gente que sobra

Gente que sobra

Dina es uruguaya, escritora y abuela. La semana pasada visitó Andalucía en un viaje que la llevó por Córdoba, Sevilla y Granada, para, entre otros asuntos, conocer en persona a gente con la que hasta entonces había mantenido contacto gracias a las redes sociales. Gente de Andalucía. Dina siente un amor especial por esta tierra. Tiene a Carlos Cano en su particular altar de ídolos culturales y disfruta perdiendose por las calles del Albaycín. El día de su regreso, en Madrid, de donde sale su vuelo a Montevideo, fue protagonista de un lamentable suceso que le mostró las dos caras que por lo general tiene toda moneda, aunque la mayor parte siempre caiga de cruz.

Caminaba al anochecer por los alrededores de Sol con mi colega Tono Cano, perpetrador conmigo de la revista de cultura contemporánea andaluza SecretOlivo. La subió a un taxi rumbo a Barajas tras asegurarse de que podía pagar con tarjeta. “Sin problemas”, había contestado el taxista. Tras arrancar y avanzar parte del trayecto, cambió de opinión… Ya no iba a llevar a Dina al aeropuerto.

A los diez minutos de despedirse, Tono recibe la llamada de un número fijo madrileño. Al contestar, oye la voz de Dina, alterada. Está en la calle y el taxista ha huido con parte de su equipaje, pasaporte, pasaje de vuelta y el ordenador portátil, entre otras pertenencias. Le llama desde una cabina con el poco suelto que le queda. Antes de que pueda serenarse para explicar dónde está exactamente, se acaba el saldo, pero le ha dado tiempo a explicar lo sucedido.

Al poco de arrancar, el taxista le dice a Dina que ya que ahí hay un cajero, si no le importa, puede bajar un momento a sacar el dinero, que le viene mejor que cobrar con tarjeta. Ella lo ve bien y baja para realizar la operación. Cuando se da media vuelta, el taxista ha desaparecido con sus cosas. Excepto la otra parte del equipaje, que le espera en la estación de autobuses ya que por despiste lo había olvidado en un autobús al llegar a Madrid.

Cuando se corta la llamada, Tono llama al 091, donde le facilitan la dirección de una cabina. Número 44 de la calle de Alcalá, cerca de Cibeles. Cuando llega allí, Dina no está. Así que se pone a dar vueltas por la zona a ver si, en un golpe de suerte, se la encuentra. No hay suerte. Se acerca a solicitar ayuda, sin éxito, en varias comisarías del Centro, hasta que recibe una llamada desde la de Barajas: Dina está allí, muy alterada. ¿Podría pasarse? Tono se va al aeropuerto. En Metro.

Al quedarse sin saldo en la cabina, un señor que estaba fumando un cigarro en la calle, apoyado en la pared, al ver el estado de nervios de la señora, se acerca y le pregunta si puede ayudarle. Ella le cuenta lo que le ha pasado. Él se indigna. Se ofrece a llevarla a la estación de autobuses a recoger el equipaje que le queda y al aeropuerto. Gratis. También es taxista.

Así que, en una sola noche, Dina descubre (si no lo sabía ya) que en un mismo conjunto de humanos puedes encontrar gente que dé asco y grandísimas personas. Como en la vida en general. El conjunto puede ser más amplio o más reducido; de europeos, de españoles, de madrileños; de taxistas, de políticos, de periodistas… da lo mismo: siempre puedes encontrar a alguien que merezca la pena, aunque haya que tener suerte o buscar en profundidad.

El problema es que, por lo general, la realidad se empeña en generar más bien gente que sobra. Gente que dedica la mayor parte de sus esfuerzos en encontrar la mejor manera de aprovecharse de los demás, de buscar el beneficio propio caiga quien caiga. Gente que además es probable que se sienta justificada por la forma de actuar de quienes deciden el rumbo que siguen los acontecimientos. Como todos podemos comprobar a diario asomándonos a cualquiera de las ventanas diseñadas para mostrarnos el mundo en que vivimos.

(Foto de veggiegretz).

Un comentario

  1. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Foto de veggiegretz Dina es uruguaya, escritora y abuela. La semana pasada visitó Andalucía en un viaje que la llevó por Córdoba, Sevilla y Granada, para, entre otros asuntos, conocer en persona a gente con la que hasta enton…..

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