El 10 de septiembre comienza un nuevo curso, seis meses después de que se cortaran las clases por la declaración del estado de alarma a causa de la pandemia de coronavirus. Desde entonces, se ha estado trabajando en crear un plan para garantizar la seguridad de alumnos y profesores, así como un protocolo de actuación en caso de contagios o, incluso, de que de nuevo hubiese que cerrar los centros educativos. Aun así, ni docentes ni padres de alumnos tienen claro que las medidas adoptadas vayan a funcionar, ni cómo se van a implementar en la práctica, más allá de lo escrito en papel, ni si hay personal suficiente para que se puedan poner en marcha de manera eficiente.
Hay muchas dudas y miedo a contagios, sobre todo entre alumnos de menor edad, a los que es más difícil hacer guardar distancias de seguridad o que lleven mascarilla. Por ello, los docentes reclamaban un bajada del ratio de alumnos por aula y profesor. Desde la autoridad competente, se ha considerado que no era necesario adoptar esta medida.
A finales de agosto, los ministerios de Educación, de Salud y de Política Territorial y Función Pública acordaban con las Comunidades Autónomas 29 medidas y cinco recomendaciones para una vuelta al cole segura. En el acuerdo se insiste en que el curso será presencial. Para garantizas la seguridad de alumnos y trabajadores, entre otras medidas, se tomará la temperatura a la llegada a los centros; cada alumno tendrá su sitio fijo durante todo el año en el comedor escolar; se tendrán que lavar las manos cinco veces al día; se intensificará la limpieza de los centros, sobre todo en baños y zonas comunes; y será obligatorio el uso de mascarillas para los mayores de 6 años.
En Andalucía, la Consejería de Educación y Deporte ha preparado un ‘Decálogo para una vuelta al cole segura’ con los protocolos que los centros van a tener que adoptar en la primera vuelta al cole de la era COVID. Un documento que se divide en diez capítulos: Responsabilidad compartida; Participación, diálogo y compromiso; Coordinación, Información y formación; Recursos personales; Recursos materiales; Flexibilización; Organización; Servicios Complementarios y Documentación.
El documento incluye asimismo las medidas de prevención, protección, vigilancia y promoción de la salud relativas al COVID-19 en centros y servicios educativos docentes que ha elaborado la Consejería de Salud y Familias. Así, según el documento, la responsabilidad, por ejemplo, de organizar la limpieza y desinfección de los centros escolares recae en cada centro y en la administración que tenga la competencia, y como venía llevándose a cabo. Es decir, que salvo que estos decidan otra cosa, seguiría realizándose fuera de los horarios lectivos.
Asimismo, cada centro tendrá que prever en su Plan de Sustituciones cómo garantizar que habrá personal docente suficiente aun cuando se dieran casos de profesores contagiados o que no puedan asistir al centro escolar por tener síntomas de COVID-19.
Asistencia a clase obligatoria
Los padres y madres de alumnos, por su parte, serán responsables de garantizar que sus hijos e hijas (solo si son mayores de 6 años) asistan al centro educativo con mascarilla, mientras siga siendo obligatorio su uso. Asimismo, no podrán optar por no enviar a los hijos a clase para prevenir que se contagien, ya que se activaría el protocolo de absentismo escolar, excepto en las situaciones que antes de la ‘nueva normalidad’ ya eran excepciones a esta norma. Así, Educación mantiene obligatorio que las clases sean presenciales.
Para evitar las habituales aglomeraciones de alumnos a la entrada y salida de la jornada escolar, se anima a los centros a coordinarse con los ayuntamientos para que, por ejemplo, la Policía Local pueda organizar esas entradas y salidas de forma segura y mantiendo los criterios de seguridad.
Si se diera el caso de un nuevo cierre de centros, que obligaría a volver a las clases telemáticas, el protocolo cuenta con que tanto el profesorado como los alumnos, especialmente los de familias con menos recursos económicos, puedan utilizar los dispositivos electrónicos que ha puesto a disposición de los centros la Consejería de Educación y Deportes y el Ministerio de Educación y Formación Profesional.
Ante esta misma situación de posible vuelta a las clases no presenciales, y para garantizar que los profesores tengan los conocimientos necesarios para impartir las clases de forma ‘online’, la Junta asegura que ya se han formado más de 36.000 docentes y tiene la intención de continuar con esta formación en competencias digitales una vez comience el nuevo curso.
