Más allá de las programaciones oficiales de las distintas administraciones, la cultura almeriense es un hervidero de iniciativas impulsadas por colectivos, asociaciones, empresas y particulares independientes. Propuestas de artes escénicas para todo tipo de público, para adultos y para niños, y con una vertiente educativa o de formación, para inculcar la pasión por la cultura desde pequeños.
Espacios y asociaciones como LaOficina, Clasijazz, MECA o La Guajira llevan ya años con esta labor y van reinventándose y adaptándose a los nuevos tiempos postpandemia; otros, como Artenvacío o El Tintero, son de reciente creación pero ya se han hecho un nombre en el sector gracias a su trabajo y han sabido sortear las dificultades de ver la luz en plena crisis. Empresas como Escenalia siguen siendo un referente y un agente dinamizador del sector, que arrastra de otros grupos y provoca sinergias entre ellos.
Almería vive un momento dulce en términos de creatividad. Cada fin de semana, se puede disfrutar de una obra de teatro local, asistir a un concierto, ver una exposición… Todo gracias al esfuerzo, muchas veces “por amor al arte”, de los propios creadores, que buscan y encuentran, y si no, los ponen en marcha, lugares donde seguir dando a conocer al público sus últimas creaciones. Y, también, espacios de dinamización de los barrios, donde se convierten en centros neurálgicos de la vida cultural, atrayendo tanto a vecinos como a públicos de otras zonas de la ciudad o la provincia.
Espacio cultural para revitalizar el barrio
Uno de los espacios que más ha dado que hablar en los últimos meses es El Tintero. Desde su apertura en junio de 2021, en plena pandemia, con una programación en la que tienen cabida distintas expresiones de las artes escénicas, de la canción de autor al flamenco, el recital poético dramatizado, la danza o el teatro, este antiguo tintero de redes de pesca en la calle Socorro, en el barrio de Pescadería-La Chanca, se ha convertido en una de las referencias de la cultura independiente de Almería. Al frente, la cantante Sensi Falán y la actriz María Núñez, socias de la promotora cultural Indómitas Producciones y miembros del grupo de teatro El Tinglao.
Hasta que abrió como espacio cultural, El Tintero era un local regentado por la hermana de Sensi, en el que se preparaban comidas tradicionales del barrio. Con la pandemia, pasó a la cantante y actriz, que junto a su socia comenzaron a planear cómo darle vida a la zona desde la sala. “Lo que queríamos era que el local nos sirviera para visibilizar el barrio. Yo soy de La Chanca y me interesa quitar esos prejuicios y barreras invisibles que sigue habiendo”, explica Sensi Falán. “Y también, enseñar al público lo que hacemos nosotras”, añade.
María Núñez matiza que “una de las motivaciones del proyecto, además de tener un lugar donde mostrar nuestras propuestas, era que hubiera un espacio más en la ciudad para la gente que se dedica, como nosotras, a la música o al teatro”. Así, planearon una programación que incluía, además de las actuaciones de distintas disciplinas, talleres de teatro, danza, pintura o canto. Y con una perspectiva de género siempre presente.
Uno de los proyectos que han llevado a cabo en este año y medio de existencia es el de talleres de teatro para mujeres marroquíes y gitanas del barrio. Y también, de teatro y música para niños y niñas. Cuando pueden, llevan sus clases a distintos pueblos de la provincia. Asimismo, este espacio cultural, con espacio para unos 60 espectadores, se ha convertido en local de ensayo de compañías de teatro, como El Tinglao y Luna Roja, que estrenan allí sus producciones.
“La acogida en el barrio es magnífica… Incluso cuando no tenemos programación, porque actuamos fuera, la gente nos pregunta que si no vamos a hacer nada”, revela Sensi Falán, que cuenta cómo muchos vecinos no se pierden una actuación desde sus balcones en verano, cuando el escenario se monta en el terrao del local. “La calle tiene también mucha más vida cuando hay actuaciones, viene mucha gente de otros lugares, y extranjeros que han visto la programación y se acercan”, añade.
Clases y obras para los más pequeños
Cerca de la Rambla, en la calle Tirso de Molina, se encuentra otro espacio que ha abierto en Almería en los últimos tiempos. Artenvacío es una escuela de teatro, pero funciona también como sala, con una programación para adultos y otra para público infantil de títeres. Al mando, Alberto Pozzoli, que se encarga de impartir las clases a grupos de menores de distinta edad, a partir de los 3 años.
