Realidad y ficción: lo demás no cuenta


Miguel Blanco

Enrique Martínez Leyva, publicista: «La IA va a transformar muchas comunicaciones, que no van a responder a un sentimiento o una realidad humana»

Toda una vida dedicado al mundo de la comunicación y la publicidad, Enrique Martínez Leyva ha sido testigo e impulsor de episodios relevantes para Almería y su provincia. La agencia que fundó, Plataforma X Las Marcas, está a punto de cumplir 50 años y él va a aprovechar este aniversario para publicar unas memorias contando su experiencia vital y profesional.

Estás preparando tus memorias. ¿Qué nos puedes avanzar?

El libro está prácticamente terminado, estoy con los pequeños detalles y espero editarlo para el otoño, que es cuando se cumplen los 50 años de Plataforma. En 40 capítulos, cuento mi vida en la radio, la publicidad, el mundo del espectáculo, la producción musical, todas las oficinas que he mantenido abiertas en Madrid, en Valencia, en Sevilla, en Granada. El caso de Antena 3, cuando puse en marcha todas sus emisoras en Andalucía, en Almería, El Ejido, Mojácar, Radio Olé, Radio 80. Y todo el mundo de la publicidad a lo largo de estos últimos 50 años. Creo que puede servirle bastante a gente que empiece en cualquiera de los mundos de la información, la comunicación, la publicidad y hasta el espectáculo…

Empezaste en la radio, ¿cómo fueron esos inicios?

Estando yo en el Seminario, un profesor me pidió hacer un programa que se llamaba ‘La hora del oyente’. La primera vez que vi un micrófono, la primera vez que vi un magnetofón. En ese momento, fue cuando descubrí mi voz, porque nunca la había escuchado. Eso fue en Cuevas del Almanzora y en Almería, otro cura me dijo: “Van a poner una emisora en Almería que se llama Radio Popular. Te doy la dirección porque tú vales para la locución”. Pero cuando se inició Radio Popular, que yo estuve en el equipo fundador, el director dijo que yo no valía para el micrófono, y entonces me dediqué al montaje musical y al control de sonido.

De ahí, el salto a Radio Juventud, Radio Almería de la Cadena Ser… Llegué a hacer un programa que se llamaba ‘Radio a la de tres’, que se emitía, algo inédito, en las tres emisoras que había entonces en Almería, la Ser, Radio Nacional de España Radio Juventud y la Cope, todos los domingos de once a una. Además, tuve un programa, del que viene el nombre de la empresa, que se llamaba ‘Plataforma Mundial del Disco’.

Luego diste el salto a la publicidad…

Fue cuando me di cuenta de que había un hueco enorme a nivel profesional en toda Andalucía en cuanto a creatividad y nuevos sistemas de una publicidad que, en aquel entonces, estaban haciendo agentes que traían anuncios escritos al periódico o a la radio. A partir de ahí, empecé a fichar a gente de fuera, creativos, diseñadores, dibujantes, que fueron creando escuela, no solo en Almería, sino en toda Andalucía.

En ese tiempo, fuiste testigo y te involucraste en momentos relevantes de la historia de Almería, como el caso de la Rambla…

Sí, una de las primeras campañas ciudadanas, de las muchas que he hecho a lo largo del tiempo, y que todavía no se me ha reconocido en Almería, fue cuando me encuentro con la Rambla de Almería, que era un auténtico estercolero. Era deprimente ver la Rambla llena de suciedad. Había hasta trozos de yeso, porque había una clínica al lado y tiraban los moldes de las piernas o del tórax a la propia Rambla y allí se quedaban. Y los niños de un lado de la Rambla se peleaban a pedradas contra los del otro. Yo había oído que una serie de empresarios de Almería querían canalizarla, pero para hacer muchas viviendas en medio y dos calles a ambos lados. A partir de ahí, me movilicé y creé la  Asociación Cívica Pro Rambla, en la participaba una serie de gente, algunos que ya no viven, como Manolo Falces.

Lancé una campaña que los distintos Ayuntamientos me prometieron que me iban a pagar y nunca  me pagaron. Aquella campaña me costó un millón de pesetas. Movilizamos a 35.000 almerienses que contestaron a una encuesta que decía: “¿Qué quieres que sea la Rambla?”. Se sugerían cosas que la gente iba puntuando. Esa encuesta, tabulada manualmente, fue el resultado que se dio para que se elaborara el anteproyecto de lo que es la Rambla hoy. Yo me fui también a Sevilla y presenté en la Junta de Andalucía aquello, que ilusionó y se metió la Rambla como gran proyecto.

