Uno de los principales guitarristas flamencos de la actualidad, Niño Josele, presenta su nuevo disco, ‘Galaxias’, en el que sublima todo lo aprendido de la música a lo largo de una trayectoria que incluye largas colaboraciones con Enrique Morente, Paco de Lucía y Chick Corea. Con participación de este último y de Rubén Blades, entre otros grandes, el disco, autoeditado de forma independiente por Niño Josele y con el patrocinio de Estrella de Galicia para el lanzamiento, es el primero de composiciones suyas en diez años, y ahora lo presenta en directo en una gira que le traerá trajo en marzo a su Almería natal.
¿Cómo fue el proceso de gestación de ‘Galaxias’?
Desde hace bastante tiempo tenía pensado hacer un disco, pero circunstancias de la vida y el trabajo, me retraje un poco en componer. Seguía haciendo cosas, como el disco con Chano Domínguez o el disco de temas brasileños con Estrella Morente. Pero componer es un estado que te tiene que salir del corazón, tienes que sentirte bien y estar con el instrumento para que la magia te venga. Entre 2018 y principios de 2019 ya tenía pensado hacer cosas para mi disco de flamenco. Ya me encontraba más fuerte. Quería hacer un disco con toda la trayectoría que llevaba, de años con Paco de Lucía. Había aprendido tantas cosas del maestro de la guitarra que tenía que asimilarlo. También había hecho cosas antes con Chick Corea, como el homenaje a Miles Davis en 2009, que fue cuando me hice amigo de él. Cada vez que venía a España tocábamos juntos. En el disco ‘El mar de mi ventana’, de 2012, hay un tema que se lo dedico a Chick Corea, ‘Mi compadre Antonio’. En ese disco quería colaborar, pero tenía colaboraciones de Tomatito, una de las personas con las que he aprendido a tocar la guitarra, junto con mi padre, y de Paco de Lucía. Era un disco de guitarra pero esa bulería se la dedico a Chick Corea.
Con toda esa trayectoria, yo no había grabado un disco solo desde entonces. Componer un disco de guitarra es agotador, porque es muy difícil poder ofrecer siempre algo nuevo, fresco y que aporte algo al flamenco. La inspiración me vino en 2018 y coincide que Chick Corea me propone hacer un disco con él, como el de ‘My Spanish Heart’ o el que grabó con Paco de Lucía, ‘Touchstone’. Cuando terminamos de grabar el disco, ‘Antidote’, me dice en el mismo estudio: “Oye, ¿tienes algo para mí?”. Y le digo que ahora estoy componiendo el mío, que vamos a hacer algo juntos. Yo tenía pensada una melodía, la de ‘Galaxias’, y se la pasé y le encantó, me dijo que iba a tocar también. Así que me devolvió una cosa increíble. Yo esperaba un piano y lo que llegó fue un moog eléctrico, como el de su Electric Band. Cuando lo escuché, me pareció galáctico, que de ahí viene el título.
En esta ocasión el disco es autoeditado…
Siempre he estado en compañías grandes, en Sony, en BMG o en Warner, pero hoy en día las discográficas están apostando más por otras músicas y a la guitarra y el flamenco los tienen olvidados. ‘Galaxias’ lo he sacado yo, lo he autoeditado, he diseñado la portada, basada en un sueño que tuve hace tiempo de una persona que salía sin rostro y que me decía que había que seguir adelante y hacer música, y nunca le veía el rostro, así tres días seguidos. Y todo lo hemos diseñado entre mi mujer y yo, y los niños. Mi hijo, José Heredia, no sigue con la guitarra, ha tirado por el piano, y toca en ‘Galaxias’ con Chick Corea. Estuvo estudiando casi cinco años con él. Le gusta mucho la música electrónica, el jazz contemporáneo y el clásico… Su ayuda ha sido muy importante en este disco, porque tiene otra visión para la tecnología y la música. En el disco colabora también la Tremendita, con una bulería increíble, y mi amigo Jorge Pardo, al que escucho tocar la flauta desde que tengo uso de razón, así que tenía que estar en mi disco. Por eso también se llama ‘Galaxias’, porque cada uno tiene su galaxia, es un disco muy especial.
Otra colaboración es la de Rubén Blades. ¿Cómo surgió?
