 menores de la provincia fueron víctimas de delitos mediante nuevas tecnologías en 2017, cuando un año antes habían sido 26, según el último informe anual del Ministerio del Interior. En un año, el crecimiento es de casi el 100%. La mayoría de estas víctimas, 19, doce niños y siete niñas, lo fueron en casos de corrupción de menores o incapacitados. Otras doce víctimas, nueve niñas y tres niños, lo fueron en casos de amenazas. Asimismo, hubo casos de revelación de secretos, provocación sexual o injurias.
No hay patrones fijos ni tendencias, aparte del aumento de casos: no todos los años se dan más casos de un mismo delito, sino que va variando. Así, en el curso 2018/2019, «ha habido, en la franja de edad con la que trabajamos, casos de ciberacoso principalmente», asegura Carlos Ramírez, del área de Participación Ciudadana de la Policía Nacional en Almería y uno de los encargados de impartir las charlas del Plan Director y los talleres de Ciberexperto. Ramírez confirma que también ha habido casos de sexting en algún centro, «es algo común entre adolescentes».
Ciberacoso, sexting y grooming
En su labor de prevención de este tipo de delitos con menores, el área de Participación Ciudadana incide de manera especial en tres casos: el ciberacoso, el sexting o envío de fotos íntimas, y el grooming, que es cuando un desconocido online busca entablar amistad con un menor haciéndose pasar por alguien de su edad.
El ciberacoso, también llamado ciberbullying, «principalmente se da a través de las redes que más usan ellos, sobre todo Whatsapp e Instagram», señala Ramírez. En el caso del sexting, «nos preocupa porque ellos no tienen una percepción muy alta del riesgo, al contrario. Hablamos de adolescentes, algo más mayores, de 14 o 15 años, que se hacen una foto en ropa interior o incluso sin camiseta, la comparten y no saben luego muy bien el destino», detalla el policía, que cuenta que se han dado casos en «algún instituto de Almería», en el que chicos o chicas «han compartido una fotografía con una o dos personas y han acabado en un grupo de Whatsapp».
Por último, con el grooming, intentan «que los chicos tengan bastante precaución con los que no conocen, seguidores o amigos ficticios que tienen en la red, que muchas veces son gente que se hace pasar por niños para intentar captar a esos adolescentes», continúa Ramírez. El método es ya clásico: »Si el adolescente es un chico, se hacen pasar por una chica de su edad, siempre con fotos de chicas muy guapas, y si es una chica, a la inversa». Cuando se ganan su confianza, comienzan con el intercambio de fotografías, «el groomer manda una fotografía falsa que ha sacado de la red, el chico o la chica se confía y le envía una suya, y en realidad se la están enviando a un adulto». Además, añade Ramírez, «ha habido algún caso en Almería de personas que se hacen pasar por otras en una red social y acaban extorsionando a las víctimas».
Internet tiene memoria
En relación a estos casos, hacen especial hincapié en que los chavales sean conscientes de la importancia de cuidar «la imagen digital de cara al futuro, todo lo que dice algo de ellos en internet, todas las fotos que suben, porque internet tiene memoria», asegura Ramírez, que añade que «hay gente a la que le han repescado un comentario o una fotografía de años atrás». Asimismo, en los casos de ciberacoso, «muchas veces no son conscientes de lo que están haciendo. Unos saben que puede ser delictivo y otros no, lo hacen como un juego que llega a un extremo en que puede llegar a ser peligroso, y no tienen una conciencia muy real de lo que están haciendo».
Las charlas que se dan mediante el Plan Director y los talleres del programa Ciberexpertos sirven además para detectar algún caso grave que se esté produciendo con alguno de los alumnos que asisten a ellas. «Los mismos menores se acercan a nosotros y nos comentan ‘a mí me ha pasado esto’ o ‘tengo un amigo que le ha pasado esto otro’», confirma Juan Padilla, del área de Participación Ciudadana de la Policía Nacional en Almería y, junto a Carlos Ramírez, el encargado de llevar a la práctica tanto el programa de Ciberexpertos como las charlas del Plan Director. Así, añade, «las charlas son buenas para la prevención pero también para la detección de problemas que puedan tener los menores».
Estas charlas del Plan Director duran una hora y tratan sobre la temática que haya solicitado el centro, dentro de las programadas por Interior. Es además, una actividad reglada, que se programa como actividad docente. Antes o después de la visita de la Policía al colegio, los alumnos trabajan sobre la materia que les van a enseñar. Asimismo, explica Padilla, «les contamos casos reales, sin dar los datos personales, para que tomen conciencia de que lo que les estamos contando no es un rollo ni una cosa que pase en otros sitios, sino que les puede pasar a ellos».
Entorno online seguro
Los talleres de Ciberexpertos son como la versión ‘premium’ de estas charlas: se explican los casos, sobre diez temáticas, más en profundidad, durante dos días a jornada completa e incluso se les hace un examen final a los alumnos, aunque sencillo. Así, los pequeños ciberexpertos aprenden todo lo que necesitan saber sobre «cultura digital, el grooming, el sexting, tecnoadiciones, privacidad, comunidades peligrosas, redes sociales», detalla Carlos Ramírez, para manejarse con seguridad en el entorno online.