Fue en los primeros ochenta, pero tardó muchos años porque previamente hubo que hacer una serie de presas para las avenidas que venían por la rambla de Belén o por la de Amatisteros. Y en 1991 se empezó el gran trazado que cambió la ciudad. Es una de las campañas más exitosas que he hecho, se llamaba ‘Queremos la Rambla para un nuevo parque’. Fue maravilloso que los ciudadanos de Almería participaran por primera vez de cómo querían que fuera su Rambla. Y hoy está ahí.

¿En todos estos años, la sociedad almeriense ha cambiado mucho?

Ha cambiado, pero no tanto como yo quisiera. Yo distingo siempre entre la capital y la provincia. Para mí, el gran desarrollo, el gran impulso y la gran transformación se ha producido del Cañarete para allá y desde Níjar para arriba. La capital ha evolucionado muy poco y lo digo como almeriense, porque yo nací en la calle Murcia, aunque a veces reniegue y critique a mi ciudad, que me duele.

Otra de las campañas cívicas que hicimos fue la de ‘Almería sin salidas’. Gracias a ella, pusimos sobre la mesa la necesidad imperiosa que Almería tenía de conectar desde Murcia hasta Adra con una autovía. Imagínate lo que era aquello, camiones y más camiones circulando cada noche por el puente de Rioja, por la carretera nacional 340 y pasando por la ciudad de Almería. Y el tramo desde El Ejido a Almería, saturado de camiones. Eso se resolvió en poco tiempo gracias a aquella campaña, que levantó ampollas en el Gobierno y se movilizó de tal manera que tuvimos la autovía desde Adra a Puerto Lumbreras cuatro años antes de que los murcianos la tuvieran desde Puerto Lumbreras a Murcia.

En aquella campaña, una de las páginas decía: “En el 92 perdemos el tren”. Años después, hicimos con la Cámara de Comercio la campaña ‘Esto no se para’. Y en los últimos cuatro años, es cuando más inversión se ha hecho desde Pulpí hasta Almería. El soterramiento se está viendo que va a una velocidad de vértigo, los túneles, los viaductos… Cualquier persona que vaya hasta Murcia verá que a lo largo del camino le acompaña una vía que no existía. Cada vez es más patente una realidad incuestionable: tendremos el tren en dos o tres años como mucho, que nos conectará con la alta velocidad por fin. Es maravilloso haber puesto nuestro granito de arena.

¿Cuál debería ser la próxima conquista de los almerienses?

Almería tiene muchas cosas pendientes. Tiene la gran transformación de la ciudad. En los últimos tiempos se está movilizando para recuperar parte del valor histórico de la Alcazaba, el Parque de la Hoya, los alrededores, más la revitalización del Casco Histórico, aunque es difícil porque Almería se destrozó en los años sesenta. Almería era una gran cabila mora preciosa, donde las casas no tenían más de dos o tres alturas, y se destruyeron para construir enormes bloques que hoy llenan la ciudad irreversiblemente de medianeras y es un caos desde el punto de vista urbano. Eso ya no tiene solución, pero lo poco que queda, cada vez hay más conciencia de que se vaya revitalizando para darle un cierto valor. Almería capital tiene una asignatura pendiente, que es su infraestructura turística. Vienes aquí y es difícil que encuentres un hotel, porque se hicieron tres o cuatro y hay dos o tres cerrados y los que hay se quejan de que no tienen la suficiente cobertura de visitantes y pernoctaciones.

Otro de los problemas que Almería capital tiene que resolver es su conectividad aérea. No es de recibo que el aeropuerto de Almería vaya perdiendo viajeros en vez de ir creciendo, como el resto de los aeropuertos andaluces. No entiendo qué pasa. Quizá la competencia excesiva de Málaga, que se ha convertido en el gran ‘hub’ de Andalucía, o el crecimiento del de Granada han hecho que miles de almerienses se desplacen a Málaga o Granada para conectar con otros vuelos. Tenemos un camino difícil ahí. Pero en cuanto esté resuelto el tema de la alta velocidad, venir a Almería turísticamente no será un auténtico peregrinaje y creceremos.