Eso fue gracias a una sorpresa que me había llevado. Yo no sabía que Rubén Blades cantaba en el disco de Chick Corea. Así que durante la grabación tuve una conversación con él y me contó su afición al flamenco, que lo seguía mucho y conocía a Paco de Lucía, al que tenía ganas de hacer un homenaje. Es una persona increíble, se puede hablar con él de música, de cultura y aprendes muchísimo. Así que sentados hablando, le conté que estaba preparando mi disco y me dijo que por qué no hacíamos algo los dos, que a mí me pareció una maravilla. Al final, yo hice la música y él, la letra. Canta increíble, se dejó el alma y el corazón, con una facilidad tremenda, con un rollo entre lo flamenco y lo latino, y cómo no, con ese homenaje que hacemos a nuestro amigo Paco, como un guiño muy especial, que aunque no lo pone, se entiende.
La influencia del jazz es recurrente en tu obra, con cumbres como el homenaje a Bill Evans, las colaboraciones y giras con Chick Corea y el trabajo con artistas como Joe Lovano, Phil Woods o Jerry González… ¿Es el jazz el estilo que mejor casa con el flamenco?
El jazz se dice que es una música de raza y el flamenco también viene de música de raza. Aunque no por eso el que es de raza toca mejor que otro, sí lo hace distinto, tiene una manera de expresar. Cada persona es distinta y por eso vemos la música de distinta manera. Pero es muy importante, sobre todo hoy, en el que la juventud tiene una formación muy buena, que escuchen más la raíz y sepan quién es quién. Yo sabía quién era el original, y desde ahí puedes tocar otras músicas mucho más fácil, porque sabes tu identidad, de dónde viene. Yo tengo claro que soy flamenco, y guitarrista, pero estoy muy abierto hacia la música en general, me gustan las bandas sonoras de las películas, cualquier tipo de música. El jazz tiene una cosa muy especial con el flamenco, la misma libertad, casi el mismo lenguaje de ser libre. Luego tenemos unos compases y estructuras muy distintas. El flamenco y el jazz son caminos distintos, pero con la misma fuerza y energía, y se convierten en una fusión increíble.
Has trabajado durante muchos años con grandes del flamenco como Paco de Lucía o Enrique Morente. ¿Qué recuerdos y experiencias tienes con ellos?
Con Morente, por suerte, tengo muchas cosas especiales. La primera vez que toqué para él fue en mi tierra, en Almería, en la Alcazaba, cuando yo tenía 17 años. Yo siempre he sido guitarrista para acompañar al cante. Desde que empecé, con 15 o 16 años, en la Peña El Taranto era casi el guitarrista oficial, tocando para todos los que venían. Recuerdo un día especial que toqué para Gabriel Moreno en la peña, en el aljibe, y vino mi abuelo, que durante un cante le tiró el sombrero y le dijo: “Olé tus cojones molineros”. Es de los recuerdos más bonitos que tengo del flamenco.
Con Enrique volví a hacer cosas, hasta que me ofreció hacer un disco juntos, ‘El pequeño reloj’. Me dijo que yo iba a hacer el paso de todos los guitarristas antiguos hasta hoy. “Primero va a tocar Montoya y luego vas a hacer tú lo mismo que Montoya, pero a la actualidad, a tu manera. Y luego va a tocar Sabicas y luego tocas tú la seguiriya a tu manera”. Fue un honor para mí, y aparte una locura. Luego estuve casi seis años con él, compartiendo escenario por toda España, y aprendí la humildad que tenía y la persona tan sencilla que era. Aprendí muchísimas cosas de Enrique como persona, que hay que tratar a todo el mundo igual y que nadie es más que nadie. Era una persona que lo mismo hablaba con el barrendero que con el alcalde del pueblo o con el Rey, siempre igual. Era tremendo.
¿Y con Paco de Lucía?
A Paco lo conocí con ocho años en Palma de Mallorca, en la Plaza de Toros. Mi padre trabajaba en Mallorca y se acercó a ver a Paco. Entramos en la prueba de sonido y le dio un abrazo, y yo alucinado con mi padre, porque conocía a Paco, que para mí era Superman o Spiderman, un superhéroe. Y le dice mi padre: “Mi niño está aprendiendo a tocar la guitarra”. Y mira y me dice: “Toma, ponme las cuerdas”. Y se la puse. Y Paco: “No me digas que también las afinas”. Y yo, afinándolas. “Pues tócame un poquito”. Y le toqué un poquito por soleá. Y Paco me dijo una cosa muy bonita: “Pues si sigues tocando así y me gusta, te llevo conmigo de gira y te regalo una guitarra”. Yo crecí pensando en eso, aunque con 16 o 18 años ya sabía que era una ficción. Pero después de ir de gira con Enrique, me llamó para hacer ‘Cositas buenas’, me dijo que daba el perfil, que estaba preparado para tocar su música. Tuve una semana para aprendérmelo todo y tocarlo con él. Y al final, me regaló una guitarra. No fue ficción, fue verdad. Fueron casi diez años aprendiendo todos los días y compartiendo muchas horas de sabiduría y de conocimiento del flamenco.
