María Ángeles ‘Maki’ Fernández, de 32 años, fotógrafa especializada en eventos culturales, y Nicolás ‘Stook’ Rodríguez, de 38, grafitero (su famoso chaval con gorra y perilla ilustra paredes de medio mundo, desde Berlín a Nueva York, pasando por Madrid) y artista plástico, llevan cerca de cinco años firmando trabajos en común como Makiniko, nombre que deja a las claras que las obras así firmadas son en colaboración y, también, pequeña broma en referencia a «una máquina chiquitilla». Ahora, esta ‘máquina’ creativa tiene un nuevo espacio de trabajo que también funciona como tienda y como galería, en la calle Conde Ofalia 12 de Almería.
Maki: «La tienda, por un lado, está enfocada a la fotografía analógica; tenemos productos de Lomo, de Polaroid, químicos. Ahora, con las cámaras digitales y los móviles, todo el mundo es fotógrafo, así que hay que recordar el valor de la fotografía analógica, saber apretar el botón, el manejo de una cámara. El papel está volviendo, aunque en Almería se nota poco. A Almería llegan las cosas siempre cinco años después, pero te vas a Madrid o a Barcelona y está todo el mundo con el analógico».
Niko: «A la tienda viene gente que tiene cámaras Polaroid, que no sabía que las podía utilizar porque habían vuelto a sacar películas. Y vienen con las cámaras y como la batería va dentro del carrete, al cargarla revive y flipan. Luego está el rollo mío de arte urbano, que tengo mi marca de rotuladores y de ropa. También tenemos ropa de diseñadores, una cosa exclusiva, que no haya en otros sitios».
Maki: «O las joyas que tenemos, de una diseñadora de Madrid. Quien sea diseñador y quiera vender sus productos, aquí tiene un espacio, porque este tipo de productos es difícil venderlo. Y encontrarlo».
Nada más entrar en la tienda, lo primero que se ve son las obras expuestas. No muchas, una pequeña muestra del artista de turno, como la fotógrafa Marina del Mar o el graffitero Belín. Y en la trastienda, el estudio, donde preparan y realizan los encargos que, poco a poco, van recibiendo y que incluyen cualquier aspecto relacionado con la imagen: fotografías, diseños, logos para empresas, etc.
Maki: «Hace poco han abierto un bar, Patio de Vecinas, y nosotros les hemos hecho la imagen. Niko hizo el logo, y todo el tema del diseño, y yo el de fotografía. Hacemos todo el tema de imagen, logos, decoración, imagen corporativa».
En su trayectoria, han comprobado de primera mano las dificultades que en ocasiones hay para que se valore el trabajo, sobre todo cuando este está relacionado con cualquier faceta artística; tanto, que incluso a veces cuesta cobrarlo.
Maki: «La gente aprieta demasiado, no te valoran».
Niko: «Por eso decidimos montar esto, porque nos sentíamos infravalorados. La gente te dice ‘hazme una foto’ o ‘regálame un cuadro’, que lo mismo te has tirado dos meses haciéndolo».
Maki: «O ‘vente y te echas cuatro fotos’».
Niko: «Y una foto no es hacer ‘clic’, tiene mucho más trabajo. El trabajo nuestro no lo valoran en general. Luego, cuando ven que está muy bien hecho, se dan cuenta pero tampoco quieren pagarlo. Ese es el problema que tenemos, pero estamos acostumbrados, sabemos dónde vivimos».
Maki: «Por eso también organizamos charlas y talleres».
Uno de los últimos encargos de Makiniko fue la actuación en las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro, en las que Niko pintaba graffitis inspirados en ‘El Quijote’ en unos murales de madera y Maki hacía fotos de las actividades del festival.
Niko: «Carlos Góngora quería sacar el festival a la calle, y nos propuso lo de los murales, diez paneles. Cada día hacía uno, del capítulo de los molinos. Estuvo bien porque nos servía de promoción, aunque de la promoción no se come».
Algo para lo que también sirvió la experiencia fue para asociar el graffiti a una imagen ‘positiva’ como la que otorga el teatro o el mismo Quijote. Que el público sepa que el graffiti no es solo ‘ensuciar’ las paredes con firmas y dibujos.
Niko: «Yo no pierdo nunca el toque ‘vandálico’, de la calle, no puedes perderlo. Se puede hacer firmas y pintar la calle, pero hay sitios y sitios. En esta misma calle, un metro más a la derecha o más a la izquierda, le estás fastidiando a uno su escaparate o estás arreglando una fachada que se cae. Eso hay que enseñárselo a los chavales».
Este mes de octubre, estarán en el Festival 340 de flamenco, en Rodalquilar. Y en el futuro, un corto de animación, pintando en losas y capturando fotograma a fotograma, con guion de Fernando Labordeta, aguarda el momento propicio.
(Entrevista publicada en el número de noviembre de la revista ‘Foco Sur’. Puedes descargarla aquí en pdf).