Este reportaje sobre los nuevos partidos surgidos del «espíritu del 15M» y las movilizaciones de las últimas semanas, como las Marchas de la Dignidad que recorrieron el país hasta la manifestación en Madrid del día 22 de marzo, o las protestas estudiantiles de la semana posterior, aparece en el número de abril de la revista Foco Sur. Desde el cierre, algunas cosas han cambiado o evolucionado. Por ejemplo, la manifestación contra la monarquía del día 29 de marzo, que terminó con agresiones a periodistas; la detención de algunos participantes en las Marchas del 22M; o el nombramiento definitivo de candidatos de los distintos partidos, como el mismo PP, hace apenas unos días, o Podemos, cuyas primarias registraron un récord de participantes, por encima de 30.000, y concluyeron con la esperada designación de Pablo Iglesias como cabeza de lista y con la inclusión de una de las avaladas por el círculo de Almería, Lucía Ayala, en esas mismas listas. Y, por supuesto, la historia continúa casi día a día, con la evolución o resurrección de los indignados, de los ciudadanos que han optado por, al menos, intentar cambiar el modo en que se organiza la vida política en España.
La resurrección de los indignados
Tras las Marchas de la Dignidad del 22 de marzo y las protestas estudiantiles que comenzaron cinco días después, la indignación ciudadana contra la clase política y, especialmente, el Gobierno tiene otra oportunidad de quedar patente el 3 de abril, cuando están convocadas manifestaciones para protestar por los recortes. A poco menos de dos meses de las elecciones al Parlamento Europeo, el llamado movimiento indignado resurge de un aparente letargo, aunque muchas cosas han cambiado desde que naciese el 15 de mayo de 2011.
Si hace tres años se quiso menospreciar el papel de los distintos movimientos ciudadanos implicados en el 15M por su falta de propuestas concretas y ausencia de organización, desde 2013 varias agrupaciones con vocación de partido organizado y con programa han ido surgiendo desde el movimiento original, buscando hacerse un hueco en el espectro político español gracias al apoyo de quienes no confían ya en ninguno de los partidos tradicionales. Son grupos como Podemos, Partido X, Movimiento por la Democracia o Red. Todos ellos, postulantes a recibir el voto de los desencantados con el resto de partidos del país y con un objetivo claro a medio o largo plazo: regenerar la democracia.
La primera actividad masiva de estos nuevos partidos (entre otros muchos convocantes y participantes) ha sido la manifestación en Madrid con la que concluyeron las Marchas de la Dignidad. Cientos de miles de ciudadanos procedentes de todo el país abarrotaban los paseos del Prado y Recoletos, desde la estación de Atocha hasta la plaza de Colón. La iniciativa había comenzado semanas antes, con una parte de los asistentes caminando desde distintos puntos de la geografía hasta el destino en la capital. Muchos más se sumaron el mismo día de la manifestación. Solo desde Andalucía, 500 autobuses se fletaron. Cuatro de ellos, desde Almería. En estos, había una amplia representación de simpatizantes de Podemos, Equo, Frente Cívico, el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) y otras muchas organizaciones.
La aparición de Podemos
“Estoy harto de que los de arriba vivan por encima de sus posibilidades y lo tengamos que pagar nosotros”, había dicho días antes Juan Francisco Salazar en el acto de elección de los avalados por el círculo de Podemos en Almería. Él era uno de los candidatos. El proceso era sencillo, aunque inédito: cualquier ciudadano podía postularse para ser elegido precandidato a las elecciones europeas. Una vez que Podemos Almería seleccionó a los suyos (en un acto abierto a cualquier ciudadano que quisiese votar, fuese o no simpatizante), estos han entrado en la ronda interna de primarias que finalizará a principios de abril.
Durante las semanas previas, la actividad del nuevo partido, que ha tomado relevancia mediática gracias a que su fundador, Pablo Iglesias, es un rostro conocido de las tertulias políticas de televisión, ha sido frenética. Se han presentado públicamente: han coordinado, junto a otros grupos, como el SAT o el movimiento ciudadano Frente Cívico-Somos Mayoría, las Marchas de la Dignidad; han llevado a cabo todo el proceso de elección de candidatos, una vez quedó claro que no comparecerían junto a Izquierda Unida; y han consensuado su propuesta de programa electoral. Durante las reuniones, queda patente que el descontento ciudadano es cada vez mayor. La frustración del paro, la humillación de los desahucios, la impotencia de ver cómo los gobernantes juegan a defender los intereses del poder económico dejando semejante reguero de “víctimas colaterales” son emociones y sentimientos que acaban siendo recurrentes. Y aun así, apuestan por una revolución pacífica. “No hay que acojonar a la gente, sino concienciarla, paso a paso”, argumentaba un simpatizante del partido, José Antonio Pérez.