Los medios también han evolucionado, ahora todo es internet…

En comunicación y publicidad, hemos hecho tres o cuatro revoluciones, pero la de hoy es impresionante, porque estamos en un mundo donde los periódicos ya no son lo que eran, los medios de comunicación habituales, los que siempre se han utilizado, ya no tienen el poder que tenían y hoy se encuentran con un serio problema de financiación, fundamentalmente por la publicidad, porque Google se ha convertido en el gran dictador de los medios de comunicación. Si no pagas a Google, no te posicionas ni con una noticia, ni con una publicidad, ni con nada. Y además, periódicos de reconocida solvencia a nivel internacional, como el New York Times o el Washington Post, tienen serios problemas de financiación y están cayendo en las redes de los grandes tenedores de aplicaciones, como X, Instagram, Facebook y demás. Esto ha cambiado de una forma radical y en publicidad también ha sido así. Hoy tienes que tener una creatividad importante y una estrategia adecuada para llegar a través de lo digital con mucha potencia, para que tu público objetivo, tus lectores o tus seguidores sean cada vez más, diferenciándote en un mundo que está cada vez más lleno de información. Estamos en un momento de cambio apasionante.

¿Cómo está afectando la irrupción de tecnologías como la IA?

La inteligencia artificial ha venido para quedarse y cada día es más trascendental en todo tipo de cuestiones. Tiene un gran problema, que no responde al calor y el sentimiento humano. La publicidad vende sentimientos, emociones, y yo, a nivel gráfico, veo demasiados anuncios que están elaborados por IA que no tienen atractivo, y el receptor de esa comunicación gráfica ve que eso no funciona, que no le motiva. Por eso, cada día es más importante en publicidad y en comunicación el factor de la creatividad humana. Es esencial. La IA te ayuda a crear textos, a crear voces, para comunicar todo eso. Está siendo un momento apasionante, como lo está siendo desde los años sesenta, con aquellos magnetofones en la radio o los fotograbados en la prensa, y hasta dónde hemos llegado, que todo lo tenemos en el móvil. Hoy el consumidor recibe toda la información en su móvil. Y Tik Tok es un fenómeno impresionante. Ahora, en las programaciones, nos damos cuenta de que en Tik Tok, si haces una campaña imaginativa y adecuada al público joven, aciertas plenamente.

¿En tiempos de ‘fake news’, es difícil distinguir la información del bulo?

Es de enorme preocupación. Estamos invadidos de información falsa, de ‘fake news’, y hay un montón de gente, sobre todo de edad superior a 50 o 60 años, que se lo cree todo, no sabe distinguir. En Europa todavía nos salvamos hasta cierto punto, pero tenemos el caso de Estados Unidos, la gran patria de la democracia, que hoy se encuentra enfrentada como consecuencia de tanta información ‘fake’ que han recibido y siguen recibiendo. Europa debe plantearse seriamente no tener tanta dependencia de América, con Google y demás, debe tener sus propios medios digitales. Es incomprensible que no lo hayan hecho a lo largo de los últimos 20 años.

¿Cómo crees que será el acceso a la información en los próximos años?

Creo que estamos ya vislumbrando el futuro. Lo que nos está sucediendo ahora es lo que nos va a suceder mañana. Es muy difícil calcular que haya algo más, salvo la IA, que va a transformar muchas comunicaciones, que no van a responder a un sentimiento o una realidad humana. Nos debemos plantear seriamente el apostar cada vez más por la emotividad y por transmitir verdad y valores en comunicación.

¿Y cómo esperas que evolucione Almería?

Yo soy un auténtico enamorado de lo que ha sido capaz de hacer Almería en los últimos 50 años. Yo viví en un Campo de Dalías, hoy Poniente, que era un auténtico páramo. En aquel entonces, finales de los cincuenta, primeros de los sesenta, no vivíamos más de 2.000 personas donde hoy viven casi 300.000. El desarrollo ha sido posible gracias a que los almerienses y los granadinos alpujarreños que vinieron hasta aquí fueron capaces de convertir un desierto en la mayor huerta de Europa. Y han conseguido todas las técnicas habidas y por haber para tener una agricultura cada vez más ecológica, más biosostenible, donde menos insecticidas y productos químicos se utilizan, y ser capaces de tener una industria auxiliar que está no solo sirviéndonos a nosotros, sino que la estamos exportando, con los valores añadidos que eso significa, al resto del mundo.

En turismo también. Somos, en todo el Mediterráneo, la provincia que más kilómetros de costa tiene gracias a que no están invadidos por construcciones. Ahí está el Parque Natural de Cabo de Gata, un valor absolutamente exportable para que nuestros visitantes tengan algo que es único en todo el Mediterráneo, desde Algeciras a Estambul. Y sin olvidarnos de la transformación de la piedra y la investigación que se ha hecho en empresas como Cosentino. Tenemos tres pilares importantes y una población de las más jóvenes de España de media y eso nos da todas las posibilidades hacia el futuro. Soy muy optimista a mis 77 años.

(Entrevista publicada en el número de abril de 2025 de la revista Foco Sur).

Enrique Martínez Leyva, publicista. Foto de Miguel Blanco / Foco Sur

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.