Tras contar las historias de una madre y de una niña durante la Guerra Civil española, el historiador Fran Martín narra en su nuevo libro, ‘Me verás cruzar el Ebro’, la historia de un soldado, Nicolás López López, nacido en Serón. A través de estas intrahistorias, el autor va creando un mapa de testimonios de los protagonistas silenciados de aquella época de la historia.
¿Qué historia encontrará quien lea ‘Me verás cruzar el Ebro’?
Se va a encontrar la historia del último soldado de Serón y uno de los últimos supervivientes de la batalla del Ebro, que dio testimonio oral justo un mes y medio antes de fallecer, cuando tenía 102 años y estaba en una residencia en Barcelona, donde falleció de coronavirus en las primeras oleadas de la pandemia. Este hombre es testigo de varias batallas, la de Teruel, la de Belchite, la de Lérida y la del Ebro, en la que estaba en la trinchera principal. Detrás de esa trinchera había una carretera por donde suministraban armas y alimentos a todas las fuerzas republicanas en el Ebro. Por eso él decía que cuando se perdió la trinchera, también se perdió el Ebro. Fue detenido por los moros del teniente coronel Juan Yagüe Blanco el 13 de octubre del 38 y conducido andando, primero a Gandesa, en Tarragona, donde estaba el puesto de mando del ejército franquista, y de ahí a Zaragoza, a unos 164 kilómetros, con 300 presos, entre ellos algunos almerienses.
¿Cómo conociste su historia?
A mí me donó su testimonio en los IX Encuentros de Testimonios de la Guerra Civil que organizo, pero luego seguí buscándolo en los archivos y encontré más cosas, como su unidad militar, y más documentos que daban veracidad a lo que me había contado. Lo contrasté y vi que estaba ante uno de los grandes testimonios que había sacado del olvido en los nueve o diez años que entonces llevaba de proyecto.
Con este libro, ya llevas tres historias de supervivientes, que no suelen ser los protagonistas habituales de la Historia con mayúsculas…
Sí, son personas de abajo, sin historia, personas que dan voz y veracidad a capítulos de la Historia a través de sus intrahistorias, sus historias personales dentro del conflicto. Ya teníamos la historia de una madre, con ‘Madre anoche en las trincheras’, la historia de una niña, con ‘La guerra en mis ojos’, y ahora es la historia de un soldado, uno de los últimos supervivientes de la batalla del Ebro. Me estoy situando en este estilo de las intrahistorias, porque me enamora mucho coger una historia verídica, unos documentos, y contrastarla con más documentos, y aportar muchos testimonios de vida que den visiones diferentes al acontecimiento histórico.
Al final, quedan unos libros que no son novela, pero sí muy parecidos a documentales…
Claro. Me decía un profesor jubilado de León que él ha hecho un par de novelas históricas de la Guerra, y yo le decía que yo no tengo la capacidad de hacer una novela, que mi estilo es ensayo histórico de investigación, pero me gusta tocar la rama humana, sin novelar nada, que al lector le llegue un libro que tiene vida, pero que es una historia real, no ficticia.
Y ahora tienes otra historia más en esta línea…
Sí, no te puedes imaginar, a través de mis lectores, la de historias que me están llegando. Esta es de un francés, Antoine Lopez, que vive en Marsella y había comprado mis libros. Me escribe pero yo no sé francés, así que me pongo el traductor y voy entendiendo lo que me va diciendo. Y me cuenta que su padre era español, de Las Pedrosas, un pueblecito de Zaragoza. Y me dice que su padre había escrito un diario de 300 páginas, con todas sus vivencias de la guerra, como un ‘Diario de Anna Frank’ en la guerra de España. Me envía más documentación hasta que le digo que me gustaría reconstruir la historia de su padre. Y ahora estoy con ello, que casi estoy viviendo más en 1936 que en 2023. El soldado era Antonio López Arrieta, sargento del ejército republicano. Lo llamativo de esta historia es que había nacido en 1908, y en 1923, con 15 años, sus padres se van a probar fortuna a Francia, cerca de Marsella. Allí se casa y tenía una niña de dos años cuando ve a las Brigadas Internacionales en el puerto de Marsella. Y él, que podía haberse quedado tranquilamente en Francia, se vino a luchar por la libertad y la democracia. Y se metió en la boca del lobo.
Desde hace pocos meses, está aprobada la Ley de Memoria Histórica. ¿Qué opinas de ella?
La Ley de Memoria Histórica, que viene a complementar la de 2007, con Zapatero, es positiva, aunque llega un poco tarde, porque son muchísimos los que se han quedado sin ese derecho de justicia, verdad y reparación. Es positiva, dado que España es el segundo país del mundo con más desaparecidos de guerra y esta ley pone cordura y otorga el derecho a la reparación moral de esas víctimas. Tampoco trata todas las partes por igual, como a los de la División Azul, en la Segunda Guerra Mundial, con la que fueron 10.000 españoles a luchar a los campos de Rusia, es verdad que a favor del fascismo, pero la Ley de Memoria Histórica no aborda estas víctimas. No es una ley definitiva, que cubra todos los derechos morales, pero es muy positiva.
Llevas once años organizando los Encuentros de Testimonios de la Guerra Civil, en el instituto donde das clase. ¿Cómo han sido los últimos y que preparas para el año que viene?
Los últimos los hicimos en febrero, para que coincidieran con el tema que trabajamos este año, la Desbandá de 1937. Los alumnos hicieron exposiciones de personajes como Norman Bethune, Negrín, el Socorro Rojo Internacional, Queipo de Llano o el coronel Villalba. Y después, la mesa científica contaba con tres invitadas de excepción: Carmen Negrín, nieta del presidente del Gobierno de la República; Amparo Sánchez, una niña que hizo la Desbandá con seis meses y luego el exilio de febrero del 39; y Ana Pomares, la protagonista de ‘La guerra en mis ojos’. Y el próximo año, lo dedicaremos a lo que pasó con los españoles que fueron a parar a los campos de concentración nazis. Lo llamaremos XII Encuentro de Testimonios, la voz de Mauthausen. Incluso queremos organizar un viaje a Austria para que los alumnos conozcan el “campo de los españoles”.
(Entrevista publicada en el número de septiembre de 2023 de la revista Foco Sur).


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