El día 22, la manifestación pacífica terminó cuando un grupo de antidisturbios irrumpió en medio del acto de cierre. Fuentes oficiales aseguran que para atajar un ataque perpetrado por una minoría de violentos. Según los manifestantes, la versión es que la policía entró en una zona repleta de padres e hijos, alejados del perfil de antisistema radical, y fue entonces cuando se encontraron la oposición del grupo de violentos. Que el conflicto comenzase justo a tiempo para los telediarios de la noche llenó asimismo de suspicacia sobre las verdaderas intenciones de la delegación del Gobierno en Madrid a los participantes en las marchas. Al final, incluso la policía ha terminado descontenta con las órdenes recibidas, al considerar que la intención era que pasase “algo grave”. El resultado fue de un centenar de heridos, la mitad de ellos policías.

La política en manos de los ciudadanos
El suceso enturbió la jornada de protesta pero no por ello acalla la verdadera historia: la de cómo los ciudadanos de a pie, hartos de un sistema que les ha vendido a los intereses de “los de arriba”, han decidido que ya es hora de tomar las riendas en el asunto. “Me encantaría que los políticos hicieran bien su trabajo y que no nos tocara a los ciudadanos hacerlo, pero como son incapaces, tendremos que hacerlo nosotros”, explicaba Lucía Ayala al presentar su candidatura en Podemos, para la que acabó siendo avalada. Joven licenciada en Historia, parada, es una de las activistas más involucradas en el nuevo partido. «Es tiempo de sumar fuerzas, de reapropiarnos de la política», había afirmado en la presentación del partido en Almería, el 21 de febrero.
Ese ideal de recuperar para el pueblo lo que por etimología sería una democracia es recurrente entre los miembros del movimiento ciudadano. “Podemos es una buena iniciativa porque ha hecho que se interese por la política gente que hasta ahora no lo hacía”, cuenta otro de los candidatos, el profesor interino Tomás Martínez, que forma parte de CC OO y viene de Izquierda Anticapitalista, un partido que está en el germen de Podemos. Y aunque se definen de izquierdas, consideran que hay que superar definiciones desgastadas. “Lo que la gente quiere no es izquierdas o derechas, sino casa, familia, trabajo, sanidad y educación”, dice Ismael Valero, otro de los posibles candidatos que al final no resultó elegido. Y concluye: “No puede haber democracia sin educación de calidad”.
Una educación de calidad es lo que reclaman los estudiantes de Secundaria y universitarios, que han estado en huelga el 26 y el 27 de marzo. La progresiva eliminación o disminución de becas y la Lomce son los principales motivos de la protesta, así como la exigencia de dimisión del ministro José Ignacio Wert. El primer día de huelga, se saldó con 50 estudiantes detenidos en el campus de la Universidad Complutense de Madrid y con miles de estudiantes manifestándose en distintas localidades del país.
El segundo día, hubo 50 manifestaciones en otras tantas ciudades. En la de Madrid, la profesora de Historia Marga leyó un comunicado explicando los motivos de la protesta: «10.000 alumnos han tenido que abandonar los estudios universitarios y otros directamente no los empiezan. Más de 400.000 familias mandan a sus hijos al colegio sin libros de texto ni material escolar porque no pueden asumir su coste y otras 50.000 necesitan una escuela infantil, pero no pueden pagarla».
Motivos para la indignación
La educación importa, y mucho, pero no es el único motivo que mueve a estos ciudadanos a dejar la comodidad de sus casas por la protesta activa y la implicación en política. En la presentación de Podemos, participaron distintos colectivos, como la Marea Verde, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, el Frente Cívico-Somos Mayoría (el colectivo cuyo impulsor más conocido es el antiguo líder de Izquierda Unida Julio Anguita) o el SAT. Y allí, quienes participaron en el evento recordaron los 3.000 puestos de trabajo que peligran en la provincia de Almería, dentro del sector sanitario, debido a los recortes; los 15.000 desahucios ejecutados y las 5.000 familias con todos sus miembros en paro. A nivel nacional, los 250.000 desahucios frente a los más de cuatro millones de viviendas vacías, un amplio porcentaje de las cuales pertenece a los bancos; los recortes en dependencia, sanidad, educación; y las reformas de leyes como la del aborto.
