El monumento más relevante de Almería quiere convertirse en el epicentro del turismo en la capital. Las actuaciones en sus murallas y recintos, la rehabilitación del entorno y el futuro patronato para gestionarlo serán claves para lograr ese objetivo.
El Conjunto Monumental de la Alcazaba está viviendo un proceso de remodelación para transformarlo en el gran objetivo turístico de la ciudad de Almería. Durante el último año, tanto el anterior gobierno andaluz como el actual han desarrollado intervenciones encaminadas a mostrar el monumento en todo su esplendor y a revertir las malas decisiones tomadas hace décadas, con actuaciones que habían pasado factura a la estructura o habían modificado la apariencia original de la Alcazaba.
Los trabajos se han desarrollado en la muralla sur, en la norte, en el interior… Y mientras se han ido ejecutando, los estudios e investigaciones arqueológicas han hecho hallazgos como el de un posible cuarto recinto, extramuros de la muralla norte a la altura del segundo recinto. Además, desde el Ayuntamiento de Almería se está llevando a cabo una transformación radical del entorno, que quiere poner en valor y recuperar para los almerienses la zona de la Hoya y cerro de San Cristóbal. En este proyecto, además, se han descubierto restos arqueológicos que servirán para aportar más luz a la historia de la ciudad. Asimismo, se ha finalizado la construcción del Mesón Gitano, anexo al monumento, donde también se localizó un yacimiento arqueológico.
El culmen de todas estas operaciones para lograr una Alcazaba del futuro desde la que mirar a nuestro pasado será la creación de un patronato en el que se incluirán la Junta de Andalucía, que actualmente gestiona el Conjunto Monumental, el Ayuntamiento y distintos agentes sociales y culturales almerienses. El proyecto, planteado este mismo verano por la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, está en fase incipiente y, cuando esté operativo, su objetivo será impulsar aun más el poder de atracción turística del Conjunto Monumental. Hay que aprovechar el momento, tras varios años de escalada en visitas (aunque este 2019, en el que se han empezado a dar entradas para contabilizar los accesos, de momento haya habido un descenso de más de 20.000 visitantes), gracias también a una apuesta por las actividades culturales y educativas impulsada por el actual director, Arturo del Pino.
Patronato
«Vamos a revitalizar la Alcazaba y ya estamos trabajando en la constitución de un patronato, del que se han puesto los primeros cimientos», anunciaba Del Pozo en su visita a la ciudad el pasado mes de septiembre. Para la formación de este patronato, se va a crear un grupo de trabajo cuyo objetivo, según la consejera, será «integrar la Alcazaba en Almería» para que los ciudadanos «disfruten del orgullo de tener esta joya en Almería» y que el monumento «se convierta en uno de los grandes pilares turísticos» de la provincia. «Quiero apostar muy fuerte por la Alcazaba», había asegurado durante la Feria de Almería la consejera, porque «es una auténtica joya patrimonial de toda Andalucía, es una maravilla». Así, recordaba que la Junta ha hecho «una fuerte apuesta presupuestaria que vamos a mantener a lo largo de la legislatura, y que tendrá como colofón la creación de ese patronato en el que vamos a empezar a trabajar, porque quiero integrar a toda la sociedad en la Alcazaba».
Ramón Fernández-Pacheco, alcalde de la ciudad, cuenta a Foco Sur que la idea de crear «un patronato en el que no sólo esté representado el Ayuntamiento y la Junta, sino el resto de administraciones y, por supuesto, el movimiento social almeriense, es todo un acierto». Asimismo, añade que «la Junta gestiona la Alcazaba, pero es un monumento que es de todos los almerienses y es fundamental que la voz de la sociedad sea escuchada para que todo el mundo pueda hacer sus aportaciones para potenciar y promocionar como se merece el monumento, que es emblema de la ciudad, pero también de la provincia».