Asociaciones de padres, en contra
Las medidas previstas en este ‘Decálogo para una vuelta al cole segura’ no han convencido a las asociaciones de madres y padres. Así, la Federación de Asociaciones de Familias del Alumnado de Centros de Educación Pública de Almería, Fapace Almería, emitía un comunicado al presentarse el documento en el que aseguraban que las «propuestas a un mes de la vuelta a los centros educativos nos parecen inviables».
Asimismo, consideran que no es posible que «el profesorado pueda ejercer su labor docente, cuando tienen que estar permanentemente vigilando que se cumplan las medidas de higiene y la distancia social». Incluso dicen que «los equipos directivos tendrán que hacer magia para que el Plan de Sustituciones pueda funcionar, se cumplan los protocolos y con suerte se pueda dedicar tiempo a enseñar, educar y aprender».
Para Fapace Almería, la solución pasa por recoger «las necesidades reales de cada centro educativo, espacios y profesorado necesarios, definiendo con claridad y como objetivo a qué se debe dedicar el alumnado en estas circunstancias, qué debe aprender y cómo». Y cuentan con que habrá colegios que abran y otros que no, de la misma manera que «tendremos familias que preferirán que sus hijos e hijas acudan al centro y otras, no».
Las familias apuestan también por aprender del final de curso pasado, y todo lo que sacó a la luz la pandemia en cuanto a desigualdad educativa. Para este mismo curso, exigen una bajada de la ratio de alumnos por aula; que haya personal de enfermería escolar; que las instrucciones sean claras y específicas y que vayan acompañadas de dotación económica y recursos humanos para que se puedan cumplir; que haya más dotación para los ayuntamientos de cara a garantizar la limpieza y desinfección de los colegios y para que se puedan ceder instalaciones municipales, en caso de necesidad, para impartir clases; que se implanten metodologías adaptadas al alumnado del siglo XXI y que atiendan a la diversidad de este; y que se ponga en marcha un plan de actuación para la conciliación familiar.
Con estas condiciones, Fapace Almería ha convocado una «huelga de familias», para que no vayan los alumnos a los centros escolares mientras no se pueda garantizar el desarrollo de las clases de forma segura.
Los profesores ven imposible cumplir las medidas
Si el ‘Decálogo para una vuelta al cole segura’ no parece haber tranquilizado a las familias, tampoco lo ha conseguido entre los docentes. Estos ven que se ha dejado la responsabilidad final en los centros, con una serie de recomendaciones difíciles de poner en marcha, cuando no imposibles, y con medidas que se limitan, en la práctica, a nombrar a un responsable de COVID-19, elegido entre el profesorado de cada centro, a controlar que los alumnos lleven mascarillas y formar una especie de burbujas de alumnos.
Y, sobre todo, creen que serán señalados como responsables ante cualquier contagio que pueda darse, a pesar de que la Junta les ha eximido de esa responsabilidad. El problema es que lo que el Gobierno andaluz ha firmado no tiene validez jurídica. Y ante un contagio, nadie puede garantizar que se les culpe a ellos de no haber tomado las medidas adecuadas, incluso si estas eran difíciles de implantar con los medios con los que cuentan en los centros.
En este sentido, hay docentes que consideran que lo que se propone en el ‘Decálogo’ «no se puede llevar a cabo». Lo dice Antonio López, profesor durante el último curso en el IES Campos de Níjar, que asegura que «el distanciamiento entre los niños o desdoblar las aulas» no es posible, según su experiencia, porque «en los institutos no hay aulas libres».
Como profesor interino, ha recorrido en los últimos 14 años varios centros educativos de la provincia de Almería y del resto de Andalucía. En ese tiempo, dice, «no he estado en un solo centro en el que haya aulas vacías, sin niños, en alguno de los tramos horarios». Tampoco ve claro cómo se va a implementar una entrada o salida escalonada y guardando las distancias, con alumnos de distintas edades y con distintos niveles de madurez y de capacidad para comportarse de modo responsable, lo que dificulta que se pueda controlar ese tránsito en las condiciones previstas.
Nadie quiere ser coordinador de Covid
«Confío plenamente en la labor que tienen que llevar a cabo los equipos directivos, que son los que tienen que liderar esta vuelta a las aulas presencial, segura y responsable», asegura Antonio Jiménez, delegado territorial de Educación, Deporte, Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en Almería. «Durante el cierre de las aulas hemos aprendido tres cosas fundamentales», cuenta el delegado, «la primera es que hoy en día, en nuestro país, la única manera de conciliación que tenemos es la escuela. La segunda es que es indispensable que los procesos de enseñanza-aprendizaje se realicen de una manera presencial. Y la tercera, y muy importante, es que hemos puesto en valor el trabajo del docente; el día a día en las aulas, con los niños, es imprescindible».
