Carmelo Rodríguez Torreblanca llegó hace dos años a la Universidad de Almería con la intención de modernizarla y convertirla, dentro de sus posibilidades, en referente. Ahora, en el ecuador del mandato de su equipo de gobierno, hace balance de los logros obtenidos, como la transferencia a la sociedad y la relación con las empresas, la Mesa del Cine o el saneamiento de las cuentas, y avanza los retos principales para los dos cursos que tiene por delante, en los que pretende llevar a cabo la reforma de los estatutos y de los puestos de trabajo y seguir impulsando iniciativas para que la UAL sea una universidad moderna y puntera.
¿Qué balance hace de sus primeros dos cursos al frente de la UAL?
Lo primero, que me parece mentira que hayan pasado ya dos cursos y esté en el ecuador de mi mandato. Ha sido un periodo muy intenso, pero también lo valoro muy positivo. Todo mi equipo de gobierno ha trabajado muy intensamente, con criterios de eficiencia y sostenibilidad económica, pero se han realizado muchas actuaciones. En el último informe que presentamos al Claustro, llevamos a cabo más de 300 acciones, que publicamos previamente, y de las que hemos dado cuenta. Acciones tan importantísimas como conseguir que hubiera Defensor Universitario, conseguir resultados económicos positivos sin menoscabo de hacer frente a todos los compromisos que tenía ya la institución antes de que llegáramos al cargo, como es el pago de la residencia o de ciertos complementos salariales del personal de administración y servicios y del profesorado, como la paga extra de 2012 y los complementos de idiomas. A pesar de eso, hemos dedicado partidas para todo tipo de becas, de idiomas, predoctorales, postdoctorales, para aumentar los recursos de investigación, para afrontar ciertas reformas de infraestructuras, como la ampliación, tan demandada por los estudiantes, de la sala de estudios de 24 horas. Así que estoy realmente satisfecho.
Al principio del mandato, se planteaba como objetivo reforzar la Oficina de Transferencia y Resultados de la Investigación, para potenciar la relación entre empresas, sociedad y universidad. ¿Qué se ha conseguido en este ámbito?
Precisamente, uno de los miembros del equipo de gobierno es el delegado para fomentar la relación con las empresas y las instituciones. Lo primero que diseñamos, y que continuamos, es un plan de visitas con todas las empresas e instituciones para oírnos mutuamente, conocer qué necesitaban las empresas, la sociedad en general, de la Universidad y poder satisfacerlo. De hecho, desde la Oficina de Transferencia y Resultados de la Investigación tenemos un punto único, porque una de las cosas que nos demandaban las empresas era saber a quién dirigirse, cuál era la puerta de entrada a la Universidad para una empresa. Porque una empresa puede necesitar formación, puede querer firmar un convenio, puede querer realizar un contrato… También publicamos un catálogo de servicios que vamos presentando a todas las empresas e instituciones para que les sirva de referencia. Los contratos con empresas han aumentado en torno a un 25% y el volumen general de captación de recursos, un 30%.
Otro de los objetivos era impulsar la internacionalización de la UAL. ¿En qué se ha avanzado?
Hemos aumentado no solo la cantidad de movilidades de estudiantes, sino también la calidad de los destinos. Actualmente tenemos movilidad que cubre los seis continentes. Hemos hecho un especial esfuerzo en el continente asiático. Hemos intensificado convenios con otras universidades. Hemos puesto en marcha un ‘welcome center’, una oficina de recepción para que los estudiantes y el personal de administración y servicios e investigadores que vienen tengan una referencia cuando llegan, para informarles de todos los servicios que tienen. Otra actividad que me ha gustado mucho, que hemos puesto en marcha y hace poco celebró su segunda edición, es la de la internacionalización en casa, la Feria de las Naciones, en la que todos nuestros estudiantes visitantes exponen muestras de su cultura y tiene un gran éxito de participación.
Desde la UAL se impulsó la Mesa del Cine, que acaba de presentar sus conclusiones. ¿Qué se ha conseguido y qué queda por hacer?