Por eso, concluye Fernández-Pacheco, «que haya inversiones en la Alcazaba, que se ponga el acento en el buen mantenimiento de la fortaleza árabe, que abra las puertas de su gestión a los ciudadanos y que se mejore el entorno es una gran noticia para los almerienses y también para quienes vengan a conocernos porque es un monumento de primer nivel, al igual que lo es su entorno». En este sentido, durante la visita con la consejera al Conjunto Monumental, el alcalde destacaba además que el plan que maneja la Junta encaja «con todas las obras de adecuación y mejora que en el entorno del monumento está acometiendo el Ayuntamiento».
La idea de crear un patronato para la gestión del Conjunto Monumental de la Alcazaba, en cualquier caso, no es nueva, ni única. Es el sistema que tiene, por ejemplo, la Alhambra de Granada. Y ya se propuso para la Alcazaba en las conclusiones del curso de verano de la Universidad de Almería ‘Conjuntos Monumentales y su entorno: Patrimonio, Economía y Turismo’, coordinado por la Asociación Amigos de la Alcazaba. En él, Miguel Ángel Troitiño, catedrático de Geografía Humana en la Universidad Complutense de Madrid y premio Europeo de Urbanismo en 2002, afirmaba que «los conjuntos monumentales necesitan una gestión integral, que incluya la coordinación entre la gestión urbanística, turística y patrimonial, y de esta manera facilitar un desarrollo turístico y también social de la ciudad».
Asimismo, recordaba que «el patrimonio no sólo son los monumentos, los centros históricos necesitan mantener su personalidad, y la planificación de los conjuntos monumentales tiene que incluir usos turísticos, culturales, educativos y residenciales para que tengan vida y funcionen».
Un modelo claro
Francisco Verdegay, vicepresidente de Amigos de la Alcazaba, asociación que hace más de cuatro años ya propuso al Ayuntamiento que apostasen por esta fórmula de gestión, considera que «la fórmula del patronato puede ser interesante, pero hay que tener claro por qué quieres cambiar el modelo actual». Siguiendo el ejemplo de Teruel para ser designada Patrimonio de la Humanidad, Verdegay señala tres claves para impulsar la Alcazaba almeriense. «Primero, no se puede vender nada que no esté bien presentable», para lo que habría que hacer todas las obras de rehabilitación necesarias. «Lo segundo es crear un modelo de organización tipo patronato con distintas instituciones y entidades financieras».
En ese sentido, asegura que «si el patronato consiste en que se unan instituciones locales como el Ayuntamiento, provinciales como Diputación, culturales como la Universidad y financieras como Cajamar, aparte de colectivos ciudadanos, garantizando la independencia del monumento, es positivo». Y en tercer lugar, añade, «tiene que haber una parte de autogestión dirigida una persona independiente y técnica».
Aun así, se muestra escéptico, recordando experiencias pasadas y a falta de que se concrete el plan de la Junta para el patronato. De momento, señala Verdegay, «van a hacer un grupo de trabajo, donde van a invitar a la ciudadanía», pero hace tres años ya se creó el Foro Alcazaba para abordar los problemas del monumento con los almerienses y «no había orden del día, ni había actas». En este sentido, a asegura que»reunir a gente para que decida algo que luego no se va a asumir no tiene sentido».
En este sentido, Ramón Fernández-Pacheco asegura a Foco Sur que «la creación de ese Patronato implica que las decisiones sobre lo que necesite, requiera o se haga en la Alcazaba no se tomarán de puertas para adentro, por lo que agradezco que esa apertura no lo sea solo al Ayuntamiento, sino a la propia sociedad». Así, dice que está «convencido que se convertirá en un foro positivo que ponga en valor el Conjunto Monumental y todas las múltiples posibilidades que ofrece».
El vicepresidente de Amigos de la Alcazaba, sin embargo, recuerda también el Plan Director elaborado por el arquitecto Pedro Salmerón «con las líneas maestras de actuación y las necesidades que tiene que cubrir el monumento», que una vez terminado en 2009, «se metió en un cajón» y aun espera a que se ponga en práctica. En ese Plan Director, recuerda Verdegay, «se apostaba por el pago de una entrada, cosa que defendemos nosotros». Hace más de dos años, desde la Junta aseguraron a Amigos de la Alcazaba que había una normativa para que todos los conjuntos monumentales andaluces tuvieran un Plan Director en ejecución en el plazo de doce meses. Pero el de la Alcazaba aun espera su turno.
