Los Millares: Patrimonio Mundial

Una iniciativa de Amigos de la Alcazaba y el impulso de la Diputación pueden llevar a Almería a tener un nuevo bien Patrimonio Mundial de la Humanidad. Expertos explican los motivos por los que el yacimiento de Los Millares merece este reconocimiento de la Unesco.

Hace 5.000 años, cuando los europeos aun eran cazadores nómadas que se refugiaban en cuevas de las inclemencias del tiempo y manejaban herramientas de sílex, en lo que hoy es la provincia de Almería una ciudad crecía y se organizaba en una estructura horizontal, dominando la agricultura y la metalurgia, y se extendía a lo largo de más de mil años. Enclavada en el actual municipio de Santa Fe de Mondújar, con partes en Gádor y Alhama de Almería, su influencia se extendía por los Filabres hasta la Sierra de María y hacia la actual Andalucía Occidental. Tras milenios olvidada, la antigua ciudad de Los Millares es hoy una de las joyas del patrimonio de la provincia, la comunidad autónoma y el país. Y si se trabaja bien, con el esfuerzo de todos, en pocos años será reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Ser Patrimonio de la Humanidad es un reconocimiento a nivel mundial de que hay un bien patrimonial con unos valores excepcionales. La clave para formar parte de la Lista Representativa de Patrimonio Mundial es que el bien patrimonial tenga algunos de los valores excepcionales que marca la Unesco. Estos valores son diez: seis de carácter cultural y otros cuatro, natural. Con el convencimiento de que Los Millares cumple al menos dos de ellos, desde la Asociación Amigos de La Alcazaba se iniciaba el pasado abril un procedimiento para que el Gobierno español presente la candidatura de este enclave arqueológico. Ya se ha conseguido el apoyo de la Diputación Provincial, unánime de todos los grupos políticos, y la promesa de la Junta de Andalucía de dar los pasos necesarios para avanzar hacia el objetivo.

Gonzalo Aranda, profesor de Prehistoria en la Universidad de Granada y experto en Los Millares, que justificó la propuesta durante las Jornadas Arqueológicas organizadas por la Asociación Amigos de la Alcazaba el pasado abril, explica a Foco Sur cuáles son los méritos que ya tiene el enclave para que la petición sea tenida en cuenta. Por una parte, se cumple «el valor tres, que es aportar un testimonio único o al menos excepcional sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida». Así, como recuerda Aranda, «Los Millares es claramente una manifestación absolutamente única de una sociedad del pasado que generó unas construcciones y unas relaciones entre esas construcciones que no tienen parangón con otro tipo de sitio arqueológico. Es un poblado de una notable complejidad estructural, que aparece asociado a una necrópolis megalítica de estructuras tipo tolois, todo esto conectado con una doble línea de fortines».

Asimismo, el profesor considera que se cumple el valor cuatro, «que el bien que se propone sea un ejemplo representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana», algo que también «claramente lo cumple».

La ruta a seguir

Para conseguir el objetivo, además de los méritos, se necesita que se dé una serie de pasos que implican a varias administraciones públicas. El primero ya se ha dado, y es que haya una institución pública o privada que promueva una candidatura a la declaración de Patrimonio Universal. Amigos de la Alcazaba dio este primer paso con la lectura de un manifiesto el pasado 4 mayo en el propio enclave arqueológico, que ha recogido la Diputación de Almería aprobando por unanimidad de todos los grupos una moción de apoyo a la candidatura de Los Millares. El siguiente paso, explica Aranda, es que la Junta de Andalucía eleve la propuesta al Consejo de Patrimonio Español, el órgano estatal en el que se reúnen todos los responsables de patrimonio de todas las Comunidades Autónomas. Este Consejo es el que tiene que aprobar que Los Millares pase a formar parte de la Lista Indicativa, que es donde aparecen todos los bienes españoles que están a la espera de que se elabore el expediente que hay que llevar a la Unesco. Y como la Unesco solo se relaciona con los Estados, será el Gobierno de España el que tenga que presentar finalmente la propuesta.

A continuación, este expediente pasa un proceso de evaluación, que lo hace Icomos, Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, una institución dependiente de Unesco. El comité de evaluación realiza también una visita al lugar propuesto. Y una vez pasada la evaluación, España tendrá que presentar la candidatura a la Asamblea Anual de la Unesco para que se incorpore a la Lista Representativa de Patrimonio Mundial, a la que cada país solo puede presentar una candidatura al año.