Por estas razones, Tomás Martínez considera que el espacio de este movimiento está en la gente que no se siente representada por los partidos tradicionales y se muestra a favor de “una democracia soberana máxima”, en la que los ciudadanos decidan y no tenga límites. Y este es uno de los aspectos significativos de Podemos: todas las propuestas de la coordinación nacional pasan luego el filtro de los círculos, que es como denominan a cada agrupación local. Cada ciudadano, sea o no parte del movimiento, puede proponer sus enmiendas en la página web creada para esto. A continuación, esas enmiendas se votan en asambleas (a las que también se puede acercar quien quiera) y se devuelven los resultados, primero, al círculo de Andalucía y, después, al nacional.
Entre las propuestas que se han votado en Almería, destacan las relativas a política económica, energética y a la relación con la Unión Europea. En energía, las propuestas se encaminan hacia la eliminación de nucleares para apostar por las renovables, llevando a cabo una reconversión del capital trabajador. Asimismo, reclaman que se trabaje para lograr la eficiencia energética de edificios, no solo en los de nueva construcción, sino adaptando los ya existentes; además de para conseguir un sistema más sostenible, porque generaría empleo. En economía, algunas de las medidas consisten en exigir la adopción de una renta básica universal y en una redistribución del trabajo.

Salir o no de Europa y del euro
En cuanto a la UE, hay más disparidad de opiniones: salir o no de ella y del euro; no pagar la parte ilegítima de la deuda (para lo que piden asimismo una auditoría que concluya con responsabilidades penales y políticas) o no pagar nada de la deuda… La duda está entre si es mejor cambiar las cosas desde dentro (aun formando parte de la UE) o directamente romper con todo. Algunas propuestas son recuperar una moneda nacional, para el día a día, y mantener el euro para las operaciones internacionales. Otros abogan por provocar la expulsión de España de la UE no reconociendo la deuda. En general, la idea es “refundar” Europa, hacer una UE de los ciudadanos, no de las élites económicas.
En su presentación como candidata de Podemos Almería, Gema González de Chávez, miembro del Frente Cívico y que fue la que recibió más votos al final, apostó porque “ya que se entró en Europa sin consultar a los ciudadanos, para salirse tendría que ser mediante consulta”. Es decir, otra muestra más de esa intención de que el pueblo decida cada paso que se da. Se decida lo que se decida, sí hay consenso en que “Europa, tal y como está ahora, no es viable para salir de la situación en la que estamos”, según Lucía Ayala.
En Podemos Almería son conscientes de que sus opciones en las elecciones del 25 de mayo son escasas, “podemos tener uno o dos diputados”. Si los consiguen, con la intención de abrir la democracia a cada individuo, han aprobado un sistema de representación en el Parlamento consistente en que, cuando haya una votación, primero el pueblo vota desde casa y el resultado será lo que el parlamentario tenga que votar. Suceda lo que suceda en estas elecciones, la vista está puesta más allá, en las municipales del próximo año. De ahí que voces como la de Ismael Valero apuesten por salir a la calle a explicar a los ciudadanos su propuesta pero, también, escuchar qué tienen estos que decir. Y poco a poco, se van extiendiendo: en apenas dos meses, ya tienen círculos en la capital, Vera, Carboneras, El Ejido, Roquetas, Aguadulce y Níjar, y los que se van sumando.
Los nuevos partidos
Esta meteórica ascensión tampoco ha surgido de la nada: el caldo de cultivo iniciado por el 15M ya logró despertar a buena parte de la ciudadanía en cuestiones políticas; y otros grupos o movimientos ciudadanos, como el Frente Cívico o el Partido X, tienen ya cierto recorrido. El primero, impulsado por Julio Anguita, lleva dos años sirviendo de foro de ideas y trabajo para avanzar en calidad democrática.
El Partido X se dio a conocer hace más de un año por una curiosa estrategia de marketing político consistente en que ninguno de sus impulsores enseñaba el rostro. Hoy ya tienen, algunos tan conocidos como el informático francés Hervé Falciani, famoso por haber recopilado y extraído los datos del banco suizo en el que trabajaba. La lista Falciani es un documento que aglutina un quién es quién de los que derivan su capital al país centroeuropeo. Así, una de los principales argumentos de este partido es la lucha contra la corrupción. Y pensando en hacer frente común, han propuesto a Podemos y Equo (el primer partido que comenzó a trabajar de forma diferente) acudir a las Europeas con listas conjuntas.