Para garantizar que esta vuelta al cole se realiza con toda la seguridad, la Junta ha decidido crear una nueva figura, la del coordinador COVID. «En todos los centros va a haber un coordinador COVID que va a tener entre tres y siete horas de reducción horaria para estar en continua coordinación con un referente en salud, ante un posible caso o sospecha», explica Jiménez, que añade que «el coordinador de salud será el que decida a quién hay que hacerle las pruebas, si hay que cerrar un aula, o dos, o si hay que cerrar un centro».
Antes del comienzo de las clases, estos coordinadores han recibido un curso sobre coronavirus. En total, se han formado 6.700 docentes en toda Andalucía, 637 de ellos en la provincia de Almería.
Aun así, no son pocos los docentes que han considerado un riesgo aceptar ese puesto de coordinador. Así, Antonio López conoce ya casos de compañeros que han declinado ser coordinadores de COVID en sus centros porque «le cargan la responsabilidad a esa persona y al director». Una responsabilidad que nadie parece estar dispuesto a asumir, si no es con ciertas garantías que, de momento, consideran que no se dan.
De hecho, sindicatos como Comisiones Obreras han denunciado que las medidas propuestas por la Junta de Andalucía son «‘low cost’ por insustanciales e irresponsables, que cargan sobre los equipos directivos y el profesorado toda responsabilidad aun sin tener estos la formación y la información adecuada», aseguraba al conocer el ‘Decálogo’ de la Junta Diego Molina, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO de Andalucía.
Otros, como CSIF, sí apuestan por la docencia presencial, aunque siempre que se garantice la seguridad en los centros. Para ello, incluso habían solicitado que las escuelas infantiles retrasasen su apertura una semana. Asimismo, han reclamado «establecer escuelas o aulas de campaña, utilizando para ello espacios municipales, como podrían ser pabellones deportivos o centros cívicos y centros de día».
Grupos de convivencia escolar
Otra iniciativa propuesta por Educación que no acaban de ver claro en los centros es la idea de formar, dentro de cada instituto o colegio, lo que han llamado ‘grupos de convivencia escolar’. La idea es conseguir que cada grupo tenga clase con el menor número de profesores posible, se mueva lo mínimo por el centro educativo y limite el contacto con el resto de grupos. Serían como ‘burbujas’ dentro del centro, con la intención de reducir al máximo la posibilidad de contagios incluso si algún alumno o docente acabara dando positivo.
Para organizarlo, la intención es que un profesor pueda impartir a la misma clase las asignaturas de, por ejemplo, Matemáticas, Química o Física. Y otro, las de Inglés, Lengua o Historia. Las clases se darían en una sola aula, sin desplazamientos por el interior del centro. Y en el caso de las salidas al patio, en los recreos, se mantendrían estas ‘burbujas’, con los alumnos de cada aula en su propio espacio, sin contacto con el resto. Algo que profesores y maestros saben que es bastante complicado de conseguir.
Durante las clases, además, los alumnos y docentes tendrán que llevar mascarilla, usar hidrogel cuando salgan a la pizarra, antes y después. Y al acabar la clase hay que ventilar el aula. Para toda la labor de concienciación y de higiene, se pretende restar tiempo lectivo real. Así, de cada hora de clase, se daría la materia de la asignatura durante 45 minutos y el resto se dedicaría a cuestiones de seguridad e higiene en materia de COVID-19.
Esta medida de los grupos de convivencia escolar tampoco convence a los padres. Así, desde Codapa, la mayor confederación de AMPA de Andalucía, que incluye a más de 2.700 asociaciones de madres y padres de la comunidad, el problema principal de la vuelta al cole es la elevada ratio de alumnos, algo que desde la Junta de Andalucía no se considera relevante. En este sentido, Leticia Vázquez, presidente de Codapa, asegura que «los llamados grupos burbujas no cumplirán su objetivo en aulas atestadas, que pueden transformarse en un foco de infección». Y denuncia que «se siguen recortando líneas de la escuela pública en plena pandemia, en lugar de aprovechar la bajada de la natalidad para reducir el número de estudiantes por clase, garantizando así la distancia de seguridad que recomiendan las autoridades sanitarias para evitar nuevos rebrotes por COVID-19».