Ha sido un trabajo intenso, prácticamente un año y medio, y esa primera fase de análisis y reflexión ha concluido con éxito, con las quince acciones propuestas. Destacaría la unidad que ha habido, se ha trabajado conjuntamente desde todas las instituciones, con empresarios, con profesionales, y gracias a ese trabajo conjunto, olvidándose de intereses particulares, pensando en el interés común, se ha conseguido este documento de conclusiones que conlleva la finalización de la primera fase de trabajo. Ahora viene la segunda fase, de seis meses, en la que vamos a crear cuatro grupos de trabajo en distintos ámbitos, infraestructuras, formación, captación de recursos, para ver cómo ejecutar esas reflexiones y conclusiones que se han presentado.
¿Habrá entonces estudios relacionados con el Cine en la UAL en un futuro más o menos próximo?
En general, podríamos hablar de formación en cine. De entrada, la Universidad ya está realizando algún máster o curso de especialista y estamos abiertos a seguir haciéndolo. Y desde luego, si ahora, del estudio de la demanda y la oferta, se concluye que la sociedad almeriense necesita unos estudios de grado oficiales de Cine, la Universidad será la primera en intentar impulsar esos estudios, que como todo el mundo sabe no es una decisión que atañe solamente a la Universidad de Almería, es a nivel del Consejo de Universidades Andaluzas. Pero apoyaremos la iniciativa.
Hace año y medio alertaba de que la situación financiera de la UAL no era «ni mala ni buena». ¿Cómo es en la actualidad?
Ahora puedo decir que la situación económica de la Universidad de Almería es muy buena. Está completamente saneada y, de hecho, el año pasado acabamos con un balance muy positivo; aunque a veces acabar con balance positivo no es tan bueno, me gustaría que se ajustaran los gastos a los ingresos. Los ingresos han aumentado y hemos controlado el gasto, y eso ha permitido un balance positivo. A veces, es difícil cuadrar los presupuestos, porque los proyectos son plurianuales o porque ingresos para los que recibes la autorización en diciembre no te da tiempo a gastarlo en ese mismo año. De entrada hicimos frente a todas las obligaciones pendientes que teníamos, hemos sacado recursos para incrementar todo tipo de becas, hemos ido al máximo de oferta de empleo público que nos permite la ley, hemos ampliado nuestro plan de investigación en un 30% y aun así el balance ha sido positivo. Tanto, que la Universidad de Almería es ahora mismo la universidad que menos tiempo de pago tiene a proveedores.
La Junta anunciaba hace unas semanas que las matrículas serán gratis para los alumnos que vayan aprobando. ¿Cómo va a afectar?
Hemos tenido una reunión los rectores andaluces con la presidenta de la Junta de Andalucía, para concretar los detalles de esa medida. A los rectores nos preocupaba que la financiación de las universidades no se viera aminorada como consecuencia de esa matrícula, puesto que una parte del presupuesto de ingresos de las universidades proviene del pago de tasas. El mecanismo va a ser que el alumno, una vez que curse y apruebe equis créditos, durante el siguiente curso ese número de créditos serán gratis. La presidenta de la Junta se ha comprometido a que el coste que pueda suponer para las universidades, que es de unos 30 millones, va a venir en una partida aparte para que no repercuta negativamente a las universidades.
¿Se han logrado ampliar los recursos por investigación y cooperación con empresas, otro de sus objetivos?
Sí, lo primero gracias al trabajo de investigadores que proponen ideas y proyectos que puedan ser útiles para las empresas, pero también desde el equipo de gobierno se está haciendo un especial esfuerzo para presentar las posibilidades de la Universidad a esas empresas y darles facilidades para incrementar el número de contratos, que han pasado de noventa y tantos a 120, y los ingresos, que estaban en torno a 2,1 millones, a 3 millones. Así que se van consiguiendo los objetivos.
Este mes de julio, la UAL ofrece un amplio programa de Cursos de Verano. ¿Cuáles son las claves de esta programación, tanto en contenido como en objetivos?