Las clases están adaptadas a la edad de cada grupo. Así, mientras que para los pequeños se enfocan a “la gestión emocional y el conocimiento del propio cuerpo”, los niños de entre 6 y 11 años “se encargan de hacer una obra de teatro, les enseñamos a hacer máscaras, escenografías, a pintarlas”. También hay grupos de adolescentes, “a los que este año he propuesto que con su obra de teatro se paguen un viaje de fin de curso, así que están aprendiendo también a hacer marketing para vender su producto, además de actuar, para que no vengan solo familiares”, explica Pozzoli, que añade que la idea siempre es “que sea algo divertido y que sea el alumno el que se involucre”.
Pozzoli abrió Artenvacío en un antiguo gimnasio en octubre de 2018, como escuela. Al poco tiempo, el espacio comenzó a programar espectáculos para niños, “pero era muy difícil porque en la ciudad hay mucha oferta de teatro infantil y de cuentacuentos, en las bibliotecas, en librerías, y no hay costumbre de pagar”. Durante el segundo curso de existencia, pusieron en marcha una programación para adultos, los fines de semana. Arrancó en enero de 2020 y tuvo que ser cancelada a las pocas semanas, a causa de la pandemia.
Tras unos meses de clases por Zoom, en las que incluso llegaron a grabar una obra en vídeo, “un vídeo musical, grabando la parte de cada uno desde su casa, una canción doblada”, y un curso con las conocidas medidas de seguridad, que impedían el acceso al centro incluso a los familiares de los alumnos, el pasado curso ha sido el de la vuelta a la normalidad. También para la programación. En la infantil, se ha aliado con Escenalia, la veterana empresa almeriense promotora de teatro, que se encarga de llevar una programación estable para niños, algo de lo que carecía la ciudad hasta ahora.
“Estoy teniendo buena acogida y recibiendo mucho apoyo y ayuda, la gente me devuelve siempre buenos feedbacks, me dicen que era muy necesaria una sala como esta”, cuenta Pozzoli, que destaca que “muchos de los artistas proponen ideas, tienen ganas de hacer cosas y se apoyan entre ellos, aunque se hagan competencia entre ellos”. Por eso, asegura que “se respira un ambiente muy bueno a nivel cultural en esta ciudad, al nivel de las pequeñas compañías de teatro, remando todos en la misma dirección, es algo que me encanta”.
Teatro en los Refugios de la Guerra Civil
Antonio Fernández, director de Escenalia, explica que la pandemia les obligó a reinventarse. “En nuestro caso, nos hemos apoyado en un tejido que tras la pandemia ha salido con mucha fuerza, el de la exhibición, las salas de teatro y de todo tipo privadas, como Artenvacío, Clasijazz, El Tintero o La Guajira”, cuenta, y asegura que “hay salas que están teniendo más actividad que antes de la pandemia”.
Además de en salas, han empezado a actuar en espacios alternativos. Por ejemplo, en los Refugios de la Guerra Civil. “Es un recorrido por los Refugios, contando una historia que sucede durante un bombardeo, trasladamos al público al 31 de mayo de 1937, el día del bombardeo de la escuadra alemana sobre Almería”, detalla Fernández. “Hemos inventado una ficción utilizando personajes reales”, continúa, “uno es Guillermo Langle, el arquitecto de los Refugios. Otro es un teniente del Ejército republicano que existió realmente. Y el último, un personaje muy curioso, que fue espía de la Quinta Columna, alguien muy controvertido porque no estaba claro si era un agente doble”.
También organizan el programa Educateatro y han llevado sus obras a espacios como el Museo de la Guitarra o el Centro de Interpretación Patrimonial y quieren seguir explorando esta vía de ‘asaltar’ espacios no convencionales para difundir las artes escénicas.
Otro de sus proyectos recientes ha sido la puesta en marcha de un programa estable de teatro infantil, que se desarrolla en Artenvacío y en Clasijazz. Un sábado al mes en la primera, y un domingo en la segunda. “Nos gustaría implicar a más salas, para que todos los fines de semana haya una actividad de teatro o música en una sala privada de Almería”, comenta Fernández.
Para este experimentado empresario cultural, “Almería se está enriqueciendo, está surgiendo una programación muy intensa en distintos espacios escénicos privados y alternativos”. Y, en este sentido, asegura que “lo que mantiene viva la cultura en las ciudades es el tejido cultural no institucional; no solo en teatro, también en las artes plásticas, con las galerías”. Por primera vez, añade, “Almería tiene esa vida cultural, con tantos espacios creados para la exhibición, para la cultura. Por eso sería bueno que la administración la apoyara, de forma no intrusiva ni limitante”.