Cuarto recinto
Mientras llega ese patronato, lo que sí se ha realizado, que también era de urgencia, es una serie de intervenciones de rehabilitación de las zonas dañadas del monumento. Así, desde el verano de 2018 se han sucedido obras en la muralla norte, en el segundo recinto, para preservar los restos arqueológicos encontrados en los años 50 del siglo pasado, y en todo el monumento para actualizar la instalación eléctrica. Las obras de la muralla norte han servido además para encontrar evidencias de un cuarto recinto en el exterior de esa muralla, delimitado también por la de Jairán, en la parte de la Hoya junto a la Finca Experimental del CSIC. De este cuarto recinto se sabía por mapas antiguos, y ahora, con la colaboración de la UAL y otras instituciones, se podrá estudiar en detalle qué secretos esconde esta zona y qué papel exacto tenía el recinto en el Complejo Monumental.
De la existencia de este cuarto recinto había documentos que así lo atestiguaban. «Hay planos de la ciudad antiguos, en los que ese amurallamiento existía», cuenta Francisco Verdegay, que insiste en que «es amurallamiento, no fortaleza». Este historiador especialista en patrimonio explica que hay varias teorías sobre esta zona y lo que en ella había. Por ejemplo, «que fuera un muro defensivo o parte de un poblamiento incluso anterior a la Alcazaba». En esta línea, explica que «se sabe que los romanos se asentaron donde hoy está la Alcazaba, porque hay restos arqueológicos en el interior y también pegados a la muralla norte». Otra opción que se baraja es que hubiera «una población musulmana, que se podría haber colocado justamente detrás de la Alcazaba para ser menos visibles, porque había ataques desde el norte de África».
Asimismo, tras un estudio en la muralla sur, que se desarrolló entre julio y diciembre del año pasado y que concluía que las humedades y desprendimientos se debían al material utilizado para el forro de hormigón que se utilizó en una rehabilitación realizada en los años 80, este mes de julio comenzaban las obras de conservación con las que se eliminará ese forro. «Las humedades y los continuos desprendimientos de este forro hormigonado proceden de la salinidad de sus elementos constructivos y del efecto impermeable de estos, lo que provoca, por un lado, desprendimientos puntuales por cristalización de las sales, y por otro, grandes manchas de humedad perceptibles desde cualquier ángulo de la ciudad», explicaba Eloísa Cabrera, delegada de Cultura, al presentar las obras.
Parte importante de la regeneración de la Alcazaba y su entorno es la obra de urbanización del entorno del barranco de la Hoya y del cerro de San Cristóbal que desde hace un año está llevando a cabo el Ayuntamiento, que contempla la creación de paseos para integrados en el entorno, así como la puesta en valor de toda la zona. El trayecto desde las calles Pósito hasta la calle Almanzor, cuando finalice el proyecto, dará una nueva vida a esta parte de la ciudad, o al menos ese es el objetivo.
«Poner en valor La Alcazaba y su entorno es un debe que tenía la ciudad de Almería», cuenta el alcalde, «por eso, desde el Ayuntamiento elaboramos un Plan Integral que, con una inversión de más de nueve millones de euros, va a transformar toda esa zona».
La Hoya, un paraje excepcional
«El conjunto de las murallas, el barranco de la Hoya y la Alcazaba es un paraje excepcional», afirma Francisco Verdegay, «es el tesoro que hemos heredado en Almería, si somos capaces de arreglar la muralla y hacer ese diálogo del barranco de la Hoya con una vegetación acorde a lo que es Almería, y que se permita la circulación placentera de la gente».