Nosotros pensamos desde el primer momento que los Cursos de Verano son un estupendo escaparate de la Universidad de Almería para la sociedad, no solo nuestro entorno más cercano, sino a nivel nacional e internacional. Por eso nuestra apuesta por los Cursos de Verano de calidad estaba basada en dos aspectos. En primer lugar, temáticas que fueran de interés social, por ejemplo las energías renovables, pero también que la calidad de los ponentes fuera relevantes. Bajo esos dos criterios hemos ido trabajando y hemos conseguido que la oferta de los Cursos de Verano haya ido creciendo de 13 a 20 y a 28 este año. Y además, con excelentes resultados y una valoración más que sobresaliente de los usuarios.
Hace poco se han publicado unos rankings en los que la Universidad de Almería salía en cabeza de Andalucía…
Siempre digo que los rankings hay que interpretarlos con cuidado, aunque qué duda cabe que es mejor salir bien posicionado que mal. Efectivamente, no solo en este último que ha aparecido, sino en los últimos que se han hecho públicos, la Universidad de Almería ha ido creciendo y eso quiere decir que estamos haciendo bien el trabajo, puesto que los indicadores no solo de calidad de docencia, sino de investigación, de transferencia, de inserción laboral, de aceptación internacional de la Universidad, han ido creciendo y es cierto que en el último nos situamos a la cabeza de Andalucía. Eso no quiere decir que seamos mejores o peores, sino que estamos haciendo bien las cosas y respondiendo a lo que la sociedad demanda.
¿Qué objetivos principales quedan pendientes para los próximos cursos?
Tengo unos grandes retos, que estaban contemplados en mi programa electoral, y que por factores externos no hemos podido realizar y porque son acciones que conllevan mucho tiempo. Uno es culminar el proceso de reforma de los estatutos, que estamos a punto de enviar a la comunidad universitaria un borrador para que haga sugerencias, modificarlo y llevarlo al Claustro para que se siga con el proceso. Otro gran reto que tenemos pendiente, que hasta ahora no hemos podido abordar porque está condicionado por el modelo de financiación y a las posibilidades de incremento de recursos humanos, es la reforma de puestos de trabajo del personal administrativo y servicios. Se está ya acometiendo y me gustaría que estuviera finalizado antes de fin de año. Y un tercer reto, que para mí es muy importante es la presencia de la Universidad en un edificio emblemático del centro de Almería. Creo que sería muy bueno para la Universidad pero, sobre todo, como almeriense, creo que serviría para dinamizar el ambiente estudiantil en Almería.
¿El Hospital Provincial?
El Hospital sería un buen sitio, pero está pendiente de una reforma que puede durar demasiado y a mí no me gustaría acabar mi mandato sin que se hiciera realidad esa presencia de la Universidad en el centro.
¿Y a nivel de titulaciones?
Ahora mismo, a nivel de estudios propios la Universidad tiene la potestad, pero en titulaciones oficiales es el Consejo Andaluz de Universidades el que tiene la última palabra. Acabamos de pasar un proceso de parón de titulaciones y ahora tenemos que afrontar un plan estratégico de nuevas titulaciones en Andalucía y, dentro de las titulaciones de Andalucía, Almería tendrá que hacer un planteamiento. En ese sentido, estamos ya trabajando para ver qué nos demanda la sociedad, qué estudios sería conveniente implantar en la Universidad y esa propuesta que salga, en la que tiene que intervenir con un papel importante el Consejo Social, la transmitiremos al Consejo Andaluz de Universidades para intentar mejorar y ampliar nuestra oferta de títulos oficiales.
¿Cómo se imagina la Universidad de Almería en medio plazo?
Yo creo que si las cosas se siguen haciendo bien, veo a la Universidad de Almería como una universidad moderna, muy apoyada en las nuevas tecnologías, que tenga una gestión eficiente, una sostenibilidad económica, y que esté bien posicionada, siempre en términos relativos a su tamaño e historia, porque la Universidad de Almería es una universidad bebé, con sus 25 años, comparada por ejemplo con los 500 de Granada o los 800 de Salamanca. Pero dentro de nuestra modestia, yo confío en el trabajo de nuestros profesionales, tanto de administración y servicios como el profesorado, que son los auténticos protagonistas, para seguir mejorando en los rankings y que la Universidad de Almería sea lo suficientemente atractiva no ya para retener el talento, sino para atraer el talento tanto de estudiantes como de investigadores nacionales e internacionales.
(Entrevista publicada en el número de julio de la revista ‘Foco Sur’).