Clases ‘online’ desde el centro educativo
Una alternativa a los grupos de convivencia, y a las clases presenciales en caso de un nuevo confinamiento, sería haber aprovechado la tecnología existente en la mayor parte de centros educativos andaluces para potenciar las clases telemáticas. Es lo que explica el profesor Antonio López, que considera que la medida no era muy complicada de haber puesto en marcha. De hecho, apunta, algún centro privado lo ha hecho. La idea es aprovechar la capacidad de las pizarras digitales para conectarse a Internet para que, con una cámara en el aula, el profesor tenga la posibilidad de impartir la clase desde el centro escolar pero los alumnos puedan seguirla desde sus casas.
Para ello, además de dotar con equipos a los alumnos, porque pocas familias tienen más de un ordenador en casa, y menos uno para cada niño, también sería necesario tener una plataforma educativa disponible. En este caso, la Junta ha puesto a disposición de los centros la opción de que puedan trabajar tanto con la de Google como con la de Microsoft, tras la recomendación de los docentes en sus reuniones con la Consejería para organizar la vuelta al cole.
En la misma línea, a la formación del profesorado en recursos digitales, que López considera muy básica tras haber participado en alguno de estos cursos, se suma también el reparto de portátiles y tablets con conexión a Internet a los centros. La Junta de Andalucía va a distribuir 150.000 en toda la comunidad, que se repartirán entre el cuerpo docente y los 30.000 alumnos que se sabe que se desconectaron de las clases durante el estado de alarma por falta de medios tecnológicos. A esta partida hay que añadir otros 90.000 que llegan por el convenio con el Ministerio de Educación y Formación Profesional y Red.es, en este caso solo para alumnos. Unos estudiantes que, asegura el delegado territorial de Educación en Almería, «están localizados con nombres y apellidos».
La Junta de Andalucía ha previsto asimismo que haya alumnos que necesiten clases de refuerzo precisamente por no haber podido acceder a la enseñanza telemática durante el confinamiento. Para ello, en septiembre se pondrá en marcha un programa de refuerzo integral de tres días a la semana. «Todos los alumnos que necesiten un refuerzo educativo tendrán acceso a este programa», revela el delegado de Educación.
Refuerzo del profesorado
Aunque la bajada de la ratio no ha entrado en los planes de la Junta de Andalucía, sí han considerado necesario aumentar la dotación de profesorado en las aulas. Así, a los centros de nuestra provincia llegarán en septiembre 392 docentes adicionales a los que ya hay en nuestro sistema educativo. De ellos, 197 son para refuerzo en Primaria, 180 para Secundaria y los 15 restantes, monitores para aulas con necesidades educativas especiales.
Asimismo, a todo el cuerpo de profesores se le realizará pruebas de coronavirus al inicio del curso para garantizar que ninguno comienza las clases enfermo de COVID-19. En total, se van a realizar 13.500 test PCR en la provincia de Almería.
Desde CCOO, explican que esa cifra de profesores extra va a suponer en la práctica uno más en los centros de Infantil y Primaria, y en Secundaria, un máximo de cuatro si el centro tiene al menos 24 aulas o dos si tiene más de 17. Además, señalan que, en principio, este profesorado extra solo va a estar contratado hasta el mes de diciembre, aunque el contrato se podría prorrogar hasta el 30 de junio según la evolución de la pandemia. Asimismo, Diego Molina asegura que «este refuerzo, que se realiza tras numerosas supresiones de unidades escolares públicas, supone además un ‘maquillaje’ de cifras, que ni siquiera se garantiza para todo el curso escolar». Por ello, vaticina un septiembre conflictivo, con movilizaciones de protesta convocadas por la comunidad educativa y las asociaciones de padres y madres.
Por su parte, Codapa denuncia que solo los centros de Secundaria han recibido fondos para obras de adecuación a las medidas de seguridad exigidas por Salud, al tener la Comunidad Autónoma las competencias en conservación y mantenimiento de estos centros. Pero las etapas previas se han dejado «totalmente olvidadas», asegura Leticia Vázquez.
