Checopolaco abre su segundo disco cantando a “la rebelión de los que estamos perdidos” en El batallón, una canción que hace que uno recuerde con nostalgia a aquellos The Strokes que tan buenos eran hace diez años. El disco (titulado también Checopolaco) continúa sin embargo desgranando un catálogo de temas que combinan lo mejor de Los Planetas preflamencos, la facilidad pop de Lori Meyers, algo de Nacho Vegas, incluso de Surfin’ Bichos… y por supuesto, y ante todo, del propio Checopolaco, que les da su propia entidad.
Al frente del grupo está Julián Méndez, bajista actual de Los Planetas y miembro fundador de Lori Meyers (con quienes participó en los dos primeros álbumes). Esto da una pista de por dónde camina Checopolaco, pero no sirve para hacerse una idea completa de lo que tenemos delante.
Y lo que tenemos son temas potentes, inmediatos, como El batallón, Guerreros o esa Verte al Norte que tan bien retrata un amor desencontrado, así como piezas más delicadas, por ejemplo Diademas (con esa cáustica letra:“Dime qué es lo que está bien y lo que no está bien”) o A paso de caracol. Y todo fluye de forma perfecta, las letras sorprenden, la música te agita, la mezcla de ambas te anima el día. El disco permanece cuando acaba. Granada tiene otro grupo del que sentirse orgullosa.
Publicado en SecretOlivo.
[…] misiles/bieenn!!, pero el grueso de su concierto, no podía ser de otra manera, vino de su álbum homónimo de 2012, uno de esos discos que no me cano de recomendar y que fue uno de los destacados de ese año en […]
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