Otra agrupación que ha apostado por un rostro conocido es Red, otro movimiento ciudadano de similares características, que incorpora en sus listas al juez Elpidio José Silva, exinstructor del caso Blesa. Red es “un movimiento que quiere asumir los grandes problemas del país, un país que está al límite de una situación de corrupción, impunidad y cargas económicas contra los ciudadanos», afirmaba Silva al anunciar su candidatura.
El último en sumarse a esta serie de nuevos partidos ciudadanos ha sido el Movimiento por la Democracia. Con el objetivo puesto en las elecciones generales de 2015, en marzo se daba a conocer este grupo, que surge del movimiento previo enRed, que lleva trabajando desde 2012. Su objetivo es la formación de “una Asamblea constituyente ciudadana” en 2015. Entre las herramientas de trabajo, está la Carta por la Democracia, en la que explican sus objetivos, entre los que destaca la “apuesta por una democracia capaz de devolver el poder de decisión a la población sobre los aspectos fundamentales de la vida. Una democracia basada en la participación en la vida social y política, que permita decidir en común cómo queremos vivir”.
La margen derecha
En esta efervescencia de partidos nuevos, no todos van con el ideario de izquierdas de la mano. Si desde hace unos años UPyD encontró su hueco en un lugar indeterminado entre ambos extremos, y el experimento les va dando resultados, desde Cataluña se ha extendido otra formación de ideología difusa: Ciudadanos. Esta formación, con años de existencia, aterrizaba en Almería el pasado mes de diciembre, cuando presentó a su equipo provincial.
El empresario agrícola Miguel Cazorla, con experiencia política previa junto al exalcalde de Almería Juan Megino, es el coordinador provincial de esta agrupación que también pretende dar una vuelta de tuerca a la democracia. En el acto de presentación, Cazorla explicó los objetivos del partido: «Queremos reformar la ley electoral, la ley de partidos, que la división entre el poder ejecutivo y judicial sea total y absoluta como estaba en un principio en la Constitución y un gran pacto por la Educación”. Asimismo, alentaba a “una revolución de cambio desde la democracia”. Un discurso similar al que esgrimen los movimientos afines al 15M, aunque el partido se distinga de estos en cuestiones como el aborto, en la que Ciudadanos se aproxima a los postulados de PP e Iglesia Católica.
La ideología conservadora, a la derecha del propio Partido Popular, es la que bebe otro de los partidos nacidos en este 2014: Vox. Si el origen de grupos como Podemos, Red o Partido X es el desencanto con los partidos, desde una ideología progresista, en este caso se trata de un desencanto con el PP desde una óptica conservadora. Al frente de Vox está Santiago Abascal, expresidente de Nuevas Generaciones del PP en el País Vasco y, entre otros cargos, director de la Agencia de Protección de Datos de Madrid hasta 2012. Es uno de los políticos del PP que no ven con buenos ojos cómo se está llevando a cabo el proceso de paz con ETA.
También provienen del PP José Antonio Ortega Lara, funcionario de prisiones que permaneció 532 días secuestrado por ETA y que presentó el nuevo partido junto a Abascal, y Alejo Vidal-Quadras, eurodiputado que ha aceptado ser el cabeza de lista de Vox en las elecciones del 25 de mayo y que, tras abandonar el PP, optó por no dejar su escaño en el Parlamento europeo. La deserción de ambos de las filas del PP levantó ciertas ampollas en la calle de Génova, en Madrid, cuando se dio a conocer Vox. De hecho, hay quien ve la mano del expresidente José María Aznar y su fundación FAES detrás de este nacimiento, que la misma Esperanza Aguirre ha celebrado. Su nicho está, se prevé, entre el electorado más conservador del PP.
(Foto de cabecera de Javier Martín Espinosa).
Información Bitacoras.com
Valora en Bitacoras.com: Marchas de la Dignidad en Madrid, el 22 de marzo. Foto de Javier Martín Espinosa. Este reportaje sobre los nuevos partidos surgidos del “espíritu del 15M” y las movilizaciones de las últimas semanas, como las Marchas de la Di..…
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