Una tomadura de pelo
El PSOE también se ha sumado a las críticas al ‘Decálogo’ de Educación. «Es una tomadura de pelo a la comunidad educativa», critica el diputado almeriense Rodrigo Sánchez, que denuncia que «se trata simplemente de un papel explicativo con el que la Consejería trata de calmar las aguas revueltas en la educación andaluza y que no avanza ni mejora en nada las condiciones de la vuelta al cole con garantías ante el coronavirus». Así, el también portavoz socialista en el Parlamento andaluz asegura que «es imposible garantizar las medidas de seguridad e higiene en los centros: no hay bajada de la ratio en las aulas ni desdobles en los centros, y por lo tanto no se garantiza la distancia de seguridad, y se siguen suprimiendo unidades en la educación pública y favoreciendo las matriculaciones en la concertada».
Con muchas dudas entre el profesorado y las familias, el nuevo curso, el primero de la era COVID, arrancará el próximo día 10 de septiembre (en Infantil, la primera etapa a la hora de volver al colegio), aunque las guarderías estarán funcionando desde el primer día del mes, y el personal docente acudirá a los centros educativos también desde el día 1. Por ello, Antonio Jiménez quiere «dar un mensaje de tranquilidad a las familias, decirles que estamos trabajando para una vuelta a las aulas en septiembre segura y responsable», y recuerda que «esa responsabilidad tiene que ser compartida entre todos los miembros de la comunidad educativa».
En la misma línea, insiste en que en la Consejería de Educación y Deportes están «trabajando con ahínco en hacer posible que nuestros alumnos tengan la mejor educación y la mejor formación. Pero este curso 2020-2021, esa educación de calidad tiene que estar envuelta en una burbuja de seguridad». Y concluye asegurando que «va a ser una tarea muy difícil, pero tenemos que sacarlo adelante porque se lo debemos a nuestros hijos y nuestras hijas».
Más docentes, test y portátiles
Para la provincia de Almería, la Consejería de Educación y Deportes ha previsto, entre las medidas para garantizar la seguridad en los centros escolares durante el nuevo curso, la contratación extraordinaria de 392 profesionales docentes, entre los que se encuentran 197 para refuerzos en primaria, 180 en enseñanza secundaria y 15 monitores para las aulas de necesidades educativas especiales. Este refuerzo del profesorado estará contratado en primera instancia desde septiembre y hasta fin de año
Asimismo, se realizarán pruebas PCR de COVID-19 a cerca de 13.500 profesionales de educación, tanto de los centros públicos como de los concertados.
Además, la Consejería de Salud y Familias va a repartir entre los centros educativos de la provincia de Almería 270.000 mascarillas y más de 31.000 litros de hidrogel al mes.
Por otro lado, Educación va a invertir más de 2,2 millones de euros en 83 centros de 41 municipios de la provincia para adecuar sus espacios a las nuevas necesidades como consecuencia del coronavirus. Cada centro ha podido presentar un máximo de dos proyectos, con un presupuesto de hasta 25.000 euros cada uno. Las obras deberán estar finalizadas antes del 31 de diciembre de este año.
Para facilitar la conexión digital, en Andalucía se distribuirán 150.000 dispositivos electrónicos en los centros educativos, tanto para docentes como para los 30.000 alumnos que se desconectaron de las clases por no tener medios tecnológicos, que así podrán disponer de estos portátiles o tablets con conexión a Internet en caso de que se vuelva a un confinamiento.
Asimismo, gracias a un acuerdo con el Ministerio de Educación y Formación Profesional, Red.es repartirá otros 90.000 portátiles para alumnos con dificultades.
La Universidad de Almería, preparada para la ‘nueva normalidad’
La Universidad de Almería afronta el reto del nuevo curso académico habiendo adaptado sus aulas a la docencia virtual, para poder dar clases tanto presenciales como telemáticas, según vaya evolucionando la pandemia de coronavirus en nuestra provincia.
Así, el Servicio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (STIC), dependiente del Vicerrectorado de Transformación Digital, ha puesto en marcha un sistema que combina la preparación de las aulas con la tecnología adecuada para emitir clases vía Internet con la formación del profesorado, para que pueda realizar su labor por esta vía sin que se resienta su labor docente.
Con este plan, las 200 aulas de la UAL contarán con cámaras y tabletas digitalizadoras, que actúan como si fueran pizarras digitales. Este equipo, unido al que ya había en la universidad previamente, permitirá que este nuevo curso las clases se puedan impartir, simultáneamente, de forma presencial, con parte del alumnado en el aula, y telemática, con el resto de estudiantes desde sus casas.
