Juan Ramón Jover es uno de los pintores más cotizados del panorama artístico almeriense y ha llegado a ver cuadros suyos expuestos en las paredes del Louvre. Además, desde su Galería Jover, lleva una década vendiendo la obra de pintores de Almería por todo el mundo.
La Galería Jover cumple diez años. ¿Qué balance hace de este periodo?
El balance que hago es que he conseguido estar vivo durante diez años, y teniendo en cuenta que llevamos diez años de crisis, es una gran suerte, porque una galería es uno de los negocios más difíciles que hay. En estos diez años ha cerrado el 80% de las galerías y han abierto otras, pero han durado un año, o tres.
¿Cuáles son los planes de futuro próximo para la galería?
Seguir vivo. En cuanto a autores, que gracias a ellos sigo vivo, estoy contento con los que tengo. Visconti es quizá el pintor de Almería que más vende en la actualidad. Yo, como galería, necesito eso, más allá de las buenas críticas, porque una galería es una tienda y, como tal, tiene que tener un producto que se venda porque, si no, tiene que cerrar. Así, he intentado tener pintores que venden, como Visconti, Luis Cañadas, Andrés García Ibáñez o yo mismo, aunque quede feo decirlo. Yo estoy entre los cinco pintores más extensos, y el currículum más importante hoy por hoy lo tiene Visconti, que tiene más de 500 exposiciones por toda España, y eso al final es lo que hace que tengas una firma y tu nombre se conozca y que se venda tu obra. Y eso es lo que significa cotizado: conocido, no caro.
¿Qué tipo de clientes compran cuadros?
He vendido cuadros a alemanes o franceses, que han pasado por aquí incluso sin tener idea de castellano para llevarse obra de Cañadas, de Visconti y de Jover. Pero tiene su lógica. En mi caso, por ejemplo, es que he expuesto bastante fuera de España, en ferias de arte, y he vendido obra en esos sitios. Y Cañadas se fue a vivir a Madrid hace 50 años y ha expuesto por toda España. Visconti es un pintor superconocido. Y quien quiere tener una obra de ellos, la busca.
¿Cómo llega a montar la galería?
Empieza cuando me canso de los viajes. Yo, desde el 95 hasta 2006, me los he tirado con la casa a cuestas, con mis cuadros, exponiendo por toda España. El coche era mi residencia, y comía bocadillos. En esos años hice 25 ferias internacionales de arte. Yo pertenezco a una familia pobre y no tenía la posibilidad de que me mantuvieran. Así que para sobrevivir como autor y sacar adelante mi arte tuve que compaginar mi labor como marchante con la de pintor, algo que requería mucha organización y paciencia, porque tienes que hacer muchísimos kilómetros. Y cuando llevas diez o doce años seguidos así, te cansas. Entonces surge lo de poner la galería, que en principio me estuve pensando no ponerla en Almería, que para vender cualquier cosa, es el peor sitio, porque es pequeña y hay poco poder adquisitivo. Pero al final me quedé, sacrificando mi proyección por la calidad de vida. Como pintor, acabas de exponer en Oporto.
¿Cómo ha sido la experiencia?
Tengo un marchante en Oporto que lleva mi obra, y me ha expuesto en Italia, Francia, Barcelona o Madrid. Y ahora en su tierra. Así que, más que una experiencia, es que tengo la suerte de que hay alguien al que le gusta mi obra, la vende y me la expone. A través a él, me expusieron dos cuadros en el Louvre. Como pintor, quiero que mi obra trascienda lo máximo posible.
¿Qué le inspira a la hora de pintar?
Yo soy muy anárquico como pintor. No es que pueda decir que me deje llevar por la inspiración, pero comprendo lo que significa la palabra. Hay un momento en el que tengo esa capacidad creativa y lo aprovecho. Pinto lo que tengo en la cabeza. Me puedo tirar una semana que ni como ni duermo, porque estoy metido en pintar, disfrutando porque me sale bien y rápido.
¿De qué vivencia está más orgulloso?
Me siento feliz de haber sobrevivido al arte, es algo de lo que me puedo sentir orgulloso. Todo el mundo pinta y puede ser artista, no es algo por lo que me pueda sentir especial. En cambio, de sobrevivir al arte, sí, de tener un nombre y trascender. Porque entre la gente que no ha logrado sobrevivir al arte hay tremendos artistas.
Últimamente está trabajando en marketing, haciendo logos para empresas…
Un día llegó la multinacional Syngenta y me pidió si podía pintar su filosofía empresarial. Yo me quedé acojonao, ¿cómo se pinta eso? Entonces me dijeron que pintara la palabra “sinergia”, y les gustó lo que hice. Yo soy creativo, y tengo la seguridad de que me sobran ideas. Y tras lo de Syngenta vinieron los de cervezas La Cala, y ahora de una empresa de energía solar. Me he dado cuenta de que sirvo para eso.
(Entrevista publicada en el número de julio de 2016 de la revista ‘Foco Sur’. Puedes descargarla aquí en pdf).