Desde 2005, Valentín Sola preside la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad (FAAM), una organización que desarrolla una labor social imprescindible a la hora de visibilizar las dificultades de este colectivo así como para luchar porque estas dificultades vayan desapareciendo de nuestra sociedad.
¿Qué balance haces de estos diez años largos al frente de la FAAM?
Un balance muy positivo en muchos aspectos, que me han permitido crecer tanto en lo profesional como en lo personal. Desde que entré a formar parte del equipo de dirección de FAAM, mi entrega al cumplimiento de nuestros objetivos es total. El principal, el apoyo y representación de los intereses de las asociaciones federadas. Uno de los mayores valores de FAAM es su extraordinario equipo de profesionales, que ha facilitado la consecución de muchísimos logros. Siempre digo que nuestras organizaciones generan oportunidades para la inclusión de las personas con discapacidad y sus familias. La estructura ha crecido muchísimo en estos diez años, y ya forman parte de esta gran familia más de 300 trabajadores y trabajadoras.
¿Cuáles son las principales actividades que lleváis a cabo en la FAAM?
Una de las principales es la reivindicativa. Por otro lado, está el aporte técnico a las asociaciones federadas, que representan a más de 11.000 personas en la provincia. El apoyo se realiza mediante la atención directa que prestan distintos profesionales cualificados, como puede ser el servicio de comunicación, informática, asesoría jurídica, laboral, contable o el asesoramiento al desarrollo de proyectos. Además, al estar FAAM calificada como Centro Especial de Empleo por ser una organización cuya plantilla tiene al menos el 70% de personas con discapacidad, se ha especializado en la prestación de servicios sociosanitarios, a través de los cuales atendemos todos los días a más de 700 personas. Por ejemplo, en nuestros centros de día para personas mayores, de terapia ocupacional, con atención a grandes discapacitados o servicios de ayuda o comidas a domicilio, entre otros.
¿Cuáles son las principales dificultades que afrontan vuestros asociados?
Las personas con discapacidad y sus familias se enfrentan a muchísimas dificultades diarias, porque se tienen que enfrentar a un sociedad que está poco comprometida con la diversidad. Esto se ve reflejado en el poco apoyo y reconocimiento real y efectivo al tejido asociativo, que realiza una labor fundamental. O en la existencia de barreras arquitectónicas para el acceso a bienes y servicios, en las dificultades en muchos casos para encontrar respuesta a enfermedades poco frecuentes, en un mundo laboral que pone muchas trabas para la inserción o en un sistema educativo que proclama una escuela inclusiva como el paradigma a seguir pero que se queda en muchos casos en los manuales y tesis doctorales.
¿Están los almerienses concienciados de estas dificultades?
La sociedad almeriense en general está sensibilizada con las dificultades de las personas con discapacidad. Sobre todo gracias al amplio tejido asociativo de nuestra provincia, que hace una labor fundamental en esa toma de conciencia.
¿Y las Administraciones públicas?
La Administración es el instrumento al servicio de la sociedad y, por tanto, es el reflejo de lo que esta demanda. Y a esta sociedad le cuesta creerse o poner en práctica sus propios principios y valores. Es cierto que se ha avanzado mucho, pero no lo suficiente, no ha sido proporcional ni paralelo al gran avance y desarrollo de la sociedad del bienestar. Siempre un paso por detrás. O un escalón, o miles de ellos.
¿Se dota de recursos suficientes a asociaciones como la vuestra?
No se dota de suficientes recursos por parte de las Administraciones y prueba evidente es que en 2015 no salieron las ayudas al mantenimiento y desarrollo de programas para las asociaciones de la Junta de Andalucía. Esto significa que las asociaciones tienen que hacer un doble o triple esfuerzo para poder mantener su actividad buscando financiación por otro lado.
¿Qué objetivos te gustaría ver cumplidos en el futuro?
El objetivo más inmediato es la finalización, en cuestión de dos meses, de las obras de una residencia puntera y moderna para grandes discapacitados que además de atender a 100 usuarios, 60 en residencia y 40 en centro de día, va a generar la inserción laboral de más de 90 personas, de las que prácticamente el 99% tendrá alguna discapacidad. También estamos empeñados en reclamar más apoyo real y efectivo por parte de las instituciones públicas al tejido asociativo y a las personas con discapacidad.
(Entrevista publicada en el número de abril de 2016 de la revista ‘Foco Sur’. Puedes descargarla aquí en pdf).