El cantante y compositor de Bantastic Fand, Nacho Para, publica su primer disco en solitario, ‘No parking tickets in the clouds’, un trabajo autoeditado, disponible en bantasticfand.bandcamp.com y, en Almería, en La Caverna. Rock de esencia americana, destacado entre los mejores discos del año por varias publicaciones.
Primer disco en solitario, aunque sigues con los compañeros de la Bantastic Fand… ¿Qué supone este nuevo álbum en tu carrera musical?
El disco se hizo en la pandemia, cuando no podíamos juntarnos. En Bantastic, el compositor y la voz principal soy yo, pero con un grupo de seis muy buenos instrumentistas, mi guitarra era de relleno. Así que en este disco toco mi estilo de guitarra, en el que meto el africaneo. El disco tiene un toque africano, porque siempre he tenido una pata en África y trabajé allí diez años. Ali Farka influye bastante en el disco. Quería hacer un disco donde primara mi guitarra acústica y mi voz. Se grabó con guitarra acústica, voz y armónica y luego empezaron a abrirse los cierres y teniendo estos músicos, dije “vamos a colorear”, pero sin que se entierre lo otro. En muchas canciones no hay instrumentación y en las que sí hay, intento que la acústica y la voz sean las que manden.
Del ‘Somebody’s world’ de Bantastic Fand a este ‘No parking tickets in the clouds’, ¿qué ha cambiado?
El ‘Somebody’s world’ es lo mejor del grupo y se lo comió la pandemia, porque salió dos meses antes y giramos muy poco con él. Era el disco más coral de Bantastic, con composiciones de Fernando Rubio, Paco del Cerro y mías. Hasta entonces el grupo era Paco y yo y a partir de ese disco abrimos mucho la paleta, es más coral, con gente que viene más del soul, gente que viene más del country… Y el nuevo disco es más personal, se puede defender solo con una armónica y una acústica.
El título es un llamativo verso de la canción ‘Hurry up’. ¿Por qué lo elegiste?
‘No parking tickets in the clouds’ es “No te multan por aparcar en las nubes”. Aparte de que a mí y a mis amigos nos toca mucho los cojones que haya que pagar por aparcar en las ciudades, con la zona azul que se está instalando incluso en pueblos pequeños, era la época de todas las medidas de seguridad por el Covid, que las veo lógicas, pero iban constriñendo al ciudadano. Como título es llamativo, invita a la libertad, a soñar, frente a las miles de normas que nos ponen.
La crítica ha recibido muy bien el disco, incluso ha entrado en la lista de la revista ‘Ruta 66’…
Sí, es el sexto de una lista de quince, y me enorgullece que sea el único que está autoeditado y autoproducido. En ‘El País’, Fernando Neira nos puso bastante bien. Hemos salido en bastantes listas entre los primeros.
Ahora lo presentas en directo, con parada en el 5 de mayo en Almería, en Clasijazz. ¿Qué se encontrará el público que asista?
Será un Nacho Para and friends. Llevamos una base de cuatro músicos, Paco del Cerro en la batería, las percusiones y el banjo, Carlos Campoy en los teclados, yo llevo la acústica y la eléctrica y Paloma, coros y percusión. Pero habrá formaciones ‘de lux’ según lo que se pague, que podamos incorporar más músicos. También es posible, en Almería, que contemos con el pianista Ramón García, que ha colaborado con Bantastic Fand en un par de discos y ha hecho giras con nosotros. Por eso lo llamo Nacho Para and friends. Va a ser una fiesta.
¿Qué música escuchas en casa?
La música que escucho está orientada a lo que luego son mis composiciones. Mucha gente me dice que mi música es muy americana, pero yo le veo un componente muy ‘British’. Yo soy muy de los Beatles. Y también me gusta mucho la música americana, Bob Dylan, Tom Petty, Gram Parsons. Y luego está la pata africana, que a lo mejor no te das cuenta a la primera, pero si has escuchado a Ali Farka y esta gente, en mi forma de tocar la guitarra creo que se nota. Si mezclas a George Harrison con Ali Farka y Bob Dylan te sale una cosa que creo que es mía.
Folk, country, americana, blues, rock… ¿Cómo se maneja uno con estas cartas en la industria musical actual?
Se mueve con dificultad, pero es una decisión vital. Yo no estoy en la música para intentar conseguir el éxito, porque si no, haría otro tipo de música. Al final, después de 30 años en el periodismo, monto una banda para hacer la música que yo quiero hacer, independientemente del éxito que tenga. Pero también es cierto que ahora mismo es mi profesión, con lo cual intento vivir de ella. Y para eso, me he intentado montar una especie de circuito alternativo. Ahora hay asociaciones de gente a la que les gusta este tipo de música, que se junta para pagar y que vayamos. En el norte tenemos bastante predicamente, Asturias, Cantabria, País Vasco, Castilla y León y Galicia. Y en Madrid siempre que vamos llenamos el Café Berlín. De momento, la propuesta no hecho sino crecer. Aunque el crecimiento es pequeño si lo comparas con Rosalía, claro, pero no es esa la aspiración. Yo no quiero ser una estrella pop, es una cosa marginal. El rock siempre fue ‘underground’ y creo que es el sitio que mejor le sienta. Cuando el rock llegó a los estadios, engulló a los grupos.
¿Por qué dejaste el periodismo por la música?
Porque el periodismo se estaba abandonando a sí mismo y salí corriendo… Yo viví una época muy buena, cuando los medios tenían bastante más libertad de movimientos. Era otro tipo de periodismo. A mí jamás me dijeron cómo tenía que enfocar algo. Hubo un momento en que me sentí cansado, y como había tenido el grupo desde siempre, con una indemnización que me dieron, me monté el estudio en 2011. Al principio fue duro cambiar de profesión y empezar de cero, pero ahora con este disco estoy recogiendo los frutos de diez años de trabajo. Es la primera vez que al empezar el año tengo ya quince conciertos. El año que viene viviré de la música, el siguiente ya no lo sé. Además, colaboro con una revista de Barcelona, ‘Política y prosa. Y este año he publicado un libro, ‘Concierto para George’, que es mi forma de seguir haciendo periodismo, sin jefe.
(Entrevista publicada en el número de mayo de 2023 de la revista Foco Sur).


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