Con cierta timidez, cuando el pasado 30 de mayo los 112 alumnos que han participado este curso en el programa recibían sus carnets de Ciberexpertos en un acto celebrado en la Biblioteca Villaespesa de Almería, dos de estos alumnos confirmaban que es una formación necesaria, cada vez, para los menores. «Hay que tener cuidado con las redes sociales porque pueden sacar fotos que no quieres que nadie vea y amenazarte», contaba Mario Martínez sobre lo aprendido en el taller. Además, ahora ya sabe que hay quienes «consiguen que hagas lo que la gente quiera, y te manipulan». Por su parte, María del Mar Arcos aseguraba que hasta participar en el taller de Ciberexpertos «no sabía que no había que publicar tantas cosas en las redes sociales y que hay que tener más cuidado con lo que publicas».
Como destacaba Manuel de la Fuente, subdelegado del Gobierno en Almería, «se les ha enseñado a identificar todos los riesgos, a prevenir contactos inadecuados, a protegerse de cualquier tipo de abuso». Asimismo, adelantaba que «el año que viene la idea es extenderlo a más niños y colegios». En esta línea, María del Carmen del Castillo, delegada de Educación de la Junta de Andalucía, aseguraba que «es muy importante para la Consejería de Educación trabajar en la protección en el ámbito digital de los menores».
Rafael Madrona, comisario de la Policía Nacional en Almería, destacaba la relevancia de estos talleres ya que «en nuestros días Internet está haciendo que la delincuencia cambie. Bajan los delitos que se cometían antes, por ejemplo en bancos, contra la propiedad, y sin embargo están subiendo los delitos en Internet». En ese sentido, añadía, «todos los días se producen estafas bancarias, con suplantación de identidad, con robo de las claves de las tarjetas de crédito, por compras online que al final el producto es una estafa o no llega». Por eso, a los participantes en el programa de Ciberexpertos les han proporcionado «herramientas para que se protejan en internet como sus padres se las están dando para que se protejan en el mundo real».
Recomendaciones a padres e hijos
Con lo aprendido en los talleres y las charlas, los pequeños ya tienen mucho ganado a la hora de poder protegerse. Para ello, reciben cinco consejos básicos por parte de los agentes. «El primero es que no confíen en desconocidos ni acepten solicitudes de extraños», explica Juan Padilla, «de esa forma prevenimos el grooming y el ciberacoso escolar y una serie de problemas añadidos». El segundo es que vigilen lo que publican en la Red y que sean «más conscientes de que hoy en día tenemos una identidad digital». Asimismo, les recalcan que «cuiden su privacidad, su intimidad y sus datos personales». Por último, les recuerdan que con cualquier duda, pregunten; y que ante cualquier problema, lo cuenten. «Es importante que acudan a sus padres, a sus profesores, sus tutores o la policía», insiste Padilla, que recuerda que además de vía el vía 091, se puede pedir asesoramiento por Internet o mediante la app Alert Cops.
Y a los padres, Ramírez les recuerda que es importante que tengan «un control sobre lo que sus hijos hacen, que no les den un móvil y miren para otro lado, porque si a un niño de 9 años le das un móvil y miras para otro lado, no puedes saber lo que está haciendo». Así, insiste el policía, «a esa edad iniciática, los padres tienen que tener un poquito de control sobre lo que sus hijos hacen en internet y las redes sociales». Además, añade, es bueno que «se informen y que ellos mismos estén preparados y formados, que sepan qué redes sociales usan sus hijos y cómo funcionan, para poder ayudarles» si acaba siendo necesario.
Cibercrimen en Almería
Cuando la familia llegó a la casa que había alquilado para pasar sus vacaciones, se encontró con que en ella vivía una pareja de ancianos y que no estaba en alquiler; nunca lo había estado. En otro caso, al llegar a la dirección del apartamento, no existía este. Y así, hasta al menos trece casos, entre el pasado verano y esta última Semana Santa. A finales de abril, la Policía Nacional detenía en Almería a la autora de estas estafas, que tenían en común el uso de nuevas tecnologías para engañar a las víctimas. En total, más de 50 personas afectadas, y un valor estimado en al menos 10.000 euros. Para el engaño, les ofrecía viviendas que existen físicamente pero que no estaban en alquiler, o que no existían en la ubicación que les decía. Además, robaba fotos de otras viviendas de portales de alquiler y las enviaba como si fuesen las que ella ofrecía. Es el caso más llamativo de cibercrimen cometido en la provincia, pero hay más. Y es una tendencia al alza: cada vez se cometen más este tipo de delitos, mediante Internet, redes sociales y otras herramientas tecnológicas, al tiempo que descienden los ‘tradicionales’.