Te has acercado a la música brasileña, en el disco ‘Amar en paz’, con Estrella Morente, y en ‘Chano & Josele’, con Chano Domínguez. ¿Qué tiene en común con el flamenco?
El primero que investigó la música brasileña fue Paco de Lucía, que ya tocaba ‘Mañana de carnaval’ en los años setenta. Aparte, le gustaba mucho el guitarrista brasileño Baden Powell. La música brasileña, al flamenco le aporta sobre todo la armonía que tiene. La melodía de la bossanova con el jazz y el flamenco es una mezcla muy explosiva. En Brasil hay muy buenos guitarristas, es el país de la guitarra. La música argentina también es una brutalidad, muy diversa. De todas esas cosas bebe un guitarrista, agita la coctelera y de ahí sale su manera de ver la música.
Con tantos grandes de la música con los que has trabajado, ¿te queda alguien con quien te gustaría hacerlo en el futuro?
Hay mucha gente que me gusta, en varios géneros. Me gusta mucho el pop británico, me encanta Coldplay, flipo con ellos. Y mucha otra gente. Me gusta mucho Joe Satriani.
La guitarra eléctrica…
Es otra cosa que tengo en la cabeza, el poder de la guitarra eléctrica, que lo tenga la guitarra flamenca. Que lo tiene, pero ellos le ponen el ‘ampli’ a todo volumen, y hala…
Como Morente en ‘Omega’ con Lagartija Nick…
Claro, él tuvo esa visión sobre el cante, y la mía es sobre la música. Él lo hizo increíble, es una de las fusiones más bonitas que se han hecho con el rock. ‘Omega’ es una referencia.
¿Tras la gira de ‘Galaxias’, qué planes tienes para más adelante?
Tengo pendiente hacer varias cosillas, y proyectos muy buenos que tengo para 2023, pero no me gusta hablar porque venimos de una pandemia y desde entonces nunca sabes qué va a pasar. Pero hay proyectos muy bonitos y especiales que me siguen dando ilusión para seguir adelante, que es lo que siempre buscamos los músicos. El día que pierdes la ilusión, mejor vete. Yo tuve un momento flaco, cuando la muerte de mi padre, la de Chick, la de Enrique… la de todos los que he compartido con ellos, que me dejaron muy tocado. Por eso lo dejé todo parado. Pero con ellos tuve conversaciones y todo lo que me transmitieron es para que yo pueda seguir el legado también.
Aun nos queda por escuchar muchas cosas, el universo está lleno de música. Como he bebido tanto de tantos músicos y de tantas músicas, es inagotable. Cada persona tiene un mundo distinto, una manera de expresar y de ver la música. Esa es la magia.
Cuando el pequeño Niño Josele comenzaba a tocar la guitarra, ¿quiénes eran sus ídolos?
El primer guitarrista fue mi padre, el que me transmitió su alegría y su herencia. En discos, escuchaba mucho a Miguel Borrull, padre e hijo, a Sabicas, a Mario Escudero, a Juan el Habichuela… Y luego tuve la suerte de que mi padre fue uno de los primeros que enseñó a tocar la guitarra al Tomate, y venía mucho a mi casa, era muy amigo de él, lo quería mucho. Yo veía al Tomate tocar cuando venía con Camarón y venían a casa… Venían todos los flamencos y se quedaban hasta las cinco de la mañana cantando. Y yo, con cinco o seis años, escuchaba a todo el mundo cantar y bailar. Y de ahí viene la afición y viene todo.
¿Qué es lo más relevante que ha aportado Almería al flamenco?
El toque del taranto viene de Almería. Mi padre decía que su abuelo tocaba por tarantos que sonaba a campana la guitarra. La guitarra está muy viva. El Tomate está representándonos por el mundo y es uno de los maestros. Y su hijo sigue sus pasos.
¿Qué es el flamenco para Niño Josele?
El flamenco es vida, libertad, felicidad, alegría, amor, pasión… es todo. Se pueden decir tantas cosas buenas del flamenco…
(Entrevista publicada en el número de marzo de 2023 de la revista Foco Sur).