Hace 15 años, la escritora Christiane Gohl se vino a vivir a Almería, primero en Mojácar y desde hace unos años en Los Gallardos, donde tiene un refugio para caballos abandonados y desde donde escribe libros leídos por millones de personas en todo el mundo firmados como Sarah Lark.
‘Bajo cielos lejanos’ es su nueva novela. ¿Qué encontrará en ella el lector de Sarah Lark?
Es una novela en parte histórica y en parte en el presente. La parte del pasado se basan en la época de la guerra maorí, y la del presente, en una periodista joven que se va a Nueva Zelanda a investigar un caso criminal antiguo y, para su sorpresa, encuentra sus propias raíces. Hay misterios familiares, y un amor. Es muy interesante.
¿Cuál es su secreto para escribir un éxito?
Una buena historia. Una mezcla entre regiones bonitas, historias de amor, hechos históricos, porque mis libros están siempre muy bien documentados. Una mezcla de todo esto, pero lo más importante es que tiene que ser una buena historia; una historia que te entretenga.
¿Y personajes?
Claro, que sean personajes interesantes, simpáticos. En mis novelas normalmente tengo dos mujeres muy diferentes, así cada lectora puede identificarse con el carácter que le guste más. Son mujeres que tienen una vida especial e interesante.
Siempre habla de sus lectoras, en femenino…
Es que la mayoría de mis lectores son mujeres. Y el 80% de los libros los compran mujeres, así que creo que todo los escritores escriben para las mujeres. Para mí está claro. En mi caso, mi primera lectora soy yo, que escribo historias que me gustan a mí, y creo que tengo un gusto como el de la mayoría de mis lectoras. Entonces, lo que me gusta normalmente les gusta a las otras mujeres.
¿Pero cree que hay un tipo de literatura para hombres y otro para mujeres?
El género que hago yo, estas sagas familiares, normalmente son más para mujeres. Yo tengo lectores masculinos también, pero la mayoría son mujeres. Las mujeres hablan más de las historias familiares y también les gusta leer esas historias de otra gente, de familias que tienen secretos, historias de amor…
El éxito mundial le llegó como Sarah Lark, aunque ya tenía una trayectoria escribiendo con su verdadero nombre. ¿Qué provocó el cambio?
Yo siempre quería escribir novelas, contar historias, y la primera editorial que encontré quería libros de caballos y manuales de equitación. Así que las escribí, con mucho gusto porque yo crío caballos y me gusta contar a la gente cómo cuidarlos, cómo montarlos. Pero lo que yo siempre quería era escribir novelas grandes, largas, para adultos. También he escrito muchas novelas para niños y para chicas jóvenes sobre caballos, que también siempre me ha gustado mucho. Pero lo que hago ahora es lo que siempre quería.
¿En qué se diferencian los libros de Sarah Lark de los de Christiane Gohl o Ricarda Jordan?
Son distintos géneros. Es una cosa muy alemana, con cada género tienes tu seudónimo. Si escribes historias de Nueva Zelanda, tienes un seudónimo; si escribes historias medievales, otro; libros sobre caballos, otro… Es un poco raro para mí, porque pienso que mis lectores son muy inteligentes y pueden ver qué género es y si no le gustan las historias de Nueva Zelanda se compran las medievales, o al revés. No creo que hagan falta seudónimos ni que piensen que es otra escritora. Lo más cómico es que el seudónimo es abierto, así que todo el mundo sabe que Christiane Gohl es Sarah Lark y es Ricarda Jordan.
¿Qué le inspira e impulsa a escribir?
Siempre me gusta lo que estoy haciendo actualmente. Me gusta escribir, si pienso en una historia, tengo la idea, me gusta escribirla. Escribir para mí es una fascinación.
Además de escribir, se dedica a rescatar caballos.
Sí, tengo un refugio para caballos que nadie quiere, un pequeño paraíso para caballos.
¿Y qué hacen en él?
Trabajo con ellos y tengo una pareja que me ayuda con todo. La idea es ayudar a caballos viejos, darles un hogar. Pero con la crisis llegaban muchos caballos jóvenes, que tienen que ser trabajados y montados, así que tengo muchos caballos que tengo que montar.
¿Los tienen hasta que se recuperan o se quedan para siempre?
Normalmente se quedan para siempre, aunque hay excepciones. Una vez tuve que dar un caballo porque era muy pequeño para que lo pudiera montar, a una amiga alemana. Es un caballo muy joven y necesitaba a alguien que le dedicara el tiempo a él. Ahora es mucho más feliz. Y otra vez mandamos una yegua que tenía una enfermedad por los mosquitos y en Almería estaba sufriendo a una amiga en Alemania, y ahora está más sana. Pero son excepciones.
Creo que su vocación original era ser veterinaria.
Sí, era la profesión que quería cuando era niña, pero mis padres me dijeron que no, que era una chica y las mujeres no trabajaban de veterinarios. Una tontería. El 80% de los estudiantes de Veterinaria son mujeres, pero entonces mis padres pensaban que no era para chicas. Tampoco querían que fuera periodista, que fue la siguiente idea que tuve, querían que fuera maestra.
¿Y cómo es un día en la vida de Sarah Lark?
Por la mañana me levanto alrededor de las siete, doy de comer a los perros y los gatos, voy con los caballos que necesitan algún cuidado especial y lo hago y después monto dos o tres caballos. A mediodía descanso y por la tarde escribo. Normalmente, todos los días.
¿Por qué eligió Almería para vivir?
Por el tiempo, en Alemania siempre tenía frío y yo necesito calor. En vacaciones siempre me voy a un desierto, porque yo necesito sol.
¿Situará en Almería alguna de sus novelas?
El próximo libro que voy a publicar con el nombre de Sarah Lark pasa en España. En Almería, Zaragoza, en la España medieval.
(Entrevista publicada en el número de mayo de 2018 de la revista Foco Sur).