De esta manera, se va a solucionar el problema de mantener las distancias de seguridad en todas las aulas de la Universidad de Almería, en todas las actividades que se realizan en ellas, sin reducir el número de alumnos matriculados. Esto obliga a que algunas de esas actividades vayan a ser semipresenciales, y el nuevo sistema tecnológico implantado en el campus almeriense lo va a hacer posible.
«No ha sido el momento más óptimo para dar ese salto de la docencia tradicional a la online, pero nuestra universidad ha dado lo mejor de sí misma, aportando repuestas a todos los interrogantes que han surgido y que afectan tanto a la seguridad individual, como a la docencia de los alumnos», aseguraba Carmelo Rodríguez, rector de la UAL, durante la última reunión del Consejo Social.
En esta reunión, además, el Consejo Social de la Universidad de Almería aprobó destinar 25.000 euros para la convocatoria de ayudas extraordinarias que ha establecido el Vicerrectorado de Estudiantes, Igualdad e Inclusión, destinada al alumnado de la Universidad de Almería; unas ayudas que cuentan con un presupuesto total de 80.000 euros.
«Nuestra obligación es apoyar a los más de 14.000 alumnos que cursan sus estudios en nuestra Universidad, y más si cabe en unas circunstancias adversas y difíciles como las actuales», aseguraba Magdalena Cantero, presidente del Consejo Social de la Universidad de Almería cuando se aprobó la medida.
La desinfección en Infantil y Primaria, a cargo de los Ayuntamientos
La compentencia de limpieza en Infantil y Primaria es de los Ayuntamientos, pero con las nuevas condiciones, algunos, como los de Vícar y Cuevas del Almanzora, están solicitando que la Junta de Andalucía les apoye con fondos. Así, en esta localidad se ha aprobado una moción por unanimidad para solicitar que el Gobierno andaluz ponga en marcha un Plan de Acción en Educación, destinado a Infantil y Primaria, que dote a estos centros de fondos y recursos humanos, tanto docente como de vigilancia, limpieza y desinfección, para poder hacer frente a los gastos extraordinarios que la vuelta al cole les va a generar.
En Almería, la concejala del área de Servicios Municipales, Sacramento Sánchez, se reunió en verano con la asociación de directores de centros públicos de Educación Infantil y Primaria y de las residencias escolares para coordinar el Plan de Limpieza y Desinfección que el Ayuntamiento de Almería pondrá en marcha en septiembre. Este Plan será «moldeable» en función de los espacios compartidos con los que cuenta cada centro y también de las necesidades «que puedan ir surgiendo con el inicio del curso», explicó la concejala.
Además, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de Educación las instalaciones municipales. «Tenemos muchos inmuebles administrativos, culturales y deportivos de titularidad municipal cerrados como medida preventiva frente al virus. Daremos prioridad absoluta a la Delegación de Educación en caso de que los necesite», se ha comprometido el alcalde, Ramón Fernández-Pacheco.
En Roquetas de Mar, «el Ayuntamiento está yendo colegio por colegio, registrando las necesidades, adaptando accesos, arreglando instalaciones y haciendo un esfuerzo importante que este año va a llegar a dos millones de euros», aseguraba el alcalde, Gabriel Amat, que además criticaba «la falta de directrices claras» y que se haya «cargado la responsabilidad en los municipios y en los colegios». Asimismo, se han puesto a disposición de los centros las instalaciones municipales, por si las necesitan para utilizarlas como aulas.
En Carboneras, el Ayuntamiento ha ofrecido a la Junta sus espacios municipales para que pueden ser empleados como aulas. Además, ha puesto en marcha un dispositivo de limpieza y desinfección de los centros y sus entornos, ha adquirido material higiénico-sanitario y señalizado las entradas y salidas de los centros y los espacios comunes.
El Ayuntamiento de Adra también ha reforzado la limpieza y desinfección de los centros educativos. Para esta tarea, ha contratado a 17 personas, que se encargarán asimismo de mantener la higiene en todas las dependencias municipales. De la misma manera, Níjar ha llevado a cabo un dispositivo para asegurar la desinfección de los 20 centros del municipio. Y los Ayuntamientos de Tabernas y de Viator también han puesto a disposición de la Delegación de Educación sus instalaciones municipales para que puedan utilizarse como aulas adicionales.
(Reportaje publicado en el número de septiembre de 2020 de la revista Foco Sur).