Cabo de Gata en los años 1970 Almería es un documental del artista belga Philippe Dupiereux que supone un testimonio fiel de cómo era la vida y el paisaje de la provincia almeriense hace tan solo 40 años. En el tiempo transcurrido desde entonces, tantas cosas han evolucionado (algunas no necesariamente a mejor) pero aun permanece ese espíritu del Cabo que lo hace uno de los lugares más hipnóticos de la Península. 

Dupiereux fija su objetivo y se limita a filmar como testigo del día a día en localidades como San José, Cabo de Gata, Rodalquilar, Níjar e incluso la misma Almería, en el barrio de Pescadería. El resultado es un ejercicio de memoria recuperada en el que quedan capturados tradiciones, oficios, paisajes, modas, la evolución que suponía el desarrollo incipiente y, por supuesto, ese personaje inherente a la zona: el viento, en muchas partes de la cinta, la única banda sonora. El autor, que lleva décadas residiendo en España, dice que decidió grabar este y otros lugares de nuestro país, en aquella época, porque «intuía que estaba viviendo una época destinada a desaparecer rápidamente».

Y sí, desaparecieron cosas como las calles sin asfaltar o el tener que ir en burro al pozo a llenar cántaros para tener agua en casa; otras, como la llegada de los barcos de pesca a la orilla de la playa, los tornos para subir estos a la arena o el paisaje (gracias a la creación del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, buena parte permanece intacta), continúan igual o casi, en mayor o menor medida. De ahí la importancia de documentos como esta película de media hora de Philippe Dupiereux, que sirve para no perder de vista cómo va evolucionando una zona, qué elementos, de entre todos los que la conforman, van evolucionando y cuáles van quedando inalterables y son ya parte de la esencia del lugar.

(Foto de Miguel Blanco).

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