Conoció Cabo de Gata hace más de 40 años, siguió yendo y en 1987, el año en que se declaró Parque Natural, se trasladó a vivir allí desde su Madrid natal. Cuatro años después, Fernando Alonso ponía en marcha la primera empresa de turismo activo de la zona, J.126 Rutas de Naturaleza, con la que muestra lo mejor de este territorio a quienes quieren conocer algo más que playas y calas.
¿Cómo fueron los inicios de J.126?
Yo soy de Madrid, del barrio de Carabanchel, y después de vivir una época bonita, la de la Movida, decidí cambiar de vida y venir aquí. Yo ya conocía esto desde 1983 y en 1987 decido venirme. Comencé a trabajar en distintos sitios hasta que, en 1991, con mi socia Azucena Laguía, montamos Grupo J.126, que luego ha derivado como marca a J.126 Rutas de Naturaleza.
Empezamos montando una oficina de información y ofreciendo rutas. Generamos un mapa turístico que ha llegado hasta nuestros días, el mapa-guía del Parque Natural. Hacíamos rutas en bicicleta, tuvimos una época de rutas nocturnas, y luego nos fuimos centrando en el 4×4 y el senderismo, que es lo que tenemos ahora. Fue la idea de dos personas que nos habíamos conocido aquí y en aquella época éramos los únicos que estábamos.
¿Cuál es la oferta actual de J.126?
Ahora mismo, el concepto que tenemos, fuera de temporada, en invierno, es el senderismo. Estamos poniendo en valor la Senda Pirata y el Camino de Santiago que pasa por aquí. Además, somos Oficina de Información oficial de la Junta de Andalucía. Estamos abiertos todo el año. El senderismo es un recurso importantísimo para poner en valor y generar un subproducto como la Senda Pirata, que pasa por todas las edificaciones defensivas que se montaron en el siglo XVIII y tiene un valor muy interesante. La senda recorre todo el Cabo de Gata. La hicimos en 2022, utilizando los 14 senderos que tiene el Parque Natural, y también el Camino de Santiago del Argar Sureste, que es el que pasa por el Cabo de Gata. Utilizando todas estas sendas, que son entre 100 y 120 kilómetros, se puede visitar el territorio en otoño, invierno, primavera, pasando por sitios grandiosos, sin que sea un destino de sol y playa como en verano, con otro concepto totalmente distinto.
¿Y en las rutas en 4×4?
En las rutas en 4×4, pasamos por zonas restringidas y ponemos en valor el territorio, su grandiosidad, su fauna y su flora, la historia, que es algo que aun no se ha hecho y es un territorio por donde han pasado todas las culturas. Tenemos la ruta de las calas, que pasa por Mónsul, Genoveses, el paso restringido de la Vela Blanca, el Faro de Cabo de Gata, Las Salinas y luego de vuelta a San José. O la de interior, que sale de la Oficina de Turismo de San José, como todas, pasa por el Pozo de los Frailes con su noria, Los Albaricoques, El Cortijo del Fraile, mostrando el mundo del cine y el de García Lorca, las minas de oro de Rodalquilar, lavadero, Casa Museo de los Volcanes y vuelta por La Isleta y Los Escullos. Tenemos otra por la tarde, que sale de San José hacia Rodalquilar y de ahí se sube a la Torre de los Lobos, uno de los faros a mayor altura de Europa y el que más en España, y luego bajamos a la Isleta del Moro y Los Escullos.
¿Qué tipo de gente se apunta a estas rutas?
Es gente muy respetuosa con el espacio natural protegido. El tema económico marca un poco el perfil de la gente. No es gente que venga al Cabo de Gata a hacerse un selfie. Son rutas de cuatro horas pero, cuando acaban, dicen que se les han hecho cortísimas, porque tienen muchas paradas con explicaciones donde les vas dando las claves de por qué existe este Parque Natural, su historia, su importancia socioeconómica y por qué se han conservado en estas magníficas condiciones estos 65 kilómetros de costa. Todo este tipo de cosas hacen que se apunte gente que quiere conocer bien el espacio natural protegido, por lo general de 40 años hacia arriba. En el caso del senderismo, es más abierto. La procedencia principal de quienes vienen al Cabo de Gata son las grandes ciudades, Madrid, Barcelona, Bilbao, y territorios fronterizos, como Jaén, Málaga o Granada. Y también hay gente de fuera que visita la zona varias veces y quiere conocerla un poco más.
¿Cuál es el tipo de turismo por el que debería apostar la provincia?
Tenemos que apostar por un perfil totalmente distinto al modelo de grandes estructuras hoteleras. Tenemos que apostar por la diversificación y la singularidad. Cabo de Gata no termina de encontrar la manera de mantener la actividad durante el invierno, para que la gente del territorio no tenga que irse. Hablamos siempre de romper la estacionalidad pero está costando mucho. Cabo de Gata está muy vinculado con el turismo de la provincia y tiene que ser su propio destino. Fuera de temporada, el senderismo sería una de las formas más importantes de generarlo. Hay que huir de modelos existentes en la costa, que tienen su perfil de gente, y apostar por las infraestructuras hoteleras de pequeño tamaño, para que se diversifique.
¿Cuál es tu rincón favorito de Cabo de Gata?
A mí me gusta mucho la zona del Barranco del Negro y la Cala de los Toros, muy cerca de La Isleta, al lado de la Playa del Peñón Blanco. Es un sitio sorprendente, con ese pequeño ecosistema de palmeral y pinar. También me encanta Los Genoveses por su grandiosidad. O cuando subes a la Torre de los Lobos, el faro de la Polacra, y ves todo el perfil de costa desde Las Negras, San Pedro, Cala Enmedio, Agua Amarga y al fondo Mesa Roldán.
¿Y fuera del Parque?
Almería es un sitio magnífico, tienes rincones como la Alpujarra, el Almanzora, el Desierto de Tabernas o la zona de Pulpí. Pero a mí, lo que me enamora por encima de todo es Los Vélez, creo que es la tierra en la que, si no estuviera en el Cabo de Gata, estaría yo. Es un territorio por descubrir, con un potencial muy grande.
(Entrevista publicada en el número de octubre de 2024 de la revista Foco Sur).


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