Eloísa Cabrera, delegada territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Cultura y Patrimonio Histórico, ya ha garantizado «el impulso que desde el nuevo Gobierno de la Junta de Andalucía se le va a dar al yacimiento de Los Millares». Así, explica, en los últimos meses «se han mantenido varias reuniones de trabajo para que este asentamiento prehistórico sea declarado Patrimonio Mundial». Fernando Giménez, portavoz del equipo de Gobierno de la Diputación de Almería, asegura que además de continuar esta siendo la institución que impulse el proyecto, «tenemos el compromiso firme de sufragar aquellos gastos que ocasionen la elaboración de estudios y la del propio proyecto».

Rescatada del olvido

Para llegar a esta situación, el enclave arqueológico de Los Millares ha tenido que pasar por una serie de intervenciones, tras años en el olvido, desde que se descubriera durante las obras de la vía del tren realizadas a principios del siglo XX. Entonces, el arqueólogo Luis Siret pensó que se trataba de un asentamiento fenicio, que se había establecido en el sudeste de la Península Ibérica. Pero en la actualidad los expertos coinciden en destacar que se trata de un poblado levantado por la población autóctona de la zona, que desarrolló una cultura y una sociedad avanzadas, comparables a las del antiguo Egipto o las posteriores del mar Egeo.

Tras décadas de abandono, el yacimiento volvió a ser noticia cuando a principios de los años ochenta del siglo XX se llevó a cabo la primera fase de un proyecto de excavaciones que pretendía rescatar todo el complejo arqueológico. Quedó a medias, pero permitió que las administraciones comenzarán a proteger esta joya patrimonial que hasta entonces era víctima de expolios y dejadez. Manuel Pérez Sola, profesor de Historia en Educación Secundaria pero que entonces era maestro en la escuela de Santa Fe de Mondújar, vivió aquellos años en primera persona, llevando a sus pequeños alumnos a las excavaciones y siguiendo de cerca todo el proceso de puesta en valor de Los Millares. Para él, el yacimiento es de una relevancia excepcional por cuatro motivos.

El primero, «porque no hay en Europa una ciudad ni parecida que aguante durante mil años». Además, prosigue, «porque tiene un sistema defensivo, cuando no hay enemigo que pudiera atacarlo». Este sistema consta de cuatro líneas de muralla y trece fortines, «algunos de ellos como castillos medievales de hace 5.000 años», añade Pérez Sola, que recuerda que a la ciudad «la comparan con Troya, pero 1.500 años antes».

Asimismo, destaca en el enclave las necrópolis, con cien tumbas, con ajuares que permiten investigar la vida de los habitantes. «Hay jade, marfil, elementos que no tenemos aquí, que indican que había un intercambio comercial», señala. Y por último, porque en Los Millares «se empieza a trabajar la metalurgia, al principio para herramientas, y luego también para útiles domésticos y algunas armas». Así, destaca, es el primer sitio donde «está documentado que se usaba el cobre, con talleres específicos dedicados a él».

Impulsar la candidatura

En la actualidad, el yacimiento recibe entre 90.000 y 100.000 visitantes al año, con dos personas que se encargan de las visitas, el coordinador y un guarda. La sala de visitantes no tiene espacio para más de 30 o 40 personas a la vez. Para conseguir la declaración como Patrimonio de la Humanidad, hay que sumar méritos, como dotarlo de más personal y continuar con las siguientes fases de las excavaciones de los ochenta. Y el colofón, que es «hacer un centro de recepción de visitantes en condiciones, con la entrada al yacimiento más cerca de Santa Fe, donde pueda haber un museo estable con piezas, muchas de las que están en cajas en el Museo de Almería, y que se cuente todo el proceso de investigación», que apuntan a que «Los Millares fue una especie de ciudad Estado», un concepto que «no existía hasta el mundo helénico, con Atenas o Troya», indica Pérez Sola.

De manera paralela, señala Gonzalo Aranda, para apoyar la candidatura sería interesante organizar una reunión del Consejo Histórico Español en Almería para que los responsables de patrimonio español conozcan Los Millares e invitar a los gestores culturales de bienes patrimoniales que ya están en la lista representativa de patrimonio mundial para intercambiar opiniones. Y además, recuerda, «es importante que la candidatura esté respaldada por la sociedad civil».