La situación en Almería, según confirma a Foco Sur la Policía Nacional, es menos preocupante, ya que apenas hay constancia de delitos cometidos desde aquí. Hace varios meses, también se detuvo a un almeriense en una operación nacional contra la distribución y posesión de pornografía infantil. Lo que sí hay más, es víctimas. «Todo el mundo compra por Wallapop y sitios así», comenta Miguel Martínez, del departamento de Prensa de la Policía Nacional en Almería. Es típico ya el caso de quienes compran, en este y otros portales de compra-venta, o en tiendas online de dudosa reputación, generalmente con presunta sede real en China, pero luego no reciben nada, o reciben un producto que nada tiene que ver con lo comprado y que es, claro está, de ínfimo valor real.
Es habitual, añade Martínez, que se efectúen cargos en las tarjetas utilizadas para la compra «por 10 o 20 euros, que es lo que suelen hacer, con lo que la mayoría de las veces ni se denuncia». Para el delincuente, esos 20 euros por persona, «si se va repitiendo en 2.000 personas», por ejemplo, ya supone una cantidad considerable. Además, continúa el portavoz de la Policía, «utilizan IP de otros países, por lo que pueden estar donde sea, o que la IP sea robada, como pasa en casos de pornografía, que tú estás en tu casa tan tranquilo, y te clonan la IP y a través de ahí difunden los datos. Así que apareces como el causante hasta que se descubre que no, que es una IP robada».
Otro caso de delincuente tecnológico detenido en Almería ocurrió a finales del pasado verano, cuando la Guardia Civil detuvo en El Ejido al representante de una agencia de viajes por estafar a varios clientes en quince provincias de España. En esta ocasión, se trataba de clientes reales que en 2017 habían tramitado con el detenido cheques de viajes. Con los datos de estos clientes, el acusado habría vuelto a cargar en sus tarjetas de crédito las cantidades de renovación de los cheques, para quedarse con el dinero. Había estafado así más de 37.500 euros, en 324 operaciones.
En el apartado de víctimas, Almería aparecía el pasado mes de febrero como una de las provincias afectadas por una trama criminal desarticulada por la Guardia Civil que estafaba a usuarios de una página de compra-venta. En este caso, vendían cachorros de perro que nunca llegaban a los compradores, que habían tenido que adelantar distintas cantidades, entre 80 y 250 euros, para adquirir la mascota. Operaban desde León y llegaron a estafar a 17 clientes en 13 provincias españolas.
Adicciones a las nuevas tecnologías
Dos riesgos al alza relacionados con las nuevas tecnologías son las adicciones y el acceso de menores a apuestas y juegos online. De los 237 casos atendidos por Proyecto Hombre el año pasado relacionados con jóvenes, hubo doce por nuevas tecnologías: diez chicos y dos chicas. Aunque también «han venido demandando ayuda por ejemplo por cannabis o alcohol, y después tienen un problema con las nuevas tecnologías también», explica Kike Gonzálvez, responsable de Prevención de Proyecto Hombre Almería. Gonzálvez destaca, en cualquier caso, que «la prevención no es únicamente dar información de los riesgos que hay, sino trabajar la gestión emocional, estrategias cognitivas, el ocio y el tiempo libre, la integración social, los valores», entre otros factores. En este sentido, desde Proyecto Hombre Almería han puesto en marcha el programa Todo Va Bien (todovabien.es), que busca «fortalecer los factores de protección y minimizar los factores de riesgo frente a un posible consumo de sustancias y otros problemas de comportamiento en jóvenes».
«Mucha gente pone en alarma el tema de las apuestas, cuando el gran problema que tenemos es el del alcohol», aclara Gonzálvez. Lo confirma el último informe ESTUDES, la encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España que realiza el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, publicado el año pasado. Según este, el uso compulsivo de internet ha crecido hasta el 21% entre los estudiantes de 14 a 18 años, un 4,6% más que en la anterior edición de ESTUDES. Destaca que hay más casos entre las chicas (23,8%) que entre los chicos (18,3%) y que a los 16 años es cuando se dan las cifras más altas en el uso compulsivo de internet (22,3%). Sin embargo, en el caso de las apuestas online, ha bajado el porcentaje desde el 9,8% de 2014 al 6,4% que reconocen haber jugado dinero en internet alguna vez en el último año. Aquí sí se da más entre los chicos, con 10,2% frente al 2,5% de las chicas.
La Policía Nacional también trata estos temas en sus charlas y talleres. «Hay chicos que te sorprenden porque juegan cuatro o cinco horas al día y el fin de semana doblan, y otros a los que los padres les fiscalizan un poquito más el horario», comenta Carlos Ramírez, del área de Participación Ciudadana de la Policía Nacional en Almería, que añade que «va mucho en función del control parental que hagan de los menores los propios padres». Por esto, dice, «les damos consejos sobre las tecnoadicciones en las charlas, que hagan un uso responsable de las nuevas tecnologías, con un horario como el de una actividad más».
En el caso de las apuestas, la Policía Nacional ha lanzado una campaña nueva, ‘Con el deporte no se juega’, sobre apuestas deportivas y los riesgos que conllevan. En cualquier caso, asegura Ramírez, en nuestra provincia «no se han dado casos de problemas» de este tipo.
(Reportaje publicado en el número de julio de 2019 de la revista Foco Sur).