En esta eclosión cultural almeriense, también es fundamental el trabajo de espacios como La Guajira, que mantiene una programación estable a lo largo del año y desde la pandemia mantiene un canal en una plataforma para emitir en directo, para suscriptores, los distintos espectáculos que acogen. O como Clasijazz, que también compagina los conciertos de figuras del jazz con las clases y talleres, uniendo cultura y educación. E incluso se ha abierto a otras disciplinas artísticas, con iniciativas como el comentado programa de teatro infantil o el Festival de Artes Escénicas, que en febrero de este año celebró su tercera edición.
De la calle de las Tiendas a la Casa del Cine
LaOficina Producciones Culturales cumplió diez años en 2022 y este aniversario lo celebró tomando las riendas de la Casa del Cine. La asociación cultural dejó su sede en la calle de las Tiendas y lleva ya un par de cursos dinamizando uno de los espacios museísticos de la capital que menos actividad tenían. “Era una idea que llevábamos tiempo ‘mascando’, poner un pie en espacios públicos de la ciudad, como ha sucedido en otras ciudades con asociaciones culturales y espacios públicos, así se pueden desarrollar actividades para todo tipo de público y de pensamientos, siguiendo con la línea cultural”, explica Carlos Vives, uno de los fundadores de LaOficina.
En la Casa del Cine, desarrollan proyectos de todo tipo. Por ejemplo, mantienen una línea educativa, en la que ofrecen prácticas a los alumnos del IES Albaida, de los estudios de Producción, Realización y Vídeo DJ. Y una programación en la que distintas disciplinas artísticas, así como charlas y encuentros, van creando una oferta en la que uno de los objetivos es dar a conocer el trabajo de creadores de distinto tipo.
En esta línea se enmarca el ciclo Emergencia Urbana, protagonizado por autores de música urbana de la provincia. “Ahora la opción de la gente es producirse en su casa, y hay mucha más música y mucha calidad, pero como no había espacios para verlo en directo, abrimos esa posibilidad”, cuenta Vives.
La promoción de la cultura libre es otro de los objetivos, y de ahí la colaboración con Wikimedia España, que celebró en este espacio sus últimas Jornadas en noviembre de 2022. “Fue un congreso de tres días con 60 personas, con dos salas repletas de información, charlas, debates y mesas redondas muy interesantes”, cuenta. Con la marca Wikimedia también han puesto en marcha una serie de talleres, hasta ahora en 35 pueblos de la provincia, en los que enseñan a los vecinos a utilizar las herramientas de esta organización para conseguir que sus municipios tengan cada vez más presencia en internet. Y de paso, dar más visibilidad a su vez al patrimonio histórico cultural de estas localidades.
Como en el caso de El Tintero, esta revitalización del espacio cultural ha servido también para darle movimiento cultural al barrio de Villablanca donde se ubica. “La gente ha respondido muy bien, tenemos las actividades llenas siempre”, cuenta Vives, que revela que ahora tienen la intención de “generar nuevos espacios dentro de la propia Casa del Cine, como una sala de proyección, para hacer una pequeña filmoteca en la que ver películas durante todo el año”.
Y desde las pasadas navidades, están programando “actividades para los más pequeños, porque el barrio tiene muchos niños”. La intención es programar un cuentacuentos al mes y, si consiguen solucionar los problemas de derechos, proyectar películas para el público infantil.
Asimismo, están avanzando en “la faceta didáctica de la Casa del Cine, que es un museo”. Así, están preparando con la Junta de Andalucía, tras reunirse con las aulas de Cine y de Patrimonio, ‘visitas guiadas educativas’, para difundir el significado del cine y su valor como herramienta de expresión artística entre los escolares, que incluirían charlas especializadas y talleres.
A medio plazo, el objetivo principal es recuperar el proyecto de crear un archivo documental sobre los rodajes de cine en la provincia, que abarque también a la sociedad almeriense, no solo a los actores y directores que vienen a rodar.
(Reportaje publicado en el número de octubre de 2023 de la revista Foco Sur)


Replica a Carlos Vives, coordinador de la Casa del Cine: «Los museos tienen que estar también para culturizar y dar espacio a los ciudadanos» – Miguel Blanco Cancelar la respuesta