Otro asunto relevante es la categoría que en la actualidad tiene el yacimiento, que es la de enclave arqueológico, la «básica». Y aunque, como explica Aranda, «Los Millares tiene unos valores universales excepcionales al margen de la categoría administrativa que tenga», ahora «ocupa un nivel administrativo incomprensible». Por eso, afirma que la Junta tendría que nombrarlo cuanto antes conjunto arqueológico, con un órgano de gestión y un presupuesto propios y un plan director.

En la zona, las expectativas son altas y la ilusión, máxima. Trinidad Góngora, alcaldesa de Santa Fe de Mondújar, señala que la declaración supondría «un impulso enorme» no solo para el municipio donde está el yacimiento, sino «para el desarrollo económico y turístico de toda la provincia de Almería». Además, avanza que «vamos a presentar una moción en todos los Ayuntamientos de la provincia para que apoyen la candidatura». Lourdes Ramos, alcaldesa de Gádor, afirma que «vamos a apoyar al cien por cien que Los Millares sea Patrimonio de la Humanidad, porque si es bueno para Los Millares es bueno también para Gádor». Además, destaca que «para toda la comarca supone unas expectativas de turismo, de una proyección importante en todo el mundo».

Cristóbal Rodríguez, alcalde Alhama de Almería, asegura también que «sería un lujo contar con una zona que sea Patrimonio de la Humanidad, sería un revulsivo para la comarca». Además, considera que «es algo en lo que hay que ir todos de la mano», porque «Los Millares es una de las joyas de la corona que tiene Andalucía y hemos estado viviendo un poco de espaldas a este patrimonio, que debe potenciarse, valorarse y darse a conocer». Fernando Giménez, señala asimismo que «puede ser un gran aliciente para toda la zona, porque sin duda será un gran polo de atracción para muchísimos turistas que quieran ver algo distinto, un yacimiento de esa importancia».

No será tarea fácil, el proceso es largo y además existe esa limitación de solo poder presentar un bien al año por país. Pero en cualquier caso, el profesor Aranda asegura que «se puede hacer de una manera relativamente rápida, depende de la voluntad que haya de impulsar el expediente y la candidatura y los primeros pasos que se están dando indican que hay ese compromiso». Así, si todo marcha bien, en pocos años Almería podrá presumir, entre sus muchos atractivos, de tener otro bien Patrimonio de la Humanidad.

El impulso decisivo de Amigos de la Alcazaba

«Nosotros ya veníamos trabajando en la idea de que Los Millares sea Patrimonio de la Humanidad por lo menos desde hace dos años», explica a Foco Sur María Teresa Pérez, presidenta de la Asociación Amigos de la Alcazaba. Una idea que pasó a la práctica a finales de abril, en el marco de las Jornadas Arqueológicas ‘Un museo al aire libre… 70 años después, 1949-2019’, que conmemoraban el I Congreso Nacional de Arqueología, celebrado en Almería en 1949, y que supusieron un impulso a las excavaciones en el yacimiento. En la segunda jornada, dedicada a Los Millares, participaron Gonzalo Aranda Jiménez, profesor de Prehistoria de la Universidad de Granada, Julián Pérez Flores, descendiente de Pedro Flores, capataz de Luis Siret, y presidente de Asociación Amigos de El Argar, y Manuel Pérez Sola, profesor y experto en Los Millares. En esta jornada, el profesor Aranda aseguraba que el enclave almeriense cumple al menos dos de los requisitos para que la Unesco lo designe Patrimonio Mundial.

«Hace 70 años había una unanimidad con respecto a Los Millares, porque había mantenido una posición como uno de los yacimientos más importantes de Europa, pero en este tiempo Almería ha ido perdiendo referentes de su arqueología, así que consideramos que es el momento de reivindicar nuestra arqueología y su buque insignia, que es Los Millares», explica la presidenta de Amigos de la Alcazaba, que añade que el papel de la asociación es el de dinamizar un proceso para el que era necesario involucrar, como así ha sido, a los alcaldes de los tres municipios donde se encuentra el yacimiento, Santa Fe de Mondújar, Gádor y Alhama de Almería, así como a la Diputación Provincial y a la Junta de Andalucía. «Ese es el camino», destaca, «porque es patrimonio de todos los almerienses y debemos ir todos juntos».

Y todos juntos participaron en la lectura de un Manifiesto preparado por Amigos de la Alcazaba, que tuvo lugar el pasado 4 de mayo en el mismo yacimiento arqueológico, acto que contó con la participación, además de la asociación, de la Junta de Andalucía, la Diputación de Almería, los Ayuntamientos de Santa Fe de Mondújar, Gádor y Alhama de Almería, así como de un nutrido grupo de ciudadanos. Dos días después, el Pleno de la Diputación Provincial aprobaba de forma unánime, por todos los grupos políticos, una moción para apoyar que se realicen los trámites necesarios para que Los Millares pase a la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad.

