Esta mañana, el Gobierno ha formalizado la petición de… ¿rescate? ¿Crédito en óptimas condiciones? ¿Saneamiento europeo de la banca española? Llámenlo como prefieran, a la espera del bautizo oficial. En realidad no es un rescate, como Mariano Rajoy o Luis de Guindos se han cansado de repetir desde que se dieron a conocer los detalles de la operación. Confiemos en nuestro Gobierno, que sabe lo que dice. No es un rescate, sino un homenaje a Groucho Marx.
Aquí tienen una perla extraída de la carta enviada para solicitar la ayuda: «Esta asistencia financiera se enmarca dentro de los términos de la ayuda financiera para la recapitalización de las instituciones financieras». Es evidente que está inspirada en el famoso diálogo del contrato entre Groucho y Chico Marx en Una noche en la ópera, lo que no sé es si de forma consciente o subconsciente. ¿Quizá la idea era vacilar un poco a Angela Merkel, de la misma manera que el genial cómico solía hacer con las ricachonas de las que se rodeaba en sus películas? A saber…
En cualquier caso, no sean mal pensados, ni vengan ahora con que esto demuestra el nivel de quienes deciden nuestro destino. Que ya ha quedado claro que si de algo vamos sobrados en España es de educación y profesores. En realidad se trata de añadir unas gotas de humor para animar al enfermo en este trance. Para las siguientes semanas, cuando los verdaderos efectos del rescate empiecen a verse más claros, creo que ya están revisando películas de Woody Allen.