En este sentido, el Ayuntamiento ha planteado «un ambicioso plan que incluye San Cristóbal, La Hoya, las calles Pósito, Almanzor, Juez… una zona que va a mejorar muchísimo, a nivel paisajístico, estético y urbanístico, para quienes nos visitan y también para quienes viven allí, y que supondrá además una mejora importantísima en términos de movilidad y de conectividad entre barrios», recuerda Fernández-Pacheco, que añade que «todo ello debe suponer un valor añadido desde el punto de vista turístico, cultural y patrimonial que tendrá su culminación con la rehabilitación de la Plaza Vieja y la Casa Consistorial».
En el lado negativo, el Mesón Gitano, que el vicepresidente de Amigos de la Alcazaba llama «Mesonico», en referencia al Algarrobico, y califica como «el atentado más grande de la ciudad, por varias razones. Porque está construido en zona BIC, porque el destino de esa zona está estipulado en el PGOU y no era ese y es una irregularidad, un delito, porque no se hizo un proyecto arqueológico previo, y porque lo que se ha hecho ha sido denunciado por la Academia de Bellas Artes y otros organismos por ‘contaminación visual’, aparte de todos los problemas administrativos que tiene».
Como positivo, Verdegay señala que al menos así se ha descubierto «el poblado andalusí, que es la causa de que no se haya abierto el Mesón, porque no tiene nada que enseñar». Y, en este sentido, señala que «se quiere con el tiempo hacer el engaño de que el Mesón se ha construido para proteger el yacimiento, pero no, es el yacimiento el que protege el Mesonico».
Ahora, el plan de crear el Patronato de gestión, con participación de instituciones, administraciones y sociedad civil, debería facilitar que cualquier actuación en el monumento preserve su esencia y esté encaminado a hacer de la Alcazaba, como se pretende, la joya patrimonial que atraiga turistas a la capital.
Más de mil años de historia
La Alcazaba de Almería es la fortaleza musulmana de mayor tamaño de las que se conservan en España. En sus más de mil años de historia, ha tenido momentos de esplendor pero también de abandono. En la época reciente, ha vivido diversas actuaciones para rehabilitarla, algunas con más éxito que otras, hasta la etapa actual, en la que se ha afianzado como localización de rodajes de cine y televisión, ofrece una amplia oferta cultural y educativa y se ha situado entre los monumentos más visitados de Andalucía.
El origen de la Alcazaba se sitúa en el año 955, cuando el emir Abd al-Rahmán III concedió la categoría de «medina» a la ciudad y ordenó construir por ello la Alcazaba, así como una mezquita mayor y una muralla que rodease todo el recinto urbano, según se relata en el ‘Cuaderno Pedagógico de Bellas Artes’ dedicado al monumento, dirigido por los historiadores Francisco Verdegay y María Teresa Pérez. En esa primera época, la Alcazaba contaba con dos recintos, uno para el alcázar y otro para un campamento militar. En el siglo XI, Almería se convierte en una de las capitales de los reinos de taifas y en esta época de prosperidad la ciudad crece y se levantan nuevas murallas. Entonces, Almería era la tercera ciudad en población de la zona musulmana, tras Córdoba y Toledo, y Al Mutasim mandaría construir el palacio del segundo recinto.
Tras la Reconquista, la Alcazaba se mantiene como fortaleza defensiva de la ciudad y por orden de los Reyes Católicos se levanta el tercer recinto. Pero poco a poco va perdiendo su relevancia, según la ciudad crece hacia el levante y la población se desplaza. Abandonada, los terremotos habituales en la zona van haciendo mella en el monumento, así como el expolio al que se ve sometida desde el siglo XVIII.
Ya en el siglo XX, en junio de 1931, durante la II República, la Alcazaba es declarada Monumento Nacional y diez años después comienza una restauración no exenta de polémica, puesto que los resultados de las excavaciones nunca se dieron a conocer y se realizaron actuaciones para facilitar el acceso a turistas. Tras su declaración como Conjunto Monumental y las investigaciones impulsadas por la Consejería de Cultura desde 1985, lleva un proceso de rehabilitación, con el objetivo de recuperar su esplendor y revertir los efectos de las obras realizadas previamente con materiales poco adecuados, como el hormigón que causa esas humedades en la muralla sur.
(Reportaje publicado en el número de octubre de 2019 de la revista Foco Sur).