«Sabemos que es un camino muy complicado, que va a poner a prueba a los políticos y las instituciones almerienses, con un trabajo muy largo por delante», reconoce María Teresa Pérez, que destaca que «el apoyo ciudadano va a ser diferente que en otros lugares que ya son Patrimonio de la Humanidad, porque aquí lo va a tener seguro». Además, considera que es importante que haya «un equipo técnico» en el que podría estar el profesor Aranda. Asimismo, recuerda que «hay que hacer una gran inversión», y pone como ejemplo a Antequera, donde se invirtieron 10 millones de euros en el proceso de declarar Patrimonio Mundial los Dólmenes. De la misma manera, señala que «hay que recuperar la documentación que se ha ido generando durante 40 años de excavaciones», hacer «equipos de investigación diversos», y «continuar con las excavaciones, porque apenas se ha excavado». Todo ello podría llevar a Los Millares a convertirse en «la Atapuerca de Andalucía».

Puesta en valor de un yacimiento abandonado

Maestro en Santa Fe de Mondújar del 83 al 91, Manuel Pérez Sola llegó al pueblo «en un momento crucial, se estaban iniciando las excavaciones más exitosas en los últimos 40 años» en Los Millares. Esto le permitió ir viendo con sus alumnos cómo se iban descubriendo elementos del enclave como «los lienzos de muralla, los fortines e incluso alguna tumba que en excavaciones anteriores habían pasado desapercibidas». Este experto en el yacimiento recuerda que «intentamos hacer partícipe a la población, de manera que reconocieran el valor que tenía». Entre otras acciones para ponerlo en valor junto a sus alumnos, cuenta, «hicimos un cómic como resultado de todas las investigaciones. Eran alumnos de 8 a 10 años, que si a mí me costaba entender algunas cosas, a ellos mucho más». El antiguo maestro de Santa Fe agradece la ayuda que le prestaron entonces «arqueólogos como Ángela Suárez y Paco García ‘el Malagueño’, que dirigía la excavación, y que nos avisaba cuando iban a sacar algo importante para que llevara a los niños, y sacaban por ejemplo una esterilla que tenía fósiles de semillas de lentejas o de bellotas. Los niños se quedaban admirados». La experiencia fue tan importante para aquellos jóvenes alumnos que «dos de las chicas que trabajan en el centro de recepción de visitantes, María Francisca y Patricia, fueron alumnas mías y ahora son de las que más saben del yacimiento».

Pérez Sola recuerda cómo fue el proceso de puesta en valor: «Cuando llegamos, aquello era un descampado, hacía 20 o 25 años que no se había excavado. Con las nuevas excavaciones se consiguió que se vallara, porque no estaba vallado, incluso había una línea de alta tensión que cruzaba por encima, que costó una enormidad que se trasladara». A finales de los ochenta, les cedieron la venta que hoy en día sirve de centro de recepción de visitantes, y durante dos años la abrieron con voluntarios para explicarle el yacimiento a la gente que venía de visita por su cuenta. Pérez Sola y el resto de voluntarios ampliaron fotografías para colocarlas en el local, que al principio estaba vacío, y croquis de las excavaciones. Consiguieron que la Delegación de Cultura hiciera una maqueta del yacimiento y reproducciones cerámicas, que ahora se exponen, y que hiciera unas guías didácticas para las visitas escolares. Era una época en que tampoco había Museo Arqueológico, porque se había derribado el antiguo por aluminosis. Cuando se inauguró el actual Museo de Almería, ya en el siglo XXI, se puso de nuevo en valor el yacimiento, porque se complementaba lo que se expone en el museo con la visita al yacimiento.

Posteriormente, la Cultura creó la empresa pública de Bienes Culturales que lleva los yacimientos de Andalucía, y que es la situación actual. Hace solo dos meses, encontraron un nicho nuevo, tras un derrumbe en el que hubo que restaurar tres tumbas, con un cadáver infantil intacto con su ajuar, lo que «ha permitido que se inicie una investigación que puede ser interesantísima, con los medios que hay hoy en día» para determinar el sexo, qué comía, a qué periodo pertenecía e incluso hacer pruebas de ADN en el ajuar.

(Reportaje publicado en el número de junio de 2019 de la revista Foco Sur).

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