Con su cuarta obra, ‘Geranio’, Daniel Parra está en la preselección de los Premios Goya a mejor cortometraje documental, un reconocimiento al trabajo de este joven director que, entre guion y guion, prepara una tesis doctoral sobre uno de sus referentes, Manuel Martín Cuenca y es, desde hace cinco años, coordinador del Festival Inclusivo de Cortometrajes Gallo Pedro.
¿Qué supone estar seleccionado para los Goya?
Al principio fue una sorpresa y una alegría por la repercusión que va a tener el corto a partir de esta preselección. Luego ya entras en el mundo de los Goya, ves toda la promoción que acarrea y tocas el suelo, bajas de esa primera noticia inesperada y eres más consciente de todo lo que implica.
‘Geranio’ es un documental, pero no un documental al uso…
Sí, el corto habla de la pérdida y los recuerdos que quedan de ella. Tiene una parte puramente documental, que son los mensajes de Whatsapp de conversaciones que he tenido con amigas mías sobre sus propias pérdidas, familiares o de relaciones. Y tiene una parte ficcionada de una experiencia que me pasó. Yo estaba volviendo de la casa de una chica con la que tenía una relación cuando me pilló el coche de Google en la calle Granada. Cuando me vi en Google Maps, ya no estaba en esa relación y para mí fue como si Google Maps hubiera encapsulado a un Dani concreto y que siempre que recurriera a esa calle me vería allí.
¿Cómo decidiste dedicarte al cine?
Todo viene del gusanillo que me entró el día que mis padres nos regalaron una cámara de vídeo a mi hermano y a mí y empezamos a hacer cosas. Luego fui a estudiar Comunicación Audiovisual en la Universidad de Málaga y ahí empecé a desarrollar esta pasión por el cine.
Antes de ‘Geranio’, ya habías dirigido otros tres cortos…
Sí, el primero, ‘Te inventaba conmigo’, fue mi Trabajo de Fin de Máster, en 2018. Es un corto sobre la relación que tuvieron mis abuelos desde que se conocieron hasta que mi abuelo murió y cómo mi abuela sigue viviendo como si él estuviera vivo. Es también un documental, ahondando en los recuerdos y la memoria, que es un tema que me gusta mucho. El siguiente fue el primero que hice de ficción, en 2020, ‘Mi pequeña muerte’, que también tiene relación con la muerte y la pérdida, pero un poco en clave de comedia romántica. Con él ganamos el premio de Almería Tierra de Cortometrajes en FICAL. Y el mismo año, hicimos un corto para el Notodofilmfest, de 30 segundos, con el que ganamos el premio, ‘Metraje encontrado’. Es también un documental sobre la memoria y el paso del tiempo.
¿Qué es para ti el cine?
El cine es una forma de expresarme, de contar lo que me remueve, lo que me inquieta, lo que me asusta o lo que me gusta. Es la mejor manera que sé de contar lo que me pasa por dentro.
¿Cuáles son tus referentes?
En la Facultad no pensaba en el documental. Siempre iba a la ficción y mis referentes eran Woody Allen o Manuel Martín Cuenca. Pero con el tiempo aprendes otros géneros y otros lenguajes y me di cuenta de que con el documental puedo experimentar y hacer cosas que la ficción no me permite, coger distintos materiales, fotografías, vídeos de archivo, con más o menos calidad, o como en este corto, mensajes de Whatsapp e imágenes de Google Maps. Es una forma de hacer cine que me interesa. El documental me parece un género más libre, con el que experimentar y salirte de las convenciones del cine. Directores como Siminiani o Jonás Trueba, que experimentan mucho con la imagen y el documental, son los que me inspiran.
Estás también preparando una tesis doctoral sobre Manuel Martín Cuenca…
Sí, yo descubrí a Martín Cuenca con ‘La mitad de Óscar’, en la presentación que hicieron en Almería, y me quedé fascinado por esa manera de hacer cine. Y por cómo ha seguido evolucionando su lenguaje tan característico, por la importancia que le da a cada plano y, sobre todo, al sonido, cómo trabaja con los ruidos, con los ambientes, con los silencios… Me parece fascinante esa manera de hacer cine, tan diferente.
¿Cómo ves la escena de directores que hay ahora en Almería?
Tengo pendiente ver ‘Amanece’, de Viruega, que además conozco a mucha gente que trabaja en la película, pero conozco a Juanfran Viruega de todos los cortos que había hecho previamente y la verdad es que espero que sea parte del futuro del cine almeriense. También Ian de la Rosa, el director de ‘Farrucas’, tiene mucho que aportar. Procuro estar al tanto de todo lo que se hace aquí.
Entonces, ¿Almería es tierra de cine?
Por un lado, es verdad que vienen rodajes y se hace mucho cine, pero creo que falta mucho más apoyo al cine almeriense. Las ayudas que se dan a la producción no se pueden limitar a los dos premios que da FICAL, se debe aportar más. Si somos tierra de cine, las instituciones tienen que impulsar más el cine que se hace aquí, para que crezca una industria, que no sea solo gente de fuera que viene aquí a rodar, sino que se haga desde aquí, que se impulse a los cineastas almerienses a seguir creando.
¿Te planteas dar el salto al largo?
Todavía quiero esperar un poco y encontrar una idea que me permita llevarla al largo. No me corre prisa, creo que el corto también es una buena manera de comunicar, expresar y contar historias.
¿Cómo es la experiencia de coordinar el Festival Inclusivo de Cortometrajes Gallo Pedro?
La verdad es que aprendo mucho porque te permite no solo ver otro tipo de obras, sino conocer otras realidades y entender que hay que posibilitar que el cine llegue a todo el mundo, no solo por la disposición de las salas, sino con la audiodescripción y el subtitulado accesible.
(Entrevista publicada en el número de diciembre de 2024 de la revista Foco Sur).


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